martes, 26 de febrero de 2019

Pueblos indígenas, culturas vivas


El pasado se vincula con el presente a través de las culturas indígenas, por lo que es posible identificar prácticas vigentes con raíces ancestrales.

Mediante el análisis de la lengua indígena, el estudio de las fuentes históricas, de los códices, de la interpretación de las estelas prehispánicas como de los centros ceremoniales, se va reconstruyendo el pasado más remoto de las culturas indígenas y se descubre que, en realidad, muchas prácticas antiguas están vigentes.

Esta es una gran aportación al estudio de la sociedad porque se cree que las culturas prehispánicas desaparecieron con la conquista, pero en realidad, solo sufrieron algunas adaptaciones y mantienen sólidas las raíces que le dieron sentido.

Al menos esta es una de las conclusiones de la mesa de trabajo que realizaron algunos  arqueólogos que son originarios de la mixteca y que este 25 de febrero, con motivo del Día de la Lengua Materna, realizaron un feliz encuentro denominado “La Herencia Cultural de Ñuu Savi”.

Las conferencias estuvieron a cargo de los candidatos a Doctores en Arqueología por la Universidad de Leiden, Holanda, Omar Aguilar Sánchez, Iván Rivera Guzmán; así como por los Doctores Liana Ivette Jiménez Osorio, Emmanuel Posselt Santoyo, que han concentrado sus estudios en la región de la mixteca oaxaqueña.

Con un lenguaje bastante accesible y ante un numeroso público proveniente de diversas localidades de Nochixtlán, los arqueólogos hicieron referencias a lugares geográficos comunes como San Juan Yuchuita, donde existe una estela que tiene entre 400 y 200 años de antigüedad; San Miguel Amatitlán, donde todavía se conserva un altar de piedra con más de 1500 años de antigüedad y que sigue siendo un lugar de veneración en la comunidad.

Aunque durante el periodo de la Colonia se destruyeron numerosos vestigios prehispánicos, hoy en día todavía se han podido conservar muchos, debido a las tradiciones de las comunidades que han conservado esos espacios incluso, en muchos santuarios y deidades religiosas de la antigüedad se levantan edificios de templos católicos y los santos también tienen sus nombres en mixteco que se asocian a deidades prehispánicas.

Un ejemplo es el “Señor del Trabajo” que se venera en Santo Domingo Huendio, el “Niño de Nundichi”, el “Señor de las Peñitas” en Etla, el “Señor de Tamazola”; la “Virgen de Juquila” de Sachio.

Asimismo, los arqueólogos reconstruyeron de manera virtual el espacio sagrado de Santa Catarina Yoso Notu, que data desde hace unos 2,500 años y que hoy en día sigue funcionando como un lugar ceremonial en el que se realizan peregrinaciones.

Cabe mencionar que muchos pobladores se mostraron gratamente sorprendidos de conocer el valor histórico que tienen en sus comunidades y que llevó a un nutrido e interesante intercambio de opiniones con los conferencistas.

Este evento concluyó con la proyección de la película “Tiempo de Lluvia”, filmada en la comunidad de Apoala y que fue dirigida por Itandehui Jansen de la Scotland University, con un guión de Armando Bautista de “Lista Calista Films”.

Un gran evento para reivindicar las culturas vivas. Enhorabuena.

martes, 12 de febrero de 2019

Un héroe chiapaneco para Oaxaca

Carlo Magno Ochoa Arellano es el chiapaneco que trabajando en el gobierno del Estado salvó dos veces al Poder Ejecutivo de Oaxaca y como recompensa obtuvo que lo despidieran de su trabajo y que el gobernador lo repudiara.

La primera vez consistió en salvar de la basura el archivo histórico del Poder Ejecutivo del Gobierno del Estado de Oaxaca y ser el hombre que detonó la creación de la Ciudad de los Archivos. Historia documentada en este mismo espacio(http://jesusedgar.blogspot.com/2017/02/ciudad-de-los-archivos-la-verdadera.html). Ese acto reposicionó a la entidad a la vanguardia en la protección de documentos históricos, sobre todo porque se trataba de uno de los legados más importantes del país, desde el Virreinato.

La segunda ocasión fue cuando encontró el eslabón perdido de la legalidad del gobierno de Oaxaca,  pero tuvo la mala suerte de enfrentar intereses privados, por lo que el gobernador prefirió sacrificarlo para no afectar las relaciones de la gubernatura con grupos de poder.

Todo comenzó cuando un grupo de abogados locales acostumbrados a "invertir" en las campañas financiaron a Gabino Cué, entonces candidato a la gubernatura. El candidato ganó y con el paso del tiempo su reciprocidad para el grupo de abogados fue el desprecio, por lo que los abogados sumamente molestos recurrieron a un recurso jurídico conocido y utilizado por muchos para su propio beneficio.

El hecho consiste que se creía que la Constitución vigente, que es la de 1922, nunca fue promulgada ni publicada en el estado, siendo una formalidad su publicación para darle legalidad a todo el entramado legal del estado. Al faltar esos requisitos prácticamente Oaxaca no tenía Constitución y se reputaban ilegales todos los actos del gobernador, incluyendo su propia existencia. Los abogados disfrazaron sus pretensiones al representar a varios procesados, de modo que al no existir la Constitución los detenidos serían liberados y de paso, en esa formidable jugada de boliche  "tumbarían" a los poderes del estado.

Corrían los días de febrero del 2013 y Carlo Magno Ochoa Arellano ya se encontraba en plena recuperación de los archivos del estado desde su cargo de Director del Archivo General del Poder Ejecutivo del Gobierno del Estado de Oaxaca cuando el entonces gobernador Gabino Cué lo llamó y le instruyó hacer la búsqueda.

 Los abogados demandantes se reunían para festejar y esperar un ofrecimiento del gobernador para llegar a un arreglo, pues uno de ellos había sido también Director del Archivo General y le constaba que no existía ninguna documentación al respecto.

Carlo Magno no se dejó intimidar por la postura de los abogados y con su habitual estilo de liderazgo de que "lo difícil es rápido, pero en lo imposible me tardo un poquito más" convocó al equipo de trabajadores del Archivo y todos, codo a codo, con la convicción de que había que encontrar esos documentos se dieron a la doble tarea de rescatar el archivo y de paso aliviarle el futuro al gobernador.


Cuando las cosas urgen se aprecia la relatividad del tiempo. Para Carlo Magno y el equipo de trabajadores del Archivo esa tarea era lenta por la delicadeza del manejo de los documentos y su estudio, para el gobernador el tiempo transcurría velozmente porque aún cuando tenía al poder judicial subordinado, como es usual en las entidades federativas, el asunto podría escalar, salirse del estado y tener repercusiones imprevisibles en una cascada de demandas y efectos inimaginables.

Tras veinte meses de espera, la búsqueda dio resultados.

Gracias al trabajo comprometido del personal del Archivo General bajo el liderazgo y el trabajo mano a mano con su director Carlo Magno, que se desvelaba con ellos, suspendían vacaciones, trabajan hasta fines de semana y días festivos, lograron armar el rompecabezas disperso entre documentación de los siglos XVI y hasta el siglo XIX.

Primero se encontró el bando solemne de su promulgación y luego la Constitución original de 1922, entre diversos documentos enmohecidos y deteriorados en cajas de cartón y tambien se encontraron documentos relacionados a su impresión y divulgación.


Los abogados intentaron impugnar la veracidad de dicho descubrimiento, pero los análisis científicos sobre los documentos fueron inobjetables.

Al tiempo que Carlo Magno y su equipo de trabajadores del Archivo General se habían anotado un gran triunfo, una pesada sombra se cernía sobre ellos, una asociación civil vinculada al trabajo archivístico, financiada por un poderoso empresario, les disputaba el mérito.

La solución del gobernador Gabino Cue para no entrar en controversia con el empresario, fue despedir al hombre que le había salvado la legalidad de su gobierno, al hombre que con fé inquebrantable motivó el salvamento del archivo de Oaxaca y que encabezó eficientemente la búsqueda de la Constitución de 1922.

El gobernador le prometió a Carlo Magno Ochoa Arellano, el chiapaneco que salvó dos veces al gobierno de Oaxaca, que lo reubicaría en otro empleo dentro del gobierno del estado, pero hasta el término de su gobierno y después, siempre se negó a recibirlo, tanto él como sus colaboradores.