jueves, 3 de noviembre de 2011

Pesadilla con la "santa muerte"


Es verídico.

Ayer 2 de noviembre, día de muertos, una pesadilla escalofriante comenzó mientras dormía: una fría mano jaló con fuerza mi pie derecho. Al igual que en muchos sueños de ese tipo da resultados enfrentar los propios miedos. Y comencé a patear con fuerza tratando de decirle a quien fuera ese espíritu que no tenía ningún miedo y es más, que si tenía mucho poder que me diera dinero.

Esto fue una estúpida decisión, porque dentro de la pesadilla me sentí transportado a una oscura habitación donde se encontraban diversas personas, de todos los rangos sociales y de diversas edades; se trataba de hombres y mujeres con miradas frías y rostros inexpresivos, al fondo de lo que parecía un salón se encontraba una persona extremadamente delgada que no parecía ni hombre ni mujer y su actuar era amanerado.

Parecía el líder de aquella reunión porque se movía con mucha resolución y su voz era firme, como de quien está acostumbrado a mandar. Vestía de blanco con una capa negra y sobre la cabeza llevaba una pequeña capa blanca con adornos de color anaranjado, que parecía flotar mientras hablaba.

Esta persona fantasmagórica les decía que todo lo que pedían lo podían obtener incluso, haciendo trampas. Un hombre de traje oscuro levantó la mano y dijo "yo conozco una fórmula para evadir el fisco, es el artículo 41" y me preguntó si conocía yo el "artículo 41", le respondí que no. Varias personas hablaban al mismo tiempo y contemplé un pequeño altar atrás de la persona que dirigía la reunión, en el que se encontraba un pequeño esqueleto vestido con una capa negra y entonces caí en la cuenta que estaba en una reunión con adoradores de la muerte.

Levanté la voz y les dije a todos, "Dios es superior y les da todo lo que le pidan, ¿por qué le piden ustedes a la nada?" Entonces, un joven que se veía frustrado ante la vida se levantó muy molesto y me gritó con mucha determinación: "¡Dios no existe!". Al principio me quedé impresionado por lo que él dijo, mientras la mayoría de los que ahí se encontraban le daban la razón. Le repliqué que todo cuanto existe lo ha creado Dios y que nada se mueve sin la voluntad divina. E incluso, les advertí---porque en ese momento suponía en el sueño que todos ellos estaban muertos--- que todos ellos volverían a nacer y entonces se beneficiarían de la generosidad divina de Dios. Entonces, dos sujetos de traje oscuro junto con el que parecía el líder me sacaron del lugar y me aventaron literalmente a la calle, sumamente molestos y enojados, y toda las calles estaban inundadas de lodo y aguas negras.

Las grandes avenidas y los grandes puentes de concreto con pasos a desnivel de una ciudad que no identifico, se encontraban inundados de lodo, yo pensé "no tengo alternativa, pero no voy a pasar por entre ese lodazal" cuando miré hacia la izquierda y noté un puente verde, seco y por el que transitaba mucha gente, pensé, "ya la hice" y en ese momento me desperté y me dirigí hacia el altar familiar y me prometí no andar de ambicioso.

Addenda

La paz que brinda la recámara me hizo recordar una cosa que había olvidado, el discurso del líder de esas personas que estuvo más o menos en estos términos: "La muerte es la solución a todos los problemas. ¿Tienes alguna enfermedad? La muerte le pone remedio; ¿tienes problemas económicos? La muerte le pone remedio; ¿alguien hace mucho daño? La muerte lo pone en su lugar, para todo y al final la muerte siempre es la solución.


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