miércoles, 27 de marzo de 2013

Malinchistas y negreros

Diálogos de la vida real:

-¿Y por qué cerraste tu taquería?
- El municipio me fijó como horario de cierre a las once de la noche. A esa hora es cuando mero estoy vendiendo. Y además, pues ya no pude seguir pagando las multas y las mordidas de los inspectores.
- Pero te fuiste a otro municipio de aquí de la periferia, ¿no?
- Sí, pero no es la misma venta.
- ¿Y no te dedicas a otra cosa?
- No tengo tiempo, el negocio de tacos es muy celoso. Te quita tiempo.
- Pero, si pudieras ¿a qué te dedicarías?
- A echarle la competencia a los asiáticos.
- ¿Cómo?
- Mira, los negocios de chinos y coreanos están creciendo como hongos aquí en Oaxaca. Ellos están inscritos en un régimen fiscal menor y pagan una bicoca a Hacienda. Pagan sueldos de hambre, en promedio 600 pesos a la semana  a sus trabajadores, que son unos 57 dólares a la semana, más o menos. Un coreano o chino, por ejemplo, llega solito y empieza con un negocio pequeño. En un mes ya están con él sus abuelos, tíos, esposa, hijos, cuñados, sobrinos y de una sola tienda de venta de chácharas o de ropa, que compran aquí mismo en el país, más lo que meten de contrabando por la corrupción en aduanas, en un par de meses ya han abierto varias tiendas. No sé quién los protege o cómo le hacen, pero ellos han desplazado a muchos pequeños negocios tradicionales.
- Son los tiempos modernos.
- Pero yo creo que en Oaxaca no debe ser así. Qué no la Constitución dice que somos preferentes los nacionales a los extranjeros. Esta es nuestra tierra.
- Bueno, nosotros necesitamos inversión, generación de empleos y de alguna forma los asiáticos contribuyen a eso.
- Pero, ¿qué inversión? Ellos son revendedores de espejitos. No invierten en nada, porque son revendedores.
- Pero contratan a personal oaxaqueño, ¿o no?
- Pues sí, un lavatrastes, un personal de limpieza, vendedores de mostrador con jornadas de hasta 12 horas por día con sueldos de hambre. Son negreros. Además, mira las cocinas de comida china, en muchos negocios no ves un sólo mexicano, y encuentras un exceso de chinos para un negocio tan pequeño.
- Y cómo pretendes ponerte con Sansón a las patadas.
- Tienes razón, lo que pasa es que somos muy malinchistas. A mí que soy oaxaqueño me obligaron a cerrar mi taquería y esos chinos aumentan sus negocios de comida china.

Me quedo viendo con pena a mi interlocutor. Lo había citado para ver la posibilidad de asociarnos para abrir una lonchería en Santa Rosa, pero antes de plantearle el asunto me ha manifestado su decepción.

Ni modo, a buscarle de otra forma.

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