lunes, 29 de noviembre de 2010

Ladran Sancho, entonces... ¡córrele!

La sala es pequeña con piso de madera y por la enorme ventana se aprecia el amplio jardín. Nunca he entendido este estilo de construcción con espacios para habitaciones pequeñas y enormes espacios abiertos desaprovechados.
---¡Chong!---grita la señora YC y Chong, que en verdad es mixe pero su rostro redondo y sus ojos oblicuos hacen que cualquiera lo confunda con un oriental, se acerca rápidamente a la pequeña sala con su guayabera blanca y haciendo honor a su apodo, porque su nombre real es Juan, de cariño le dicen Juancho, pero a la señora YC, le parece que es más fino llamarlo juan Chon y más precisamente Chong.
Chong, que nunca ha estado en China y que nunca ha visto una película china, sabe que el nombre de Chong es respetable y que pronunciado con delicadeza se escucha como el sonido de una campana que al sonar llama la atención, se acerca y simulando una reverencia espera órdenes.
La señora YC le pide que traiga más galletas de sabor salado cubiertas de queso doble crema con trocitos de jamón serrano para sus invitados.
Chong obedece rápidamente y mientras los prepara se come una galleta de las que siempre prepara para las visitas de la señora YC, más ahora que tiene una reunión con personas que formarán parte del nuevo gobierno de Oaxaca.
Chong entrega el pedido y la señora le pide que no se aleje, se podría necesitar más refrescos o más vino de la reserva del 42 de la cava del esposo de la señora YC que ahora justamente está preparando su entrega recepción y que se alista también para incorporarse al próximo gobierno.
Chong escucha involuntariamente las intervenciones de las personas ahí reunidas:
---No nos hagamos pendejos. La ideología nunca ha sido divisa de cambio. A menos que agarres las armas y mueras como un mártir. Acá sólo importan las apariencias, hacer creer lo que no eres.
---Ja, ja. Eso es correcto, genio y figura, ¡hasta la sepultura!
---Pero además, y eso debe quedarnos muy claro, es que ahora estamos de este lado. El otro barco ya se hundió y nosotros formamos parte de la tripulación de un nuevo barco con un nuevo capitán.
---Yo tendría mis reservas de que el otro barco se haya hundido, al menos completamente.
---Bueno, bueno, si lo ves así, te darás cuenta que realmente el barco es muy chiquito y que nunca un gobierno se borra así nada más porque sí de la noche a la mañana.
---Son un mal necesario.
---A veces. La disputa de los partidos es encarnizada. Todos quieren manejar el dinero. Todos están peleando cuotas de poder como si realmente ellos hubieran sido los artífices del cambio.
---Pero ya quedaron asignadas las principales carteras, o no?.
---Ya a medias. Hay muchos inconformes.
---Como lo temía. Ellos han construido un puente privado en el que sólo ven su derecho de servidumbre. Esto puede generar problemas en cualquier momento.
---Sí, pero nosotros, acuérdate, no somos gente de partido. Nosotros estamos por encima de esas mezquindades.
---Eso sí que quede claro, mi equipo lo pongo yo y esta línea de negocios está apartada.
Se escuchan unas pequeñas risas.
---Entonces, la propuesta es todos para uno y uno para todos, pésele a quien le pese, van a jalar?
De pronto, un hombre de edad avanzada, delgado, blanco y de bigote, repara en la presencia de Chong, lo mira incómodo y le dice a la señora YC, con un marcado acento chilango: ---podrías decirle al chino que se traiga más agua mineral.
---La señora YC, le responde: ---Chong no es chino, es lacio y riéndose de su propio chiste, le indica con la mano a Chong para que cumpla la orden.
Lo que nadie nunca supo, es que Chong fue puesto precisamente en ese lugar como servidumbre para escuchar a los amigos del capitán.
Ladran Sancho, entonces...córrele.

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