jueves, 27 de junio de 2019

Su santidad El Santo




Este mes de junio se inauguró en el Museo de los Pintores Oaxaqueños la exposición de arte y pintura “Tercera Caída” de Charles Barth.

“Tercera Caída” es una colección de pinturas, objetos y ensambles que tienen como punto central al Santo, el gran exponente de la lucha libre que es todo un ícono de la cultura mexicana del siglo XX.

Al mismo tiempo que la exposición podría considerarse un homenaje al “Enmascarado de Plata”, también, de manera destacada, es una interesante muestra del contexto de la cultura nacional, por la gran variedad de evocaciones locales y los colores típicos de la nacionalidad; por los personajes históricos del país y el enfoque peculiar y atinado de Barth para recrear en un collage estético una cosmogonía de la cultura del personaje en su contexto histórico-social.

En un primer punto del discurso estético de estas representaciones encontramos primero al Santo, en la excelente metáfora de su santidad, con los elementos que caracterizan el culto en la iconografía del arte sacro: el santo en su sitial sagrado, rodeado del aura brillante propias del iluminado; el Santo en la representación de una trinidad escolástica: El Diablo luchador y representante del mal; el Santo, al centro, reivindicador del bien y a su lado, la luchadora con la máscara de la muerte y ataviada—“con el debido respeto”--- con el reconocido manto de una virgen, porque en la lucha la mujer tiene una participación preponderante.

Una vez precisada la divinidad del Santo, que podrían convertir a Barth en un hagiógrafo de su santidad el de la máscara plateada, con un gran sentido del humor, a la manera de un iconodulo del feudalismo, el siguiente paso es reconocer su proyección histórica en tres caídas: nacimiento, desarrollo y muerte.



Al principio fue la oscuridad, pero luego llegó el Santo y comenzó la función.

El nacimiento del Santo sucedió en el Templo Mayor, en la cúspide la pirámide de las serpientes y fue ofrecido de la mano de Huitzilopochtli al panteón azteca. El Caballero Jaguar y el Caballero Águila auspiciaron el inicio de la leyenda, en la mejor tradición de los guerreros meshicas.

El Santo es el Atlas que sostiene el mundo de la lucha libre, lleno de luchadores hombres y mujeres que le dan sentido, en una zona donde es de día y es de noche, rodeada de esqueletos en forma de ángeles alados, como en forma de demonios, de colores blanco, verde y rojo, que representan el bien y el mal y coadyuvan a sostener este planeta.

Si bien es cierto que la muerte es la fiel compañera del luchador, ilustrada ya con su máscara, ya con sus desnudos huesos, el Santo también está rodeado de otras destacadas figuras del pancracio nacional, para bien(como compañeros de bando) o para mal(cuando han caído vencidos bajo la fuerza y la astucia del Santo) y cuyas máscaras perdidas penden en lo alto de las columnas de su altar principal.

La Boda del Santo es como un domingo en la Alameda, en donde todos los personajes de la historia patria llevan la máscara del Santo. Total, la vida es un carnaval y todos se amparan bajo la misma máscara.

Todo un circo es la familia del Santo. Bajo la lluvia de serpentinas y el amparo de la Virgen de Guadalupe, fiesta y religiosidad van de la mano en un espectáculo donde toda la familia contribuye con su vocación, porque al final de cuentas la vida, además de espectáculo, es una lucha incesante.

El cuadrilátero es en realidad una cruz, en cuyos cuadrantes extremos la lucha se desarrolla como una rifa. Es la feria, que es luz, juego y azar donde gira la vida de los luchadores en medio de la función.


Ningún juego mexicano ilustra con tanta precisión el espíritu de la lucha libre como el de Serpientes y Escaleras.  Como información adicional hay que recordar que en toda su carrera luchística el Santo nunca perdió la máscara. Como los héroes de carne y hueso, siempre estuvo rodeado de mujeres hermosas, ya como luchadoras, ya como tentaciones o complemento del héroe.

Un cuadro triste es la muerte del Santo. Blue Demon, Mil Máscaras y el Rayo de Jalisco, cargan en lo alto la tabla donde descansa el Santo bocarriba con los brazos colgantes, sin vida. Las sacerdotisas enmascaradas realizan los funerales en el templo de Quetzalcoátl, mientras su imagen clásica, donde aparece con el dorso desnudo y con los brazos  levantados, brilla ya en la inmortalidad .

No es necesario ver al público de la lucha libre, el griterio, los accesorios, la parafernalia porque desde que te introduces en esta exposición todo el ruido te acompañará silenciosamente.



Charles Barth ha sabido captar la esencia de una leyenda, asociándola al carácter nacional. Su ingeniosa y brillante representación artística de la vida, pasión y muerte de El Santo es un homenaje al Enmascarado de Plata, Rodolfo Guzmán Huerta, que cobra mayor vigencia mientras pasa el tiempo.

Enhorabuena por este generoso acto que reivindica la cultura popular.

miércoles, 12 de junio de 2019

La tragedia del archivo de Nochixtlán
















(Vista del Palacio Municipal de Nochixtlán reconstruido, desde el atrio del templo católico)


Asunción Nochixtlán, Oaxaca.- El domingo 19 de junio del 2016 fue un día aciago para la historia de Nochixtlán.

Su virtud y su amenaza consiste en que la autopista México-Oaxaca pasa por el municipio, caracterizado por una posición geoestratégica para entrar o salir de Oaxaca y también para entrar o salir de la mixteca oaxaqueña, motivo por el que también se le conoce a esta población como la puerta de entrada a la Mixteca Oaxaqueña.

En una historia que aún está por escribirse, de pronto los ciudadanos de Nochixtlán se vieron envueltos por el conflicto. Todo empezó cuando, aproximadamente a las 07:30 horas de la mañana de ese domingo, las campanas de la población empezaron a sonar en toque de alarma, convocando a la ciudadanía al atrio de la iglesia. Varias personas señalaron que la policía estaba desalojando a los maestros que llevaban varias semanas bloqueando la autopista.

También dijeron que habían muerto muchos manifestantes y solicitaban el apoyo para atender a los heridos y para defender a las personas que eran desalojadas con violencia.

Muchos ciudadanos se alistaron para pelear contra la Policía Federal, entre los rumores de una supuesta invasión de cientos de policías armados a la comunidad, mientras que el ruido de los balazos y el humo de los carros quemados habían convertido en zona de guerra ese lugar cerca del panteón municipal.

Pronto, organizaciones sociales de la región, aliados de los maestros empezaron a llegar para participar en la batalla.

Al medio día, en medio de la confusión algunos ciudadanos culparon a las autoridades municipales de haber convocado a la policía y en venganza quemaron algunas unidades de motor, una en el interior del palacio municipal y otras afuera.

Al calor del fuego y de los rumores, personas avezadas determinaron que había que quemar las oficinas de la policía municipal y de tránsito estatal, ubicadas en la parte oriente del municipio y que simbolizaban al enemigo y la opresión. La refriega se mantenía con la llegada de más policías y de más apoyos de organizaciones sociales de la mixteca y aliadas de los maestros que llegaban a Nochixtlán.

Según algunos testigos, más o menos como a las 19:00 horas de ese domingo, la gente estaba asustada y enardecida y con todo su coraje le prendieron fuego a las oficinas del Registro Civil, ubicadas en la parte poniente del edificio. Afirman algunos testigos que entre las personas que regaron la gasolina para quemar el palacio había algunas que no eran de Nochixtlán.

Llama la atención, dicen, que antes del fuego total se registró un saqueo en el interior del Palacio Municipal, en el que algunos tomaron lo que pudieron, perdiéndose entre otros objetos, un antiguo bastón de mando con empuñadura y casquete de plata.

El fuego convirtió rápidamente en un horno todo el edificio de gobierno.

La galería de fotos de los presidentes municipales colgadas de las paredes del lugar, empezaron a arder y algunas se perdieron para siempre, porque no será posible volver a conseguirlas.

Rápidamente el fuego se extendió y consumió uno a uno los documentos del archivo histórico municipal, reduciendo todo a cenizas.

Personas de la localidad dicen que no es la primera vez que la turba enardecida quema el palacio municipal, en la historia de Nochixtlán ya hay estos antecedentes; sin embargo, dicen, esta sí es la primera vez que queman el Registro Civil y prácticamente todo el edificio municipal.

Al quemarse el archivo municipal, Nochixtlán perdió fuentes importantes de su historia, de la documentación de su gobierno y de la fundamentación para legalizar muchos actos y acciones. Por lo pronto, dado el rezago en el registro de la identidad principalmente de las personas mayores, muchas personas tienen problemas severos para reconstruir su existencia legal, ya que el fuego desapareció su origen e identidad.

Hoy en día se requiere una decisión determinante para reconstruir lo que se pueda de lo que se perdió.

Sin embargo, siempre será más fácil y más económico, educar en valores para que las personas rescaten sus archivos, en vez de incendiarlos.








jueves, 6 de junio de 2019

La otra Guelaguetza

Era de esperarse que un día reventara el escándalo por el creciente sobreprecio de los boletos para ver la Guelaguetza.

Ya se habían tardado un poquito en denunciar un hecho lamentable que consiste en la mercantilización de la fiesta de los oaxaqueños, que ha rebasado su carácter histórico de ser una fiesta de la hermandad indígena a un espectáculo comercial para tomarse la foto.

Si se ha constituido en eso, está bien, que venda.

Acaso, el espectáculo más original e igual con una añeja tradición se encuentre en espacios de la periferia, como la Guelaguetza que se realiza los mismos días 22 y 29 de julio, pero por la tarde, en el municipio de San Antonino Castillo Velasco, que es considerado la "Cuna del Jarabe del Valle" y en el que participan algunas delegaciones que han participado por la mañana en el Cerro del Fortín.

Ubicado el auditorio en el "cerrito" a un costado del Plantel 34 "San Antonino" del Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca, se realiza esta presentación con una entrada totalmente gratis y a diferencia de otras ocasiones, no habrá necesidad de llevar sillas, ya que la autoridad se ha encargado de anunciar que éstas serán puestas como cortesía del municipio.

Junto con esta fiesta se realiza un mercado gastronómico en las faldas del cerrito en donde se pueden degustar antojitos regionales, pero la fiesta continúa ese mismo día ya que al término de las presentaciones de las delegaciones, los bailarines de todas las delegaciones se concentran frente al palacio municipal de San Antonino para disfrutar del tradicional "fandango", que es amenizado por grupos musicales.

San Antonino está al sur de la Ciudad de Oaxaca, a unos 30 kilómetros sobre la carretera a Ocotlán.