Oaxaca territorio de fraudes

No es la primera vez.
Hay unos pillos que se hacen pasar por funcionarios o autoridades y extorsionan a las autoridades municipales con la promesa de gestionarles en donativo ambulancias, camionetas, maquinaria, juguetes y ropa supuestamente que ha sido decomisada por hacienda. A cambio de eso les piden jugosos anticipos que los presidentes municipales bien intencionados les otorgan sin la mayor formalidad.
Cuando se les ha otorgado el dinero desaparecen como por arte de magia.
Existe otro tipo de fraudes más elaborados.
Son empresas fantasmas, sin domicilio fiscal y sin teléfono fijo que ofrecen realizar obra pública a los ayuntamientos a precios irrisorios. Ellos dicen que tienen contactos en el gobierno y hasta le prometen una compensación a las autoridades municipales si les brindan una obra determinada.
Obvia mencionar que esto se traduce en anticipos que se evaporan o en el mejor de los casos en obra pública mal hecha o con vicios ocultos.
En todo el territorio oaxaqueño hay una novedosa fuente de fraudes que cometen las cajas de ahorro.
De las cientos de cajas de ahorro que hay en el estado, al parecer sólo dos están regularizadas por las autoridades en la materia.
Pero eso no lo sabe la población.
Las cajas de ahorro se multiplican como hongos gracias a que tienen una mayor cobertura en la mayoría de los municipios del estado, las operaciones que realizan son sumamente sencillas, el trato con el cliente es personalizado--nada que ver con la burocracia bancaria--- y sobre todo, la gente cree que las cajas pagan intereses mucho mayores que los bancos.
Además es relativamente sencillo abrir una cooperativa de ese tipo y las propias autoridades municipales tienen una nula intervención, ya que en la mayoría de los ayuntamientos no se cobran ni se expiden permisos de funcionamiento.
El caso es que en Oaxaca existen decenas de fraudes en los que las cajas de ahorro generalmente desaparecen de la noche a la mañana y se reinstalan en el mismo lugar con otros nombres y otros empleados.
Y usted, ¿Ya abrió su cuenta en la caja de ahorros de la esquina?