miércoles, 14 de julio de 2010

Incertidumbre tras elecciones locales en Oaxaca

A diferencia de otros procesos electorales en donde la alegría se mantiene como una muestra de la esperanza viva por el cambio, en Oaxaca no se respira ese ambiente.
El estado de ánimo de la mayoría de la gente está apagado. Lo ensombrece la incertidumbre.
¿Qué pudiera contribuir a generar incertidumbre entre la población?
En primer lugar la idea de que el gobierno priísta será suplido por un gobierno expriísta. Es decir, las mismas caras de siempre y probablemente las mismas prácticas.
En segundo lugar, toda la parafernalia que rodea al gobierno electo de Gabino Cue: los compromisos con grupos de poder (en el caso de ex gobernadores priístas), los compromisos con organizaciones políticas (de otro modo, tal vez Flavio Sosa, el líder visible de la APPO nunca hubiera llegado a la Cámara de Diputados), los compromisos con funcionarios priístas que lo apoyaron bajo el agua (las deslealtades para el partido gobernante estuvieron a la orden del día), las previsibles disputas entre los partidos de la coalición(aún cuando sus vocaciones e ideologías no fueran afines, en el estado de Oaxaca tradicionalmente se han subordinado al poder central) y de manera principal, que se mantendrá la disputa por la presidencia de la república, que desde ahora, orienta y subordina al nuevo gobierno a otra prioridad.
Esos factores probablemente mantienen apagada la población del Estado.
No hay buen ánimo. No se ve.

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