martes, 8 de diciembre de 2009

Buscadores de tesoros

Son historias fantásticas.
A raíz de que encontraron unas ollas con centenarios que estaban enterradas se ha desatado entre algunas personas la fiebre por buscar tesoros.
Las modalidades son desde el alquiler del buscador, la asociación para repartirse el cincuenta por ciento o bien, que los buscadores hagan todo el trabajo y cobren por día.
Con este fin, se rumora que para encontrar oro hay que seguir ciertos indicios:
1. Estar atento a llamas que se encienden por la noche sin una explicación lógica.
2. Buscar del lado donde las ramas de los arbustos se inclinen de manera notoria.
3. Toparse con duendes porque en donde se aparecen ahí está el oro.
De estos rumores pude platicar con personas que mayores que dicen que en su niñez había unos niños muy pequeñitos que se aparecían cerca de los carrizales en el campo y que siempre estaban bien vestidos y que hacían fiestas. A una persona le obsequiaron un pastel. A otra le tocaron una canción con un violín para que bailara con ellos.
Las personas son muy serias y no dudo que probablemente los duendes se trate de una raza en extinción que ha vivido oculta.
Por si las dudas, también tomé nota de los lugares donde supuestamente se han aparecido los duendes.
Quien quita.

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