viernes, 25 de marzo de 2011

Nostalgia por el pasado reciente

Como en los mejores tiempos.
Reunidos en el patio de una casona antigua en la Ciudad de Oaxaca hablan los mayores.
Dicen que hasta fines de los años 70 prácticamente todos los habitantes de la Ciudad de Oaxaca se conocían.
La mayoría eran vecinos, estudiaban en las mismas escuelas, se identificaban con facilidad y todavía se acostumbraba a saludarse en cualquier momento en que se encontraban.
Identifican con nostalgia los lugares comunes de antaño, las figuras públicas de la Ciudad, las anécdotas, la vallistocracia como un reconocido y respetado grupo de oaxaqueños que defendían el interés de la Ciudad.
Pero todo pasa.
La modernidad nos invadió de pronto y se abrieron más carreteras y de pronto todo el valle de Oaxaca se pobló de manera inusitada y las casonas de la Ciudad, ya derruídas por los sismos, ya abandonadas por sus originarios habitantes, fueron transformándose en una nueva fisonomía de negocios y departamentos.
La ciudad fue perdiendo su originalidad provinciana y la modernidad y el crecimiento urbano desordenado le cayeron como una pesada carga, producto de su ingreso a una nueva era que nadie precisa y que nadie liderea, al parecer, solamente, la incertidumbre.
Así es la vida.

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