sábado, 3 de enero de 2015

Oaxaca y la muerte de Colosio

Más concretamente podría titularse "San Pablo Guelatao y la muerte de Colosio".

El 5 de febrero de 1994 (47 días antes de que fuera asesinado) el entonces candidato del Partido Revolucionario Institucional a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio Murrieta, visitó en su campaña política a San Pablo Guelatao, Oaxaca, la cuna de Benito Júarez.

En esa ocasión ofreció un discurso ante representantes de los distintos pueblos indígenas y firmó el libro de visitas de Guelatao.

Llama la atención que tanto en su discurso, a través del que propuso un nuevo pacto con los indígenas --como en su mensaje escrito en el libro de visitas a Guelatao--, rechazara expresamente la violencia y la muerte, que objetivamente están fuera de contexto, tanto de su discurso, como del protocolo de la firma del libro.

En el epílogo de su discurso(que se puede leer en http://www.bibliotecas.tv/colosio/discursos/candidato05feb94.htm), se perciben fuera de contexto las siguientes frases:

"Queremos cosechas en lugar de violencia.
"Queremos diálogo en vez de enfrentamientos.
"Queremos compromisos en lugar de divisiones.
"Queremos vida en lugar de muertes."

De la misma manera, vuelve a reiterar el asunto de la muerte, en su mensaje escrito en el libro de visitas , en el que textualmente dejó escrito:

"Rindo hoy homenaje a Benito Juárez en este febrero de 1994 cuando los mexicanos lo que queremos son cosechas. Diálogo, no enfrentamientos, compromisos comunes no divisiones, cuando lo que queremos es vida no muerte." Donaldo Colosio Murrieta. (Cita en el apartado del Libro de Visitas de Guelatao, en  Homenaje a Benito Juárez en el CXXV Aniversario de su fallecimiento. Municipio de Oaxaca de Juárez, Oaxaca, 1997.)

En el primer caso, en su discurso, no se fija un antecedente que permita enfatizar de esa manera la idea de la muerte y al igual que su reiteración en su mensaje escrito, esa referencia se nota evidentemente fuera de protocolo.

Probablemente, la perorata de su discurso tenía un destinatario al que se brindaba una respuesta, lo cual es muy común en el discurso político; mientras que el mensaje escrito en el libro de visitas, pudiese tratarse de una reiteración intencionada o subconsciente, sobre una idea que necesitaba dejar en claro el candidato: queremos vida, no muerte, como un llamado de auxilio ante una amenaza.

Aún, si no fuera el caso de esta hipótesis, la casualidad en ambos casos es escalofriante.

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