viernes, 12 de mayo de 2017

Universidades de Morena en Oaxaca, entre la expectativa y la realidad

Es un asunto polémico.

Esta semana se inauguraron seis universidades en Oaxaca, que son promovidas y sostenidas por servidores públicos del Partido Movimiento de Regeneración Nacional(Morena).

De acuerdo con información del sitio http://regeneracion.mx/inauguran-en-oaxaca-6-escuelas-universitarias-financiadas-por-morena/ las universidades se han abierto en los municipios de Huautla de Jiménez, Villa de Tututepec de Melchor Ocampo, Ciudad Ixtepec, Jalapa del Marqués, Jalapa de Díaz y Zaachila.

Es un hecho inédito porque históricamente la existencia de universidades en Oaxaca ha venido creciendo de manera gradual, con el Sistema de Universidades Estatales de Oaxaca, que tiene ya 17 campus y tiene otros siete en construcción y cuya joya de la corona es la Universidad Tecnológica de la Mixteca, auténtico semillero científico y tecnológico de México .

Por otro lado, más universidades privadas se están inaugurando en Oaxaca  por lo que muchos oaxaqueños ya no van a estudiar a Puebla que tiene más de 420 universidades, unas diez menos que la Ciudad de México.

La universidad pública de Oaxaca “Autónoma Benito Juárez” carga con el pesado lastre de la burocracia y los grupúsculos internos que se disputan sus recursos y que la han llevado a la deriva, salvándose algunas facultades que han empezado sus procesos de certificación, pero con la sombra de vicios como la venta de espacios y de calificaciones que reconocen y divulgan los propios estudiantes universitarios. Con todo y eso, el número de aspirantes rechazados es impresionante.

De ahí que la existencia de nuevas universidades amplía la oferta educativa y como en el caso de Morena, que dice que sus universidades son gratuitas y que no se hace examen de admisión, se amplían las oportunidades de estudios superiores.

Se desconoce si estas universidades ya cuentan con su Registro de Validez Oficial expedido por la Secretaría de Educación Pública y que es una de las principales críticas que se ha hecho a las universidades impulsadas por el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador.

Pareciera que hay una premura en Morena por abrir universidades sin cubrir los requisitos formales, lo que evidencia que su creación se genera más por la coyuntura política que por un razonado programa de educación superior, pues más vale abrir una sola, pero bien, y no muchas pero inconclusas.

Abrir y sostener una universidad pública y gratuita es caro.

El Partido Morena ha señalado que sus universidades se financian con las propias prerrogativas del partido y con el cincuenta por ciento que donan los servidores públicos emanados de este instituto político.

No se sabe exactamente cómo se destina el recurso del partido hacia esos fines, ya que la ley electoral autoriza el financiamiento de la educación política de los militantes del partido, pero no para crear y sostener universidades.

De igual modo, que los funcionarios emanados de Morena tengan que regresar el cincuenta por ciento de sus ingresos para sostener esas universidades es anticonstitucional, ya que esa donación o descuento, voluntario o involuntario, es contraria al Artículo 5º Constitucional que determina que nadie puede ser obligado a prestar trabajos personales sin la justa retribución y sin su pleno consentimiento.

Restarle el cincuenta por ciento de sus ingresos a sus funcionarios no es justo, ya que eso también atenta contra el principio de hacer de los servidores públicos personas capacitadas con ingresos dignos para que eviten actos de corrupción, por ejemplo.

Según dice la propia gente de Morena, se establecen acuerdos para involucrar a Estados y Municipios con este proyecto, es decir, que se les solicita apoyo para el financiamiento público de estas universidades. En caso de ser así se presenta un conflicto de competencias.

Un partido, que es una persona de interés público, es decir, que tiene vigencia mientras cumpla con ciertas formalidades, no puede estar por encima de una persona moral de derecho público, como son los estados y los municipios, cuya vigencia es permanente conforme al arreglo constitucional que los instituye.

En otras palabras, un partido político y cualesquiera de sus líderes, no pueden obligar a los gobernadores y presidentes municipales a destinar recursos que no estén debidamente aprobados por la ley, en caso contrario, se estaría ante un delito de peculado.

Desde esta perspectiva se plantea el problema principal, ¿las universidades creadas y sostenidas por un partido político son entidades partidistas?

¿Esperaríamos ver entonces que estas universidades tendrían una base teórica marxista o alguna ideología de izquierda radical? ¿O simplemente son universidades sostenidas por gente de izquierda que contribuirán a las tendencias dominantes del neoliberalismo?

¿Aspirantes que no comulguen con Morena podrán satisfacer sus expectativas de educación superior en esas universidades? o por el contrario, ¿al crearse "universidades militantes" esto podría ser un prejuicio para limitar su matrícula y en consecuencia sus alcances?

Cuando el propio Andrés Manuel López Obrador fue gobernante del Distrito Federal por el Partido de la Revolución Democrática demostró que su línea de actuación política era de centro a centro derecha, por no modificar de manera radical la estructura política, económica o social prevaleciente, como lo haría una izquierda progresista.

Sería interesante identificar el paradigma que sirve de modelo educativo a estas instituciones.

Desde la perspectiva de la teoría de las políticas públicas, la creación de más universidades públicas y gratuitas en entidades como Oaxaca abre amplias expectativas para enfrentar los retos del desarrollo, pero en el caso de las universidades de Morena, cuya creación parece obedecer más a los tiempos políticos choca contra una realidad que exhibe más riesgos que soluciones.