lunes, 20 de mayo de 2013

La juventud y el sentido ético

Se trata de un mensaje a la juventud.

Por razones laborales he tenido la oportunidad de dirigirme hacia grupos de jóvenes y señoritas que han concluido sus estudios de bachillerato.

En diversas ceremonias de graduación se da la oportunidad de hablar de aquello que es estrictamente institucional, pero también, aprovechando el marco que representa un hito en la vida personal de los asistentes, de aquello que se debe tener presente.

Y es así como se les recuerda el sentido ético.

El sentido ético es un referente cotidiano en nuestra vida diaria.

Es la inspiración y obligación natural de hacer el bien. Es la virtud.

Como regla externa, no esperes a que nadie te persiga para que lo hagas. Sabes que procurar el bien es una actitud voluntaria y natural, sin fines políticos ni religiosos.

Como regla interna, el hacer el bien significa la satisfacción del deber cumplido. Tal vez nadie te lo reconozca, tal vez nadie se entere. Pero es precisamente la convicción de que has actuado con honestidad, con apego a la verdad, con solidaridad y generosidad, sin esperar nada a cambio.

Y que tus actos, de esta manera, han contribuido a la equidad, la justicia, la legalidad, la honestidad.

El sentido ético es un buen referente cuando tomas decisiones.

De eso se trata.

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