lunes, 12 de marzo de 2012

Peregrinos en el abandono

Juquila es un santuario extraordinario.


Diariamente cientos de visitantes de todo el país llegan en autobuses, autos propios, camionetas, moticicletas, bicicletas y en temporada decembrina, llegan caminando o corriendo, según hayan organizado su peregrinación.

 Además de contribuir al turismo, el Santuario de Juquila, genera ingresos que benefician a la población del municipio de Santa Catarina Juquila y también a la población aledaña, por lo que las comunidades indígenas de mazatecos y chinantecos obtienen ingresos que apoyan su economía.

La semana pasada una larga fila de autobuses de turistas, tanto religiosos, como los que se trasladan por esta carretera a Puerto Escondido, no pudieron ingresar al Santuario ni continuar su camino. El motivo, organizaciones sociales cerraron el paso a la altura del punto trino que lleva a esos lugares, donde se ubica la garita de los militares y se bifurca el camino a Oaxaca, Puerto Escondido y Juquila.


Pese al reclamo de los conductores de autobuses que decían que entre sus pasajeros llevaban gente enferma rumbo al Santuario, no los dejaron pasar. Incluso, un peregrino bajó del autobús con un altavoz y se dirigió a los manifestantes más o menos en estos términos "Señoras y señores, nosotros somos peregrinos. Hemos hecho un esfuerzo muy grande para venir a visitar a la Virgen aquí a su estado. Venimos de lejos. No tenemos la culpa de sus problemas. Déjennos pasar, por favor. Llevamos rato viajando, traemos ancianos, niños y mujeres embarazadas, por favor déjennos pasar..."


Los ruegos fueron inútiles.

Mientras los líderes sociales se refrescaban en los negocios del lugar comiendo y tomando cervezas, los peregrinos malhumurados, bajo la intensidad del calor del medio día, se quejaban de la impunidad de esos manifestantes. 

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