sábado, 30 de enero de 2010

Notarios en la picota

Ya era un escándalo.
La semana pasada en el periódico Reforma se publicó una nota de lo que aquí en el estado ya tenía meses de oler feo: la irregularidad en la obtención de "fiats" o por así decirlo, una especie de patente para ejercer como notario público.
Un caso similar ocurrió durante los últimos años de la gestión del sexenio anterior con la supuesta venta irregular de concesiones para servicios de taxis, que generó enfrentamientos entre los taxistas que contaban con su documentación en orden contra los taxistas piratas que tenían concesiones irregulares.
En ese entonces, se comentó que muchas concesiones irregulares eran compromisos de campañas de políticos que las gestionaron a cambio del voto corporativo. En otro caso, se generó una amplia discusión en la que bailaban millones de pesos, que terminó incluso con órdenes de aprehensión contra funcionarios de primer nivel y que al parecer nunca se ejecutaron.
Curiosamente, en ambos casos, tanto en las concesiones, como en el caso de los fiats, se requiere de la firma de funcionarios del más alto nivel para su otorgamiento.
Con razón era extraño que de la noche a la mañana algunos licenciados de dudosa capacidad y todavía más dudosa honestidad, se volvieron de pronto notarios.
En Oaxaca existen notarios exitosos que realizan su trabajo con estricto apego a la legalidad, pero también existen notarios cuyo único interés es obtener un fin de lucro, aunque para ello tengan que pasar por encima de la ley.
Probablemente este asunto no pase más allá de una noticia en un periódico.
Pobre Oaxaca, tan lejos del desarrollo y tan cerca de la corrupción.

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