martes, 13 de octubre de 2009

Ser importante


Es relativo.
En este preciso momento hay gente que cree que tiene mucho poder y que puede disponer de las voluntades a su antojo.
El totalitarismo tiene ese ideal.
Se lee en las noticias que hay millonarios que podrían comprar países si quisieran.
Algunos políticos y artístas creen que uno debe conocerlos o al menos así lo esperan.
Y en la cúspide de su carrera se vanaglorian, porque piensan que se han ganado su lugar en el imaginario colectivo.
Pero no es así.
La mayoría de los mortales ciudadanos no aciertan a dar más que un nombre si uno les pregunta sobre las personas más ricas del mundo o del país o del estado y desconocen el nombre de sus diputados y funcionarios públicos.
Se le pregunta a Platón Mesinas, el campanero de Yalalag, si conoce al hombre más rico del mundo y después de contemplar el suelo, a su alrededor y luego al cielo, contesta: "Soy yo". ---¿Por qué eres el hombre más rico del mundo tú Platón?
Sonriendo contesta: "Porque existo"
Platón no conoce a los hombres más ricos del mundo y como su homónimo tampoco los necesita y por lo mismo, le importan un comino.
Eso es ser importante.

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