martes, 20 de septiembre de 2011

Nomenclatura a la oaxaqueña

No es para reirse.

Pero parece que los políticos oaxaqueños tienen una ambición seria por dejar huella de su existencia y aún en vida le ponen su nombre a calles, colonias, mercados, escuelas y todo aquello que represente una oportunidad para imprimir su nombre.

En muchos estados de la República Mexicana existen reglamentos de nomenclatura, en los que se prohíbe poner nombres de personas vivas a lugares públicos.

Los oaxaqueños no tienen ese problema y por eso es común ver una extraordinaria cantidad de lugares públicos con nombres de políticos más que vivitos, que deben estar muy contentos de haber pasado a la historia, aunque sea por el nombre de esos lugares.

Irónicamente algunos de esos lugares, además con nombres de dudosa reputación en el colectivo local, evidencian más bien que no hubo políticos, por la ausencia de servicios públicos y la inexistencia de planeación urbana.

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