miércoles, 18 de agosto de 2010

El problema del transporte en Oaxaca

Esta semana se destapó la cloaca del transporte.
La Ciudad de Oaxaca tiene un problema de origen: como ciudad colonial, su casco histórico es relativamente pequeño y el trazo y amplitud de sus calles es reducido. Al problema de origen hay que agregarle un crecimiento desordenado de vialidades, rutas y destinos que genera no sólo una contaminación auditiva y del aire, sino que principalmente, podría tener efectos sobre las construcciones antiguas, generalmente de cantera y de barro recubiertas por cemento, que generan un gradual daño a sus estructuras por las vibraciones del peso de los autos y camiones.
El casco histórico--considerado patrimonio mundial de la humanidad---, ha crecido también de manera desordenada por lo que sus límites se pierden y se confunden con los de sus municipios vecinos, que integran la zona conurbada de Oaxaca de Juárez.
Sobre ese mapa que podría parecer una telaraña asimétrica, existen rutas del transporte público que se caracterizan porque:
1. Pasan por el centro histórico.
2. Existen muchas bases instaladas lo más cerca del centro histórico.
3. Diversas empresas recorren las mismas rutas y destinos.
Claro que la mayoría de las rutas pasan por el centro histórico porque la Ciudad de Oaxaca de Juárez, como principal zona de servicios turísticos, comerciales y educativos, se constituye por sí misma como un destino natural.
Esto genera que el transporte público tenga una alta demanda y por lo mismo, una competencia constante entre prestadores del servicio.
Actualmente, existe una crisis general del servicio por la mala condición de la mayoría de las unidades de transporte, por la falta de educación vial y los constantes accidentes que generan los conductores.
Existen asimismo diversos delitos que se cometen a bordo de las unidades de transporte, en los que se han visto involucrados los propios conductores.
Ahora, con el pretexto del alza de la gasolina, los concesionarios están presionando para aumentar de 4.5 pesos a 7.5 pesos el pasaje por persona.
Como supuestamente el Gobierno sólo les concedió un aumento a 7 pesos, los concesionarios decidieron cerrar los accesos viales a la ciudad de Oaxaca de Juárez y dejaron de brindar por un día el servicio, a manera de presión para que el Gobierno les conceda la tarifa que solicitan.
Es usual en Oaxaca que posteriormente a un proceso electoral, los concesionarios del transporte público obtengan ciertas prebendas, por lo general derivado de los arreglos y apoyos que comprometen con el partido en el gobierno.
Habrá que esperar, en tanto la ciudadanía sigue pagando el costo de un servicio necesario que no está a la altura de las circunstancias.
Obvia decir que el problema del transporte implica abordar soluciones diversas, como la necesidad de reestructurar las rutas y diseñar obra pública para logística de transporte, introducir un tipo de transporte ecológicamente respetuoso del medio ambiente, restringir más accesos al centro histórico, con excepciones necesarias; que los gobiernos municipales le entren con mayor decisión a los problemas que les competen en materia de coordinación metropolitana y por qué no pensarlo, municipalizar el transporte por razones de interés público. ¿Alguien tendrá el valor?

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