lunes, 29 de octubre de 2012

La corrupción en educación, fuente de inequidad

Se creen muy listos.

Parecen gente normal, pero sólo es la apariencia.

Abundan como cofradía de perversas intenciones.

Su modo de operar es la chapuza, en su acepción de estafa; la tranza, en su significado de robar con engaños; el asalto en despoblado, con florilegio y descarado discurso.

Cuando uno les señala sus debilidades, se vuelven hipersensibles. Desechan escandalosamente cualquier duda sobre su honorabilidad y se indignan profundamente por ese tipo de insinuaciones.

Es corrupto el de cuello blanco-que roba millones-, como el pichicato-que se conforma con migajas-. Pero su modo de operar es siempre el mismo, robar poco a poco, pero sin límite.

Su ego se alimenta de hazañas graduales: si le sale bien una vez, lo repetirá; si le sale bien otra vez, irá incrementando progresivamente hasta llegar a justificarlo como un mérito a su osadía, y así continuamente hasta que perezca bajo el peso de su desmedida ambición.

El ingenio necesario para cometer sus fechorías les obnubila la realidad y fijan su horizonte en la cortedad de su filosofía: "el que no tranza no avanza".

De ahí, que si tiene una carrera profesional o estudios, el acto de corromper se vuelve más importante que su propia formación, es la vocación al servicio del fraude. Lo mismo si ocupa un puesto público: es el empleo al servicio de la tranza.

El cinismo se vuelve su lenguaje universal de la mediocridad: "Sin que nadie se dé cuenta, yo te ayudo y tú me ayudas". ¿Realmente ayuda el que pervierte? ¿Es eficaz, en educación por ejemplo, que un maestro venda calificaciones a los estudiantes, o que acose sexualmente a una alumna a cambio de acreditar una materia?

De la misma manera, es corrupto el que, sin tener la capacidad o la competencia para prestar determinado servicio, lo usurpe impunemente con engaños y mentiras.

En este caso, ese señor o señora no es maestro, es un simple vendedor que se ha equivocado de carrera y de lugar; primero, porque el noble acto de enseñar, no se puede reducir a una simple operación de reconocer conocimientos a través de las propinas, y en segundo lugar, porque las instituciones educativas no son negocios personales.

La corrupción en educación es fuente de inequidad, porque desvía el fin de las instituciones y es fuente de injusticia, porque reconoce mérito a quien no lo ha ganado.

¡Pobre sociedad, pobres maestros y pobres alumnos que se prestan a este mediocre acto de comprar reconocimiento!

El que lo vende, es antipedagogo; el que lo compra, entierra su futuro, porque ostentará algo muerto e inmerecido, como una cadena en su vida con un eslabón podrido que reventará en cualquier momento.

Hay un efecto que no es menor y que como karma perseguirá al corruptor: su calidad humana en la sociedad, que no pasa desapercibida y que mancha su progenie porque el día de mañana algunos dirán, "¡Cuidado con ese porque es hijo o hija de fulano de tal!" o "Mira, de tal palo tal astilla."

Y sus actos serán su tarjeta de presentación.


La gente honesta tiene un futuro mejor, porque defenderá con aprecio lo poco que haya ganado con esfuerzo, de la misma manera que reconocerá legítimamente a quien haya logrado algo con su propio sudor y sobre todo, tendrán la autoridad moral para rechazar y señalar la deshonra del que corrompe a la juventud y destruye a la sociedad.

Nunca toleres a un maestro corrupto.

viernes, 19 de octubre de 2012

¡Yopes!

No está en el glosario.

Pero al menos en Oaxaca es un término despectivo que significa más o menos ser  un indígena muy retrasado en los aspectos materiales y culturales, acaso, similar al uso despectivo del término "naco".

Y es utilizado con frecuencia y franca aceptación en todos los niveles sociales del estado.

El Diccionario de Americanismos de Francisco J. Santamaría, editado por el Gobierno del Estado de Tabasco en 1988 consigna en su tercer tomo que YOPE "es el nombre que también se le da al indio tlapaneca y a su lengua en la etnografía mexicana. Dícese asimismo yopi y jopi."

¿Por qué el nombre de una etnia puede tener una connotación actual tan despectiva?

Tal vez la historia nos ayude a comprender esta situación.

Al referirse a los yopes, la Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_yope) indica que habitaban en una región del estado de Guerrero en donde actualmente se ubican los municipios de San Marcos y Ayutla, principalmente y cita las glosas del Códice Tudela en paleografía por cortesía de Samuel Villela, investigador del INAH, con la versión integra del siglo XVI:

"Estos Yopes son valientes hombres de un arco y flecha, y en tierras ásperas y calientes. Son las mujeres muy blancas y ellos prietos… morenos. andan desnudos y las indias, mientras son doncellas, andan descubiertas todas y después de casadas cubren sus partes con unas palmas, y ellos con cueros de venado. Son grandes cazadores y a los niños, que son ya de siete años arriba, les dan sus padres un arco y flechas y que busquen de comer y si no traen a la noche venado o conejo o avez les azotan o no les dan de comer."

En el libro Historia del Estado de Guerrero, Luis Guevara Ramírez, citado por Vicente Casarrubias en "Rebeliones Indígenas en la Nueva España", SEP, México, 1963, se reproduce la Carta de Diego Pardo al Contador de México Rodrigo de Albornoz en la que le avisa del levantamiento de los Indios Yopes en 1531.
La síntesis que hace Casarrubias es muy precisa: "Cuando los yopes vieron de cerca a los españoles y se dieron cuenta de lo que eran capaces, se refugiaron en las montañas, desde las cuales conspiraron para hacerles la guerra. En el año 1531, los yopes de Chuauhtepec se alzaron contra los indios de Puzutla, aliados de los blancos, y dieron muerte a algunos españoles; arrasaron al pueblo de Cuscotitlán, por la misma razón, y pasaron por las armas a más de 250 indios, en medio 'De la mayor crueldad y carnicería... que se ha hecho entre indios unos a otros en esta tierra, (y) no dejaron casa que no quemaron y asolearon por todas las partes que llegaron'. Con motivo de estos acontecimientos los españoles residentes en la recién fundada villa de San Luis (Acatlán) la abandonaron.
"Esta rebelión se propagó entre los pueblos vecinos. Los indios de Acapulco, de Citla, Citlala, Xaltiango y Acamaluta, enemigos ancestrales de los yopes, penetraron su territorio para ayudarlos en esta rebelión matando españoles en combate y sacrificando a los prisioneros."
Cortés mandó a pacificar la zona a través de Vasco Porcallo y medio centenar de soldados. La Wikipedia señala que prácticamente desaparecieron los yopes, pero Casarrubias dice que los tlapanecas o yopes emigraron hacia territorio mixteco, en donde fundaron nuevas poblaciones.
Hay que recordar que la región de los mixtecos abarca partes del Estado de Guerrero, como de Oaxaca y Puebla.
El término yope, hasta donde históricamente es posible encontrar las referencias, destaca las cualidades de resistencia y valor de una etnia que se defendió legítimamente en las guerras de la conquista.
Cuando una persona utilizar el término "yope" para discriminar a otra, sólo evidencia su ignorancia, porque en estricto sentido, le estaría diciendo "valiente".
De modo que la próxima vez que me digan YOPE, me voy a sentir muy honrado, porque ahora sé su verdadero significado.

lunes, 15 de octubre de 2012

Oaxaca escabroso: el suicidio

Así es la vida.

La semana pasada se celebró el Día Mundial de la Salud Mental y con ese motivo conocimos, de acuerdo con información del INEGI, que en el Estado de Oaxaca durante el 2010 se registraron 131 suicidios.

De estas personas 101 fueron varones y 30 mujeres. De los hombres la mayoría casados y de las mujeres , la mayoría solteras.

Refiriendo la propia fuente de información disponible en el sitio de la institución encargada de los registros estadísticos del país, el número de decesos por mes para ese año fue así: mayo 18 casos, junio 14 casos, julio y enero 13 casos cada uno, agosto y abril 12 casos cada mes; febrero, marzo y octubre, 10 casos cada mes; diciembre, septiembre y noviembre, 8, 6 y 5 casos, respectivamente.

Para darnos una idea de cómo andan los suicidios en el país, podríamos agrupar en once bloques a todas las entidades y Oaxaca estaría en un tercer rango de cuatro estados donde hay entre 100 y 149 suicidios al año. Los extremos serían Colima 31 casos y Estado de México 537, en el mismo periodo.

De acuerdo con la nota roja de algunos periódicos locales, de enero al día de hoy de este 2012 llevamos 73 suicidios. Dentro de éstos, tan sólo en la segunda semana del mes de octubre, se registraron 4 correspondiendo a 3 varones, un menor de 11 años y una joven mujer.

Identificar las causas es muy complicado, pero como lo consigna la prensa uno fue por decepción amorosa, otro por adeudos con una reconocida empresa minorista, otro presuntamente por haber sido víctima de violación, y sobre la chica supuestamente cumplió su amenaza a sus familiares.

Las autoridades señalan como principal causa la depresión e incluso el bulling.

Una vez escuché que cuando hay un suicidio, es una muestra rotunda del fracaso de nuestra sociedad. Sí lo creo.

lunes, 8 de octubre de 2012

Añeja protesta social en Oaxaca

La causa original fueron las injusticias.

Oaxaca, uno de los estados con mayores índices de marginación y pobreza, con predominante población indígena fue históricamente un caldo de cultivo para que algunos cometieran injusticias y también para la creación de organizaciones que fomentaban y representaban la defensa de la población.

Hoy en día el panorama está cambiando, gracias a los esfuerzos por sumar a Oaxaca al desarrollo y el fomento de una mayor equidad.

Sin embargo, en sus orígenes, la protesta social podría evidenciar un conflicto entre formalidad e informalidad.

Es muy complicado tratar de encontrar un vínculo entre el reconocimiento tradicional que goza la autoridad en las comunidades indígenas y la enorme confianza que éstas depositan de buena fe, en las autoridades políticas, indígenas o no, pero también es cierto que el respeto por la autoridad en estas comunidades es elevado, así como creer en los arreglos mediante la palabra.

La palabra tiene un valor que representa una economía de medios para la realización de los diversos compromisos que se formulan entre particulares y entre ciudadanos y gobernantes.

Cuando la autoridad falla y la palabra también, por lo general salen perdiendo los más débiles, entonces la única arma de lucha es la presión social como un recurso para reivindicar la justicia.

Esa práctica, la protesta social, también fue fomentada por autoridades, al ceder en la mayoría de los casos justificados o no, que derivaron en un clientelismo eficiente.

Ejemplo de esto es que cuando existe un acto relevante a nivel estatal--como la celebración de la Guelaguetza o algún evento importante con difusión nacional---, algunas organizaciones presionan al gobierno para obtener respuesta a sus peticiones.

Obvia decir que algunas organizaciones han tenido mucho éxito en la presión como medida para obtener recursos, con una dudosa distribución equitativa entre sus militantes, de modo que la protesta se convirtió en un jugoso negocio para unos pocos.

De ahí que sea una práctica muy común en Oaxaca, todavía, la protesta social como forma de presión para la obtención de recursos o para exigir a la autoridad su intervención en la solución de conflictos.

Esta ya no la practican únicamente enormes contingentes de agrupaciones sociales, sino también pequeños grupos de inconformes, corporaciones o personas que quieren llamar la atención sobre problemas específicos.

Es cierto que algunos actos de protesta social son legítimos y que la protesta es la única vía para llamar la atención hacia su resolución, sin embargo, también hay actos que reflejan un desconocimiento y, en algunas ocasiones, hasta un desprecio de la legalidad para su resolución.

Se trata de actos de violencia social que motivan la criminalización de la protesta social, desafortunadamente.

Hay un factor adicional que alienta la protesta social, que es la actitud de algunos funcionarios que en vez de prevenirla mediante la atención de las demandas sociales, en este caso, poco se preocupan por evitarla y a veces hasta la complican.

Así es Oaxaca.