martes, 14 de diciembre de 2010

Oaxaca, democracia en crisis

En política se puede ganar perdiendo o perder ganando.
Los princnipales partidos de oposición en Oaxaca están ahora en el segundo caso, puesto que ningún partido tiene control efectivo del Poder Ejecutivo y ni de la Cámara de Diputados y en cambio su responsabilidad es enorme---les sucedió lo mismo que a Fox, ganaron en el momento menos indicado---.
Acostumbrados a comer de la mano de los gobiernos priístas, la oposición en Oaxaca siempre se dejó seducir por el gobierno en turno y su subordinación creó una especie de parasitismo de beneficios en dinero y en especie.
A la oposición le hizo falta crecer, madurar.
Salvo muy escasas excepciones, el papel de la oposición en la Cámara de Diputados en el régimen priísta se caracterizó por la denuncia abstracta y el colaboracionismo oficioso al límite.
Las iniciativas trascendentales brillan por su ausencia y lo que se percibe son efectos de los procesos de actualización legislativa del Congreso de la Nación y principalmente iniciativas del Gobierno Federal.
El papel de los partidos polìticos, al mismo tiempo, desapareció y se convirtieron en simples cajas de resonancia. Ningún partido le invirtió a la cultura democrática. Su funcionamiento no escapó a los vicios de élites y grupúsculos de intereses inmediatos.
La ciudadanía está ausente.
Amos de la verdad absoluta, los partidos de oposición en Oaxaca en el preámbulo de la caída del régimen priísta, nunca se preocuparon por modernizarse, renovarse, abrir espacios legítimos a las demandas de la ciudadanía.
Si bien es cierto que los políticos no son madres de la caridad, también se puede afirmar que sus comportamientos políticos no estuvieron a la altura de las circunstancias y que su acceso, hoy en día, al poder sólo traslada la arena política al interior del gobierno y la administración pública.
Pero todo esto, que realmente no se ve que tenga forma de reivindicación histórica del cambio en Oaxaca, empieza a acumular presiones que generaran situaciones de ingobernabilidad previsibles, únicamente controlables por los viejos vicios que algún día pretendieron combatir.
La democracia en Oaxaca está en crisis y no se vé por dónde haya una solución.

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