miércoles, 29 de mayo de 2019

Oaxaca le falla a Google


Google, una de las empresas tecnológicas más importantes del mundo, tuvo el acertado tino de programar la impartición de una serie de talleres y conferencias de gran relevancia y utilidad dirigidos a una audiencia de los sectores público, social y privado de Oaxaca, pero la burocracia local no pudo brindar la atención necesaria que requiere un acto de estas dimensiones y por falta de garantías de la parte anfitriona se canceló este acto histórico.

La empresa que se ubica entre los primeros lugares del ranking mundial del sector denunció públicamente la falta de apoyos y garantías de la parte estatal, lo que representa al mismo tiempo una pésima señal de la capacidad de organización y logística de los responsables oaxaqueños.

El silencio de las autoridades de Oaxaca abona a estas denuncias y ya los ciudadanos comentan en redes sociales no solo la incapacidad de la parte oficial, sino, incluso, las posibilidades de que se hayan cometido excesos o abusos en las contraprestaciones exigidas a Google, lo cual podría tratarse de actos de corrupción.

Cualquier estado de la República Mexicana que tenga autoridades capaces y sensibles a la modernidad tecnológica apreciarían que Google los eligiera como destino para estas actividades de divulgación, formación y apoyo de primera mano.

Hay que recordar, sin ir tan lejos, el enorme prestigio que le brinda al estado de Puebla, albergar la “Ciudad de las Ideas”; o los eventos tecnológicos que se realizan en el estado de Jalisco cuya infraestructura comercial y de servicios tecnológicos son punta de lanza a nivel nacional; por no mencionar otras tantas experiencias exitosas que hablan bien de los gobiernos de esas entidades federativas.

Esta lamentable situación en Oaxaca se alinea a los errores y vicios del gobierno mexicano por su desinterés hacia la ciencia y la tecnología, demostrado a nivel nacional por los recortes presupuestales al sector y por la falta de ideas precisas y objetivos claros en la materia en el Plan Nacional de Desarrollo.

Los tiburones del marketing de otros estados ya deben estar ofreciéndole a Google todas las facilidades para trasladar este tipo de eventos hacia otras entidades, más comprometidas con el desarrollo y también, mejor sensibilizadas de la autopromoción que le haría a sus gobiernos la presencia del gigante tecnológico.

Oaxaca pierde la oportunidad de promocionar el turismo corporativo y manda una mala señal para el mercado mundial del turismo de convenciones.

Nuestra entidad sufre de severos rezagos educativos, tecnológicos y de desarrollo y además deja mucho qué desear en la vinculación con empresas globales.

En el mejor de los casos en el gobierno oaxaqueño debe prevalecer una lógica elemental, un prurito de sensatez y un acto de educación, para disculparse y reivindicarse para apoyar este tipo de actos. 

Eso es lo deseable, a pesar de que el daño ya está hecho y ha quedado registrado en la historia como el día en que Oaxaca le falló a Google, ¡qué pena y qué vergüenza mundial!

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