martes, 2 de diciembre de 2014

Minucias sobre educación en Oaxaca

I

La historia como ideología 

Con motivo del 20 de Noviembre, Día del inicio de la Revolución Mexicana, los alumnos de las diversas escuelas de primaria y secundaria realizaron una representación del movimiento armado.

Así, escenificaron puntillosamente la lucha de clases representada por el "pueblo", armado hasta la médula, contra la burguesía, representada por niños vestidos a la usanza de la sociedad porfirista.

La representación hubiera estado bien, de no ser porque algunos maestros le pidieron a los alumnos que representaban a la burguesía, que se pusieran máscaras con rostros de políticos y funcionarios de primer nivel en México.

Independientemente del intento de recreación histórica para comprender la trascendencia de este movimiento, los espectadores sólo vieron cómo se manipulaba la historia y a sus hijos por parte de maestros sin escrúpulos.

II
Los límites del idioma

Su mirada es transparente y su franqueza no tiene límites. De unos 16 años, originario de la sierra sur, mira de manera penetrante a su interlocutor y dice: "Es que no le entiendo. Hay muchas palabras que no entiendo. Por eso voy reprobando, no porque no quiero aprender."

Es inevitable, gestionó su baja del nivel medio superior porque al igual que varios de sus compañeros que van reprobando varias materias, tiene un manejo deficiente e insuficiente del idioma español.

Al tiempo de que fortaleció su lengua materna en la primaria y secundaria bilingües, se fue marginando.

No está mal enseñar en lenguas indígenas---alabo la medida----, pero también es necesario enseñar (y bien) el idioma español.


III
Adiós a la autonomía universitaria

 Un día se va a acabar la "autonomía universitaria" y los culpables serán los propios trabajadores y funcionarios de las universidades públicas.

Comentan que por ejemplo, en la UNAM, un importante porcentaje de "pases automáticos" se otorgan al reinante partido dizque de izquierda en el D.F., con lo que se afecta la equidad, que es un principio que debería de regir en la máxima casa de estudios.

Pero viendo la viga en el ojo propio, la Universidad Autónoma "Benito Juárez" de Oaxaca, no se queda atrás.

La venta de calificaciones por parte de maestros en algunas facultades, como Derecho, Odontología, Enfermería y otras, deja mucho que desear sobre la integridad moral de sus trabajadores. Acaso, quien se lleva la rechifla por los escándalos en la venta de lugares es la Facultad de Medicina. Pagar hasta cien mil pesos para obtener un lugar de nuevo ingreso en esa "facultad", deja sin respiración a quienes creíamos en la verborrea de los maestros y personal administrativo que chillan ante la privatización de las universidades y sus prácticas son peores.

Oaxaca pobre, ¡Pobre Oaxaca!



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