martes, 12 de marzo de 2013

Un medium zapoteco


Es como una especie de médium de la historia.

El dato lo aporta Juan Arturo López Ramos en un interesante libro de crónicas titulado "Destellos del Poder: Esplendor de la Cultura Oaxaqueña Actual"(Edamex, México, 1996).

Se transcribe tal cual:

"LEYENDA ZAPOTECA

"El 4 de marzo de 1978, se presentó en el Palacio de Gobierno un zapoteco impresionante: alto, moreno, con rasgos acenduadamente indígenas, que dijo llamarse Pablo Juvenal, tener 42 años de edad, ser originario de Santa Lucía Ocotlán, y haber sido educado por los viejos de su pueblo, en todos los secretos de la sabiduría antigua, de tal manera que estaba, según afirmaba, capacitado para leer, entender, descifrar o interpretar, cualquier símbolo, signo, estela o construcción del mundo prehispánico.

"Pablo Juvenal dijo, además, que apenas ocho meses atrás había iniciado el aprendizaje del idioma español, y efectivamente, hablaba con un reducido vocabulario, de forma que le era difícil explicarse y darse a entender.

"Ante aquella asombrosa afirmación que mueve a la incredulidad, volví la mirada a su acompañante, un joven etnomusicólogo neoyorkino, quien había venido a estudiar los instrumentos musicales antiguos de los oaxaqueños, quien plenamente convencido de la autenticidad de Pablo Juvenal, me relató que recientemente lo había invitado a un viaje a la tierra de los huicholes, y aunque Pablo Juvenal no había sido capaz de hablar el huichol, sí había sido capaz de entender todo lo que los huicholes le decían.

"Agregó también el neoyorkino, que a su regreso a Oaxaca pasaron por la ciudad de México, en la cual en aquella época estaba de moda el descubrimiento de de la Coyolxauhqui, entre las formidables ruinas del Templo Mayor, y consideró obligada la visita a este lugar, corazón de la civilización azteca.

"Al contemplar la figura de la enorme diosa grabada en piedra, Pablo Juvenal dijo que ésta no se llamaba como decían los arqueólogos, sino se llamaba Marquazalcoatl, que significa serpiente de agua salada, poderosa como el mar y que con su sabiduría, dominaba a reyes y sacerdotes.

"Con esta interpretación, Pablo Juvenal tejió una bellísima leyenda:

"Cuenta que hace muchísimos años, en Teotihuacán, gobernaba una reina, quien queriendo encontrar el camino de la felicidad para su pueblo, ordenó a sus sabios, ancianos y sacerdotes, que interpretaran las estrellas.

"Ellos leyeron en los astros, que en virtud de que la reina era estéril, sólo con su propio sacrificio podía encontrarse el camino a la felicidad para su pueblo.

"Ella ordenó entonces, preparar sus propìos funerales e hizo encender una enorme hoguera en el centro de la Calzada de los Muertos y cuando las llamas alcanzaron su punto más àlgido, se arrojó al fuego. De su cuerpo se desprendieron dos volutas de humo, que al elevarse al cielo, se convirtieron en dos luceros, suceso que nuevamente fue interpretado por los ancianos y sacerdotes, quienes ordenaron buscar una piedra que hubiere permanecido intocada durente nueve mil años.

"Salieron entonces de Teotihuacán, mensajeros en las cuatro direcciones del universo en busca de la piedra. Quienes fueron hacia el Oriente, el Norte y el Sur, fueron muertos al ser confundidos por espías, pero los que fueron hacia Occidente encontraron en tierras toltecas una tradición de una piedra que había permanecido miles de años sin ser tocada por nadie. Después de los arreglos diplomáticos de la época, la piedra fue trasladada a Teotihuacán y se inició una época de magnifico esplendor en el que florecieron las artes, la agricultura, la arquitectura y Teotihuacán se convirtió en una importante metrópoli.

"Tiempo después, cuando los aztecas se establecieron en el Valle de México y eligieron a su primer emperador, los teotihuacanos le enviaron la piedra en señal de regalo. Los aztecas, que sabían de la enorme fuerza y poder de la piedra, al recibirla ordenaron el sacrificio de tres guerreros. Se desató entonces una gran tormenta que duró tres días y tres noches y que lavó la sangre de los guerreros sacrificados, dejando grabada sobre la piedra la imágen de la Diosa. Pablo Juvenal finaliza la leyenda diciendo que cuando la lluvia cesó, la piedra rodó y señaló el lugar donde habría de construirse la Gran Pirámide, el Templo Mayor, de la hermosísima ciudad de México-Tenochtitlán."

Hasta aquí la cita en el libro.

Por esas fechas, de acuerdo con información de la contraportada de ese libro, Juan Arturo López Ramos, se desempeñaba como secretario particular del Gobernador del Estado de Oaxaca; que fue precisamente en la fecha en que recibió en el Palacio de Gobierno a Pablo Juvenal y su acompañante, el músico neoyorkino.

Desafortunadamente, no aporta mayor información para identificar al músico y tampoco sobre las interpretaciones de Pablo Juvenal. No hay bibliografía y mucho menos datos para conocer el trabajo de este extraordinario médium de Santa Lucía Ocotlán.

¿Qué sabrán de Pablo Juvenal en Santa Lucía? ¿Vivirá todavía? ¿Existe su obra escrita? ¿Tendrá descendientes? La crónica que nos describe Juan Arturo López Ramos sucedió hace 35 años. ¿Existirán algunos apuntes del inteligente músico neoyorkino publicados por algún lado sobre Pablo Juvenal y sus interpretaciones de la historia?

Buscaré a mi amigo Pablito, presidente municipal de Santa Lucía Ocotlán, a ver qué podemos encontrar sobre este interesante heredero de la magia zapoteca antigua.

Esta historia continuará...

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