viernes, 30 de septiembre de 2022

Oaxaca: bloqueos escalan la violencia

Era de esperarse.

En el mes de septiembre se inauguró una novedosa solución a los bloqueos en Oaxaca.

Como se sabe, el estado de Oaxaca se caracteriza por la abundante ola cotidiana de manifestaciones sociales, a través de bloqueos, marchas, plantones, que con causa o sin causa, paralizan las actividades económicas, los servicios y causan malestar entre la población afectada.

Desde hace un par de décadas se han venido ofreciendo alternativas de solución, siendo una de las últimas, legislar para prohibir ciertos tipos de manifestaciones que impidan la circulación en la vía pública. Pero ninguna ha prosperado ante instrumento de presión, que muchas veces resulta eficaz contra el gobierno estatal.

Cuando hay un bloqueo, no sólo se cierran las calles y avenidas, los negocios o las oficinas públicas, por lo general la actitud de los manifestantes es violenta. Son personas preparadas, como grupos de choque, que detienen al transporte público y con amenazas obligan a choferes y pasaje a obedecer.

Sin ninguna consideración bajan del transporte a personas de la tercera edad, mujeres embarazadas, niñas y niños, a personas trabajadoras que ese llegarán tarde a su empleo o no realizarán algún trámite porque ha sido violentado su derecho de tránsito.

La ciudadanía está indefensa ante estos abusos.

En el caso de los automovilistas, ante los bloqueos tienen que buscar alternativas de movilidad que les hacen gastar más gasolina, más tiempo y con ello se genera una mayor contaminación. Eso en el mejor de los casos, ya que a veces se quedan atrapados sin poder moverse para ningún lado.

Las afectaciones al transporte de carga que se queda varado, debe causar también algún tipo de daño logístico, con las afectaciones que causa esto a las empresas.

Comerciantes del mercado de abasto han señalado que cuando hay bloqueos disminuye la venta y aumenta el riesgo de la merma en productos orgánicos.

Algunas veces, las organizaciones sociales o sindicatos han cerrado negocios del primer cuadro de la ciudad, con lo que se afecta al turismo, no sólo al dejar de brindarles servicios, sino también por la  falta de control y el temor de visitantes ante las agresiones de manifestantes rijosos.

Estos abusos de los manifestantes han encontrado por fin una solución que llegó de donde menos se esperaba.

La población afectada se organiza para solicitar amablemente a los manifestantes que no impidan el paso, como los manifestantes no hacen caso, han sido desalojados con violencia.

El hartazgo a los constantes abusos de los bloqueos se ha topado con el pueblo afectado y empieza a propagarse el ejemplo.

No es la solución esperada, pero el daño constante a la población encontró un mecanismo de defensa.

Deseamos que las inconformidades de sindicatos y las organizaciones sociales, principales promotores de los bloqueos, encuentre solución a sus demandas por las vías legales y que se privilegie el estado de derecho para que la violencia no escale, como es el gran riesgo que se percibe ahora.


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