Una muestra más del sensacionalismo de los medios quedó evidenciado ayer con los rumores sobre la supuestas 500 muertes por el desgajamiento de un cerro en el municipio mixe de Santa María Tlahuitolpec.
Taxistas y personas originarias y vecinas de la comunidad desmentían los hechos, pero su voz era imperceptible ante el rumor avallasador de los medios que en su alocada carrera arrolló literalmente a funcionarios políticos que en medio del desconcierto asumían con reservas lo que resultó una absoluta desinformación.
Parece ser que las desgracias que se viven en lo cotidiano resultan insuficientes para unos medios voraces que quieren construir escenarios a su medida.
El lamentable accidente de Tlahuitoltepec, sirvió asimismo para evidenciar la buena disposición y el apoyo solidario de los cuerpos de rescate que se aprestaron a brindar auxilio a nuestros amigos mixes.
La pérdida de vidas humanas, sin importar su cantidad, no deja de ser lamentable y más todavía, cuando sale a la luz pública que alguien no hizo su tarea ante los avisos de la propia comunidad sobre el riesgo latente. Pero todo esto resulta solamente un aviso, ya que al menos el 40 por ciento de la población del estado habita en zonas de alto riesgo.
No es pequeño el desafío para las autoridades.
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