miércoles, 15 de mayo de 2019

Teposcolula, pueblo mágico

¿Qué es lo que hace mágico a un lugar determinado?

La energía que fluye en su entorno, y que se percibe en su arquitectura, en su ubicación geográfica, en historia, en su cultura, en su gente.

Enclavado en un pequeño valle, el municipio de San Pedro y San Pablo Teposcolula es uno de los tres municipios cuyo nombre es de dos santos. Hay otros dos municipios también dedicados a los mismos santos.

San Pedro y San Pablo Teposcolula cuenta una de las capillas abiertas más sorprendentes de los templos dominicos ya que es considerada la más grande de América Latina.

La intención de la Orden Dominica era crear un auditorio para predicar y realizar sus ceremonias religiosas ante grandes contingentes de personas. Cuando visitas este lugar no es difícil imaginarse la proyección que alcanzaba el orador principal desde el altar al dirigirse a unos cuantos miles de personas.

Hay una característica especial que tiene el ex convento anexo al templo, sobre sus paredes del patio principal existen cuadros que ilustran momentos clave de la vida de Santo Domingo de Guzmán, por lo que resulta muy interesante primero documentarse sobre la biografía de este hombre extraordinario y posteriormente apreciar los cuadros que existen en este lugar.

Especial atracción para visitar después del templo y su ex convento es la Casa de la Cacica, que son vestigios de la residencia de los descendientes de los reyes mixtecos, que habitaban de manera regular entre las regiones de la mixteca poblana y guerrerense.

Ubicado a 140 kilómetros aproximadamente de la capital del estado, el municipio de San Pedro y San Pablo Teposcolula es un lugar mágico para visitar en la región de la mixteca oaxaqueña.

















Aspecto de la entrada lateral al templo de San Pedro y San Pablo Teposcolula. En esta entrada se encuentra un pequeño huerto utilizado por los antiguos frailes de la orden.
















Capilla abierta, fachada del templo y ex convento anexo.




















Debajo de la cruz que se aprecia en el fondo se ubica el altar principal de la capilla abierta.




















En el interior del templo se encuentran altares con los estilos que son comunes a esa orden religiosa.




















Los altares son un alarde del tallado magistral de la madera.




Pasillo del ex convento en el que encuentran las grandes pinturas al óleo con imágenes de la vida de Santo Domingo de Guzmán.
















Algunas pinturas al óleo tienen recuadros que explican momentos de la vida de Santo Domingo.
















Las pinturas al óleo tienen técnicas de muralismo que destacan la imagen del fundador de esa orden.
















La Casa de la Cacica colinda prácticamente con predios de vecinos que han construido casas modernas. Los vestigios de la construcción permite dilucidar que se trataba de complejos palacios funcionales.








A la Cacica la describen como una hermosa mujer rica y poderosa, a la que honraban los pueblos mixtecos llevándole oro, cacao y los mejores textiles. Al igual que los caciques de Tlaxcala, los caciques mixtecos conservaron sus títulos, tierras y reconocimientos y sus descendientes cambiaron sus nombres con la llegada de los españoles, pero conservaban su estatus social.
















A un costado del majestuoso templo de San Pedro y San Pablo Teposcolula se ubica el edificio de lo que fue el antiguo Hospital de Indios.
















El colorido y diseño del edificio del Palacio Municipal lo hacen una exquisita obra arquitectónica para la vista.

 

En las fachadas de las casas antiguas de la comunidad se puede apreciar el extraordinario trabajo de la cantera.





















El seis de agosto se realiza en la comunidad la tradicional Calenda en la que participan "El Diablo" y "La Muerte", figuras típicas de la cultura popular.



lunes, 29 de abril de 2019

Ambientes obesogénicos en el Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca


El Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca(Cobao)  genera ambientes obesogénicos en sus más de 68 planteles propiciando que más de 38 mil estudiantes estén expuestos a una mala alimentación.

Lo anterior se deriva de las políticas internas del Cobao que consiste en privilegiar la venta de alimentos chatarra y de refrescos como una condición para la operación de los servicios de cafetería que funcionan en los distintos planteles de este subsistema de educación media superior.

De acuerdo con el avance preliminar del diagnóstico sobre “La Alimentación del alumnado en el Cobao”, realizado por alumnos de la Licenciatura en Gastronomía del Instituto de Estudios Superiores de Teposcolula(IEST-LG), en los planteles del  Cobao es un requisito distribuir los alimentos procesados de la empresa “Bimbo”, así como de las variedades de bebidas envasadas de la Pepsi, que, a decir del propio personal de las cafeterías, es quien tiene la concesión para la venta de esos productos en el interior de los planteles.

Además del servicio de cafetería, existen  también en muchos planteles máquinas despachadoras de alimentos procesados y de expedición de refrescos de esa marca.

De acuerdo con la versión de un gerente regional de esa empresa refresquera, entrevistado por los alumnos del IEST-LG y quien pidió no mencionar su nombre, ya tiene varios años que la Pepsi tiene la concesión de la venta de refrescos y bebidas envasadas en todo el Cobao, incluyendo sus oficinas centrales, sin embargo, la venta de bebidas se ha rezagado en relación con las aportaciones económicas que la Pepsi otorga al COBAO a través de una fundación que se encarga de administrar los servicios de las cafeterías: “Aunque se vende mucha agua embotellada, hemos venido insistiendo en que se tiene que elevar el consumo de refrescos para alcanzar nuestras metas anuales de ventas”, dijo.

El diagnóstico preliminar de los alumnos del IEST-LG, señala que junto con esta situación que convierte a los planteles del COBAO en una poderosa red de distribución de refrescos y alimentos chatarra, se percibe también una falta de supervisión para regular la calidad de los productos que se expenden al alumnado. “En nuestra muestra aleatoria del servicio de cafeterías del COBAO encontramos algunas fallas elementales en materia de protección civil, algunos problemas de higiene en el manejo y preparación de los alimentos y sobre todo, una venta predominante de refrescos y de alimentos chatarra que propician una mala alimentación en los educandos”.

Hay que recordar que según la teoría sobre los ambientes obesogénicos, éstos se caracterizan por la existencia de condiciones que propician una mala alimentación que puede generar efectos nocivos para la salud de las personas.

martes, 16 de abril de 2019

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, IN MEMORIAM

Este 17 de abril se cumplen cinco años del fallecimiento del querido maestro Gabriel García Márquez, acá algunos textos que he publicado en este mismo blog:

MIS FOTOS FAVORITAS DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Las fotos que siguen fueron tomadas del libro "Gabo Periodista", cuya reseña está en este mismo espacio. Son fotos que en lo personal identifico con tres momentos clave de García Márquez.



















En esta foto percibo a un periodista vigoroso, audaz, reflexivo y profundamente humano. Esta foto fue tomada por Nereo López en Bogotá, Colombia, alrededor de 1967. (Página 58 del libro)



















Esta otra foto me gusta mucho, se ve bien pícaro, alegre, de un humor rebosante, fue tomada por Rodrigo Moya en México, D.F., en 1976.





















  
Esta es, para mí, la fotografía del escritor consagrado. El maestro de la literatura que ha cosechado el éxito. Fue tomada en 1990, en Bogotá, por Hernán Díaz. (Página 28 del libro).
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UNA SELFIE CON GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ


Empezaba a oscurecer.

O tal vez sea una de las precisiones de la memoria, que dibuja a Gabriel García Márquez como si estuviera iluminado y todo a su alrededor oscuro. Lo que es cierto y seguro es que era un día entre semana por la tarde, porque entonces yo estudiaba en la Universidad por la mañana y la otra mitad del día era empleado de la Librería Gandhi de Coyoacán.

Entonces sólo existía la antigua y única librería "Gandhi", hacia finales de los años noventa, pero ya consolidada como un espacio de libros clásico que era visita obligatoria de escritores, intelectuales, lectores, artistas y bohemios.

Hasta la fecha, la presencia de escritores ahí es frecuente y para algunos empleados de la librería esas visitas eran la oportunidad para platicar y obtener la dedicatoria en las obras de sus autores. Varios trabajadores de la "Gandhi" nos disputábamos para ser los primeros en atender a los escritores de renombre que según nuestra propia experiencia de desplazamiento de sus libros entre los lectores les asignábamos una importancia determinada. También había algunos autores que parecían espantapájaros porque a la hora de su visita y por su trato no tan cálido, los empleados nos desaparecíamos como por arte de magia.

Empezaba a anochecer y parecía un día normal, hasta que el revuelo comenzó por la entrada de la librería. De pronto, mucha gente, entre clientes y empleados se remolinaron en torno a alguien y el barullo impedía acercarse, pero era una señal precisa de que un personaje destacado había llegado. Casi enseguida corrió la voz: "¡Llegó Gabo, llegó Gabo!" y nuestro primer impulso fue ir corriendo a la sección de novela y tomar Cien Años de Soledad para acercarse al maestro.

De manera natural se formó una fila para conseguir el autógrafo de Gabriel García Márquez, que con una sencillez de santo preguntaba el nombre de las personas para escribirles su dedicatoria. Cuando fue mi turno, entre empujones me acerqué al maestro y no pude evitar extenderle la mano para saludarlo, él sonrió,vestía un saco a cuadros y ya las canas y sus lentes le daban el aspecto de un sabio que contemplaba un fenómeno ordinario, pero se notaba gozoso y feliz de ver coronada su vida y su obra con el reconocimiento espontáneo de la gente, me saludó con un apretón de manos fuerte y firme y sentí en ese momento una ligera descarga eléctrica que sacudió todo mi cuerpo y luego una sensación de calor agradable.

El maestro sonreía y me dio la impresión de que una lágrima asomaba por sus ojos. Todo lo que quería preguntarle me lo contestó con ese fugaz y momentáneo saludo de manos y su mirada colmada de felicidad. Yo quedé satisfecho y lo miraba a la distancia. Apenas terminó de escribir las dedicatorias a las dos docenas de personas que se encontraban a esa hora en la librería se retiró como entró, en medio del júbilo y la buena vibra de todos.

Las personas que estaban en la cafetería y las que se encontraban en el área de discos apenas empezaban a llegar a la sección de libros y a solicitar con urgencia "Cien Años de Soledad".

Una clienta joven y guapa, de una gabardina oscura y una mascada naranja, parecía artista de cine, me pidió el mismo libro y me dijo "o tráigame cualquiera de Gabo, rápido por favor, que se va." Me deslicé con velocidad a la sección de novela y el espacio de exhibición dedicado a ese autor aparecía vacío. Con el mismo sentimiento de premura me dirigí a la bodega y justo en ese momento sacaban más libros de García Márquez, pero como tenían que registrar el título y número de libros que se sacaban perdí un par de minutos.

Salí al área de ventas con varios ejemplares de "Cien Años de Soledad", pero la chica que me lo había solicitado ya no estaba. García Márquez ya se había marchado y los demás clientes empezaban a dispersarse. Acomodé los libros en su lugar y me acordé de repente que mi libro autografiado lo había dejado en la mesa donde la chica bella me había pedido un ejemplar de Gabo. Lo busqué con ansia, pero el libro ya no estaba y la joven tampoco.

Pregunté en cajas si alguna chica hermosa de gabardina oscura y mascada naranja había comprado "Cien Años de Soledad" y la cajera me contestó que sí, que ella misma le preguntó a la clienta si se iba a llevar el libro de todos modos porque el escritor García Márquez ya se había retirado de la librería y la joven le dijo que sí, que se lo cobrara lo más rápido que fuera posible porque "hay días en que una se levanta con suerte" y luego se retiró con mucha prisa.

En esos años el teléfono celular era incipiente y las cámaras fotográficas no eran tan prácticas ni populares como para andar cargando una todo el tiempo.

Pasados los años visité el Museo de Cera de la Ciudad de México y ahí me volví a encontrar con Gabriel García Márquez, era la segunda vez en la vida que me lo encontraba y podría jurar que vestía como la última vez, solo que ahora estaba convertido en una inmortal figura de cera.

Estuve todo el tiempo que quise junto a él y festejé nuestro encuentro con una selfie.

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RESEÑA DEL LIBRO "GABO PERIODISTA"

¿El periodista nace o se hace?

Pregunta ociosa que recuerda el dilema planteado por los maestros a los pupilos si primero fue el huevo o la gallina y que cualquier biólogo precisa, con la mano en la cintura, que antes que todo fue el huevo en una continua y compleja red de células que fueron evolucionando.

Si la teoría evolucionista tuviera que aplicarse al periodismo---ya como decía Manuel Buendía, el oficio más antiguo del mundo, o como diría Gabriel García Márquez, el mejor oficio del mundo---, es evidente que el periodista nace, de la misma manera que se nace para ser la Madre Teresa de Calcuta, Martin Luther King o Gabriel García Márquez.

Más allá de los determinismos, un hecho es bastante cierto: la mayoría de los seres humanos tienen cierto talento, una vocación, un halo del espíritu que bien orientado es germen generoso de fecunda creatividad.

Pero el talento por sí mismo no es garantía de éxito si no se disciplina y se le brinda la constancia rigurosa del trabajo constante y optimista y sobre todo, la firme creencia de que lo mejor está por hacerse, lo que supone la premisa virtuosa de la humildad y el deseo fervoroso del mejoramiento permanente como un desafío de vida.

Son escasas las oportunidades en las que el creador puede documentar su obra.

Recuerdo a Jorge Ibargüengoitia en la excelente selección de artículos que hizo Guillermo Sheridan, intitulado “Autopsias Rápidas”, publicado por Vuelta, en algunos de los que explica el tormentoso proceso creativo o la chispa inesperada que le dio forma a sus novelas. Algo parecido hace Paco Ignacio Taibo II en las últimas novelas de Belascoarán, sus prólogos son sinceras confesiones de las dificultades que enfrenta el escritor, y en su caso, de las facilidades que, merced a una constancia a toda prueba, arrojan en momentos inexplicables la solución a la novela.

A diferencia del que escribe literatura, el periodista no puede excusarse de los alcances de su trabajo, apremiado por el rigor de las presiones de la entrega, prácticamente tiene que avanzar contra viento y marea para llegar a buen puerto que es publicar con oportunidad su colaboración. Pasado el tiempo y tras el éxito obtenido, el periodista reconoce que ha hecho un buen trabajo.

En estos casos, sirve de mucho el testimonio de los colegas.

Este es el caso del libro “Gabo Periodista”, que es una antología de textos periodísticos de Gabriel García Márquez , seleccionados y comentados por periodistas cercanos al autor de Cien Años de Soledad.

Para los admiradores del trabajo literario y periodístico de Gabriel García Márquez, esta obra, bajo el cuidado de Héctor Feliciano, a la sazón, presidente de la coeditora Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, viene a ser una antología fundamental para conocer la evolución creadora de Gabo y en la mayoría de los casos, del contexto en el que se generaron dichas creaciones, con venturosa constancia de primera mano.

Un acierto editorial ha sido el acompañar las publicaciones con numerosas fotografías de Gabo en su oficio de periodista, por lo que el lector logra un mayor acercamiento en la vida y la obra de García Márquez.

De hecho, no cambia mucho en sus retratos, es el mismo de la frente ancha coronada por un crespo cabello del caribe criollo; su mirada infantil y risueña, pero escrutadora y analítica, que enmarcan sus cejas inquisidoras; la nariz aguileña remata con un abundante bigote sobre unos labios que revelan una sensualidad permanente y un mentón protuberante que señala determinación y arrojo.

Hay tres fotos que me parecen muy interesantes.

Las tres son poses para la cámara. Una es donde aparece con el ojo morado y que consignó Rodrigo Moya en México, D.F., en 1976, después de un incidente con Mario Vargas Llosa que el mismo Gabo omitió en Vivir para Contarla y que en el mundillo de los libros se cuenta como una anécdota de chisme y de la que se espera que algún día Mario Vargas Llosa haga alarde en sus memorias.

Gabriel García Márquez aparece sonriente con el ojo morado en una actitud pícara. Esa foto se puede encontrar en internet y a pesar de que fue tomada cuando Gabo rondaba casi los 50 años, es una foto en que se muestra travieso, como quien ha perseguido a un gato sin lograr atraparlo y que en su correría ha dejado una evidencia de vajillas rotas que le ha provocado un gran regocijo.

Esa foto se podría ubicar en la delgada línea que divide a la realidad de la ficción y más allá del ojo morado, es la foto que preferiría que utilizaran los maestros de literatura cuando hablaran de García Márquez, porque es un retrato que nos acerca más al hombre de carne y hueso, al vecino costeño y divertido.

Otra foto interesante, a mi modo de ver, es la que inmortaliza al literato consagrado, es una fotografía de su edad madura, allá por 1990, tomada en Bogotá por Hernán Díaz (Página 28 del libro). Gabo tiene 63 años, pero aparenta una edad menor—es un traga- años---. Es un hombre de cabello cano y bigote blanco que aparece sentado de espaldas a un espejo que le sirve de marco, viste camisa blanca y un suéter oscuro, está cruzado de brazos y mira de frente a la cámara, que está ubicada a una altura menor, y se destaca por su sonrisa enorme y franca. Esa es la foto que podría estar en las bibliotecas o en las instituciones culturales.

La tercera foto que escojo, del centenar que contiene el libro, es la foto con la que preferiría identificar al Gabriel García Márquez periodista (página 58 del libro) y que fue tomada por Nereo López en Bogotá alrededor de 1967.

Aparece en primer plano el rostro de Gabriel García Márquez, tres cuartos mirando hacia la izquierda; tenues líneas horizontales surcan su frente y el vértice de su ceño fruncido ligeramente muestra la costumbre de impresionarse y reflexionar de continuo, pero la mirada fija es penetrante y se nota que escruta y sopesa humanamente algún acontecimiento.

Imagino que esa actitud, esa mirada es la misma que debió contemplar el náufrago que sobrevivió a la maratónica sesión de mayéutica a la que fue sometido por García Márquez para reconstruir la osadía psicoanalítica que dio vida a un relato-reportaje extraordinario. Es la misma mirada de periodista cuando armaba el rompecabezas de la crónica, a través de las preguntas a cada una de las personas que conocieron de una muerte anunciada; la misma e inteligente mirada que observaba milímetro a milímetro la exhumación de las criptas del Convento de Santa Clara, entre las que asomó la cabellera de leyenda que dio pie al gran reportaje sobre el amor y posteriormente a los demonios y la novela del mismo tema, y por qué no decirlo, acaso, la mismísima mirada que esperaba una respuesta de la Cabarcas, sobre un pretendido amor que será evocado, en el cénit de su vida y carrera, como la causa de sus memorias tristes.

La mayoría de la muestra periodística de García Márquez que se compila este libro, compuesta por artículos, crónicas, entrevistas, reportajes, ensayo, se puede localizar en la obra dispersa y eso le da un valor adicional, que las muestras son cronológicas y selectas. Para quienes no han tenido la oportunidad de encontrarse con los Cuentos de la Mamá Grande, los Textos Costeños o sus Obras Completas, por mencionar algunos, o para quienes ya las han leído, este libro, coeditado también por el Fondo de Cultura Económica y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, representa un homenaje póstumo y un documento imprescindible, junto a Vivir para Contarla, para conocer y gozar de la obra periodística y literaria de García Márquez.

Los textos no solo evocan el mejor estilo periodístico de Gabriel García Márquez en sus diversas etapas de crecimiento desde la trinchera, sino que también pasan revista a la convicción ideológica que lo orilló al periodismo militante, en una época que en que ser periodista capaz y honesto, se vislumbraba ya como una amenaza para el poder corruptor de la política y las tiranías latinoamericanas.

Seguramente muchos biólogos estarán inconformes con la licencia literaria y periodística de nombrar a los dictadores como gorilas porque al fin y al cabo, el gorila no le pide nada al hombre y no tiene la culpa de la degeneración humana; pero el uso del término calcó a la perfección al salvaje, al que se impone bajo la fuerza bruta y que en la teoría de la evolución se quedó incompleto y alejado de la razón y de la civilización.

El gorila latinoamericano que es una amenaza para el periodismo y la sociedad, tal vez disminuyó un poco en su perfil de militar y dictador, pero hoy en día el nuevo gorila latinoamericano es el que se disfraza de gobernante y usurpa el poder civil con sus hordas de mafias de narcotraficantes y de corruptos que también hacen blanco frágil al periodismo.

Del oficio más antiguo del mundo, del mejor oficio del mundo se ha pasado al oficio más perseguido del mundo.

En nuestras incipientes democracias latinoamericanas el periodismo está en alerta roja ante la combinación explosiva de la política y la corrupción que hacen del ejercicio periodístico un campo minado y con tantas muertes que jamás profesión alguna hubiera resultado tan peligrosa.

Sufrido en carne propia, el mismo Gabo alentó la discusión y la protección del periodista como objetivos de cobertura de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberaoamericano.

Ojalá y que esta iniciativa documentada pueda servir de inspiración a los gremios de periodistas locales que resisten los embates del poder, desde los territorios contaminados por la corrupción política y la delincuencia organizada.

Una de las mayores contribuciones del libro “Gabo Periodista” también es documentar su acción visionaria y de avanzada para recuperar la vigencia de un periodismo moderno y eficiente, a la manera de una escuela viva donde los grandes periodistas del mundo compartían con jóvenes periodistas de Iberoamérica sus experiencias y visiones sobre el mejor oficio del mundo.

Partiendo del principio de que no hay escuela de vuelo para aves y de que el periodista nace, nunca está por demás nutrirse de la experiencia de quienes han logrado conquistar las cimas y aunque las condiciones son diferentes, como particular es la existencia misma, este tipo de libros son como un faro en el puerto de la creatividad porque ayudan a iluminar el camino.

La selección de los textos periodísticos de Gabriel García Márquez no son oro molino, son lingotes de oro macizo.

Los consejos, valoraciones, los análisis y las recomendaciones que sobre el periodismo hace en algunos artículos García Márquez, quedan consignados en esta obra que la convierten en un referente obligatorio para estudiantes y practicantes del periodismo y en una obra imprescindible para sus lectores.

Cinco citas de Gabo Periodista, tomadas del libro de referencia:

“El periodismo es la profesión que más se parece al boxeo, con la ventaja de que siempre gana la máquina y la desventaja de que no se permite tirar la toalla.

“El reportaje no es, ni mucho menos, el periodismo. Pero hay que pensar que al lector siempre le gustará leer una historia completa, alentada por una narrativa de sabor literario.

“La mejor noticia no es siempre la que se da primero sino muchas veces la que se da mejor.

“Cuando uno se aburre escribiendo, el lector se aburre leyendo.

“Hay que empezar con la voluntad de que aquello que escribimos va a ser lo mejor que se ha escrito nunca, porque luego siempre queda algo de esa voluntad.”

Otro acierto de este libro “Gabo Periodista” es que cierra con una minuciosa cronología de los principales hechos de su vida y su trabajo como periodista que va de 1927, el año de su nacimiento, hasta octubre de 2012, cuando recibe la medalla de Bellas Artes por el gobierno mexicano.

El libro se publica en noviembre de 2012, prácticamente a un año medio antes de que la muerte viniera por él para embarcarse al Macondo de la inmortalidad.

Esta antología se lee como los mejores libros, de principio a fin sin soltarlo, y si se ve en la necesidad de interrumpir la lectura, solo es con el propósito de no agotar el material y prolongar su disfrute. Los comentarios y las anécdotas citados por los colaboradores de Gabo, en torno a los materiales publicados, son tan sinceros que cuando se termina el libro a uno le queda un nudo en la garganta por la generosidad y la gran calidad humana de Gabriel García Márquez.

Obvia señalar que hay un atisbo de su vida privada, implícito apenas a través de una entrevista, pero que permea la obra de modo que puede identificarse a la gran mujer que estuvo siempre al lado de este gran hombre, su señora esposa Mercedes Barcha.

Además de ser un reconocimiento y un homenaje merecido al periodista Gabriel García Márquez, este acto también habla muy bien de sus colegas y los comentaristas que lo hicieron posible: Héctor Feliciano, Gerald Martin, Héctor Abad Faciolince, María Luisa Ronderos, Juan Villoro, José Salgar, Jon Lee Anderson, Teodoro Petkoff, Sergio Ramírez, Enrique Santos Calderón, María Jimena Duzán, Alex Grijelmo, Martín Caparrós, Antonio Muñoz Molina, Juan Cruz, Jean-Francois Foguel, Joaquín Estefanía, María Elvira Samper, Alma Guillermoprieto, Jaime Abello y José Luis Novoa.

Tal vez un pendiente de la Fundación que hoy lleva el nombre de García Márquez, consiste en documentar algunos de los cursos que se impartieron tanto por el mismo Gabo, como por otros reconocidos periodistas y ponerlos al alcance del público, o probablemente ya existan. Al menos esta obra de Gabo Periodista consigna lo que pensaba y recomendaba Gabriel García Márquez en torno al periodismo, pero no está por demás compilar también las apreciaciones de personajes como Kapuscinsky y las de los talentosos periodistas de Iberoamérica que participan del proyecto de la FNPI.

Para ser honestos sólo hay un problema con este gran libro publicado a finales del 2012 y es que se trata de una edición no venal, es decir, no está a la venta y únicamente se distribuyó en instituciones educativas y bibliotecas públicas.

Lástima, porque en la biblioteca de mi pueblo había dos ejemplares y ahora solo queda uno.

miércoles, 10 de abril de 2019

Ambiente obesogénico: cuando la dieta es insuficiente











La industria de alimentos procesados enfrenta una gran debacle.

El incremento de enfermedades como la diabetes y que está asociada al alto consumo de bebidas envasadas(refrescos) y de alimentos procesados con grasas saturadas y azucares, está replanteando una nueva relación de la sociedad respecto a esos productos.

En la industria farmacéutica son más comunes las denuncias por la calidad y consecuencias de los medicamentos, pero ahora también la industria alimentaria enfrenta una creciente campaña mundial por sus efectos nocivos en la salud pública.

Algo parecido ocurrió con los cigarros. Se ha demostrado la asociación del cáncer con el consumo de tabaco y derivado de eso se prohibió su publicidad y se ha obligado a las empresas del ramo a etiquetar con severas advertencias sus productos.

Dentro de las regulaciones está prohibida su venta a menores de edad.

Un gran acierto también, aunque a muchos no les gustó, es que se delimitaron las áreas públicas  para fumadores, contribuyendo de esta manera a propiciar ambientes más saludables para los no fumadores.

Otra experiencia parecida y asociada a determinado tipo de enfermedades entre los mexicanos, llevó a prohibir la existencia de saleros en las cocinas de la Ciudad de México.

El centro de la discusión ahora son los efectos de los refrescos y muchos alimentos procesados conocidos como alimentos chatarra.

De manera frecuente conocemos estadísticas sobre obesidad y las enfermedades derivadas de esta condición y que están relacionados con los malos hábitos alimenticios. El gasto invertido por el gobierno llama la atención sobre un problema real y creciente.

La industria de refrescos y alimentos procesados se ha ido adaptando--a veces no con resultados efectivos--- para no perder el mercado.

Hoy en día existe una gran variedad de productos "ligth" o con bajos contenidos en azúcares, grasas y sal, en muchos casos de dudosa efectividad. Por otro lado, la incursión de las refresqueras tradicionales en el consumo de agua natural envasada les ha permitido mantener e incluso, incrementar sus ganancias.

Al mismo tiempo, la sociedad civil a través de organizaciones especializadas se han dado a la tarea de advertir e informar sobre las consecuencias nocivas de una mala alimentación asociada al consumo de refrescos y de alimentos procesados.

Esto es una tendencia irreversible.

Todavía es temprano para poder hacer una evaluación de la influencia de estas asociaciones y los resultados obtenidos en relación con el consumo de esos productos. Cada vez atraen más la atención de los ciudadanos y de las instancias normativas que están realmente presionadas para encontrar soluciones a una industria millonaria, que además de generar amplias fuentes de empleos, tienen efectos sobre el medio ambiente.

Mucho se ha criticado en México la silenciosa apropiación de fuentes de agua por parte de la Coca Cola, por ejemplo, y también se menciona la contaminación generada por la industria de los alimentos chatarra.

Entre otras consecuencias, ambas industrias se ubican a la cabeza en la generación de plásticos que están contaminando el medio ambiente.

Se conocen algunas medidas paliativas de ese tipo de empresas para tratar de contribuir a disminuir sus efectos en la ecología, pero siguen siendo una fuente principal de generación de contaminantes.

Por lo que vemos en redes sociales o en la prensa escrita, la sociedad civil va a la cabeza en las iniciativas para combatir los efectos nocivos de este tipo de industrias.

Como tendencias previsibles se vislumbra la prohibición de la venta de refrescos y de alimentos chatarra a los menores de edad. El control y la limitación paulatina de la publicidad de ese tipo de productos. Una regulación más estricta en cuanto a los insumos con que se elaboran ese tipo de bebidas y alimentos y sobre todo, mayores campañas de prevención e información.

Ante todo esto, ¿cuál es el papel del Estado?

Una de las principales obligaciones del gobierno y sus órganos es cuidar la vida humana y proteger el medio ambiente. En ese sentido, se debe de apoyar las iniciativas de instituciones y de organismos especializados que han emprendido esta batalla.

Hasta ahora, la participación de las instituciones gubernamentales se ha visto rebasada.

Las poderosas agencias de cabildeo van a seguir defendiendo los intereses de las empresas y eso por lo menos ralentizará las iniciativas de regulación.

Ya no hay tiempo para un juego de luchas.

Los indicadores aportados por las propias instituciones de salud pública advierten de las amenazas y consecuencias negativas, en caso de mantenerse estas tendencias de morbilidad y mortalidad por el consumo excesivo y descontrolado de ese tipo de productos.

El gasto en salud desviará cada vez más recursos hacia la atención de este problema con el consabido riesgo de que dichos recursos se expongan a malos manejos, disminuyendo la efectividad de su impacto.

Si bien es cierto que el gobierno debe sopesar una relación costo-beneficio, por la generación de empleos y las aportaciones, vía impuestos, de esos productos, su obligación ética está principalmente del lado de los ciudadanos y del medio ambiente.

Por lo tanto, deber corresponder al gobierno:

1. Introducir en las asignaturas de la educación obligatoria la cultura de la alimentación saludable y la protección al medio ambiente.
2. Apoyar a los productores de alimentos naturales para incentivar su distribución y consumo a precios accesibles.
3. Propiciar campañas de divulgación e información sobre los efectos nocivos de los refrescos y los alimentos chatarra, regulando de manera más estricta su venta y la información nutricional como lo plantean las propuestas sobre etiquetados.
4. Una mayor intervención y vigilancia de organismos públicos para la supervisión, revisión y control de los contenidos de ese tipo de productos (refrescos y alimentos procesados).
5. Incrementar los aranceles a productos importados asociados a consecuencias nocivas para la salud, así como limitar su importación.
6. Propiciar estilos de vida saludables a través de la promoción del deporte y el ejercicio como un estilo de vida.
7. Recuperar la propiedad de la nación sobre el territorio, los recursos naturales y su aprovechamiento y elevar a nivel de derecho humano el consumo del agua potable.
8. Generar la discusión y la concertación entre la inciativa privada y el gobierno para establecerse resultados de corto, mediano y largo alcance, tanto en salud como en medio ambiente.
9. Trascender la perversa acusación de que los problemas de salud pública son responsabilidad exclusiva del ciudadano, cuando existe un ambiente obesogénico tolerado y fomentado por el propio gobierno--por omisión o por comisión---.

Estas son solo algunas ideas para propiciar el debate, pero cualquier intento de las instancias federales estará desprovisto de una buena intención si no se respeta la coordinación intergubernamental, imprescindible para el éxito de las políticas públicas.

domingo, 24 de marzo de 2019

Templo de Yanhuitlán, la magia en la tierra


Visitar el templo dominico de Yanhuitlán, en el distrito de Nochixtlán, Oaxaca, es entrar en un lugar mágico en la tierra.

















Originalmente en este sitio existió un centro ceremonial de los mixtecos prehispánicos, pero con la llegada de los españoles a Oaxaca, se construyó encima el actual templo católico que es una belleza arquitectónica y es un espacio que te permite sentir una sana energía, como un remanso espiritual.




Yodzoquehe, que en mixteco significa "Llano Ancho" fue nombrado por los aztecas como Yanhuitlán, "Lugar Nuevo", de Yancuic "Nuevo" y Tlan "Lugar".

De los pueblos de la mixteca o Ñuudzahui, "Pueblo de la Lluvia", Yanhuitlán se ubica a escasos kilómetros de Nochixtlán, Oaxaca, ese pueblo que atraviesa la autopista de México-Oaxaca y es parte de la Ruta Dominica de la mixteca.




Cuando los españoles llegaron a Oaxaca (1521), el pueblo de Yanhuitlán ya había sobrevivido a varias guerras contra los aztecas y se erigía como una metrópoli mixteca que abarcaba unos 18 pueblos y se estima que tan solo en su cabecera habitaban unos 12 mil mixtecos. A mediados del siglo XVII la región era gobernada por 7 Mono, que los españoles bautizaron como Don Domingo de Guzmán, por ser dominicos los encargados de convertir a los indígenas a la fe cristiana.




Precisamente en el centro de Yanhuitlán, en un lugar sagrado donde se levantaba un centro ceremonial dedicado al panteón mixteco y que fue destruido por los españoles, se construyó en 1529 un monasterio Dominico.



Aunque el encomendero Don Francisco de las Casas se opuso a la destrucción del centro ceremonial, una vez que éste falleció, uno de sus hijos que le heredó la encomienda, de nombre Gonzalo, permitió la construcción del templo Dominico a partir de 1548 y cuya terminación duraría unos 25 años.

















No es difícil imaginarse a los más de seis mil indígenas organizados pacientemente por los frailes dominicos y los arquitectos españoles, agrupados en cuadrillas de 600 hombres, trasladando la cantera, la cal, el agua--incluso se construyó un acueducto para apoyar el suministro de agua en la obra---, y el impacto ecológico que según cuenta la tradición, deforestó la zona por el corte de árboles para sacar la madera de cimbra, andamios, para la leña y el carbón.





El templo dedicado a Santo Domingo es una sola nave con una altura de 25 metros, un ancho de 15 metros y un largo de 75 metros.

Sus bóvedas son góticas, sus muros están reforzados con contrafuertes estilo románico, el ábside es circular y al final del muro norte se eleva un arco botarel.




Un de las piezas principales de este templo lo representa el altar mayor, que consta de un retablo de madera dorada en forma de biombo barroco-solomónico y que fue realizado por el pintor sevillano Andrés de Concha. Mide 10.90 metros de alto y 6.76 metros de ancho y tiene esculturas del siglo XVI. Se sabe que este altar fue tomado como referencia cuando se repuso el altar principal del Templo de Santo Domingo de Guzmán en la Ciudad de Oaxaca de Juárez.

















































El templo cuenta además con un órgano tubular, construido cerca de 1600 y es considerado el único órgano en Oaxaca con símbolos dominicos por la decoración de la caja: la cruz blanca con negro, el perro y su antorcha. Hay que recordar que el término "Dominico" viene del latin "Dominus" Señor y "Canis" Perro, algo así como el perro del Señor, de acuerdo con la historia de la fundación de esta orden religiosa.





Junto al templo, por el lado sur, se encuentra el Convento de Yanhuitlán, hoy convertido en un museo de sitio a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

En la parte baja del Convento se encuentra la portería, el claustro, los confesionarios--que son sumamente fríos y tienen una ventanilla que comunica la nave principal del templo con el exterior--, los patios, el calabozo, ya que los Dominicos realizaban las funciones del Santo Oficio; la fosa y la hospedería. En el desnivel se ubica el cuarto frío, las celdas que eran ocupadas como talleres y dos aljibes(pozos).




En el museo del ex convento se exhibe una réplica del Códice de Yanhuitlán, piezas arqueológicas y también se realizan exposiciones temporales.

Los domingos la entrada es gratis, de martes a sábado la entrada cuesta $45.00 (cuarenta y cinco pesos) y hay descuentos.

De modo que si quieres tener la experiencia mágica de este lugar sagrado prehispánico-cristiano, es recomendable que un domingo por la mañana cuando vayas por carretera a México, D.F. o vayas a la Ciudad de Oaxaca, te metas a Nochixtlán, en este lugar puedes desayunar una rica barbacoa en el interior del mercado o pregunta por la casa de los "Pajarillos" en la esquina de Cinco de Mayo con Emiliano Zapata, en cuyo patio se encuentra un horno, al centro, de donde sacan directo la carne y la rica "masita mixteca" directo a tu mesa.

 Luego de almorzar tomas la carretera a Teposcolula, unos 15 kilómetros aproximadamente, y el templo se ubica precisamente sobre la carretera. En el templo te cobran $20.00 (veinte pesos) más o menos un dólar para usar tu cámara en el interior del templo, que lo abren igual que el museo de martes a domingo.

El templo lo cierran de las 14:00 a las 16:00 horas. Allí puedes disfrutar del interior del templo y luego te pasas al ex convento anexo que es el museo. Visitar el lugar con ojo clínico te lleva unos tres  horas, pero un recorrido rápido unos 30 minutos.

Los domingos se instala a las afueras del templo un mercado gastronómico en donde podrás probar alimentos típicos como el "chileatole", un guisado a base de maíz y picante, así como otros platillos locales acompañados de tortillas echas a mano con maíz criollo y las tradicionales aguas de frutas.

Para viajar en transporte público, en la Ciudad de Oaxaca a unas cuadras del centro salen las suburbans que van a Nochixtlán, llegando a este lugar a un costado del mercado está el sitio de camionetas que van a Yanhuitlán. El pasaje de Oaxaca a Nochixtlán cuesta 60 pesos y de Nochixtlán a Yanhuitlán, 15 pesos. Así que no hay pretexto para visitar este fascinante lugar.

Disfruta la grandeza mexicana.

martes, 26 de febrero de 2019

Pueblos indígenas, culturas vivas


El pasado se vincula con el presente a través de las culturas indígenas, por lo que es posible identificar prácticas vigentes con raíces ancestrales.

Mediante el análisis de la lengua indígena, el estudio de las fuentes históricas, de los códices, de la interpretación de las estelas prehispánicas como de los centros ceremoniales, se va reconstruyendo el pasado más remoto de las culturas indígenas y se descubre que, en realidad, muchas prácticas antiguas están vigentes.

Esta es una gran aportación al estudio de la sociedad porque se cree que las culturas prehispánicas desaparecieron con la conquista, pero en realidad, solo sufrieron algunas adaptaciones y mantienen sólidas las raíces que le dieron sentido.

Al menos esta es una de las conclusiones de la mesa de trabajo que realizaron algunos  arqueólogos que son originarios de la mixteca y que este 25 de febrero, con motivo del Día de la Lengua Materna, realizaron un feliz encuentro denominado “La Herencia Cultural de Ñuu Savi”.

Las conferencias estuvieron a cargo de los candidatos a Doctores en Arqueología por la Universidad de Leiden, Holanda, Omar Aguilar Sánchez, Iván Rivera Guzmán; así como por los Doctores Liana Ivette Jiménez Osorio, Emmanuel Posselt Santoyo, que han concentrado sus estudios en la región de la mixteca oaxaqueña.

Con un lenguaje bastante accesible y ante un numeroso público proveniente de diversas localidades de Nochixtlán, los arqueólogos hicieron referencias a lugares geográficos comunes como San Juan Yuchuita, donde existe una estela que tiene entre 400 y 200 años de antigüedad; San Miguel Amatitlán, donde todavía se conserva un altar de piedra con más de 1500 años de antigüedad y que sigue siendo un lugar de veneración en la comunidad.

Aunque durante el periodo de la Colonia se destruyeron numerosos vestigios prehispánicos, hoy en día todavía se han podido conservar muchos, debido a las tradiciones de las comunidades que han conservado esos espacios incluso, en muchos santuarios y deidades religiosas de la antigüedad se levantan edificios de templos católicos y los santos también tienen sus nombres en mixteco que se asocian a deidades prehispánicas.

Un ejemplo es el “Señor del Trabajo” que se venera en Santo Domingo Huendio, el “Niño de Nundichi”, el “Señor de las Peñitas” en Etla, el “Señor de Tamazola”; la “Virgen de Juquila” de Sachio.

Asimismo, los arqueólogos reconstruyeron de manera virtual el espacio sagrado de Santa Catarina Yoso Notu, que data desde hace unos 2,500 años y que hoy en día sigue funcionando como un lugar ceremonial en el que se realizan peregrinaciones.

Cabe mencionar que muchos pobladores se mostraron gratamente sorprendidos de conocer el valor histórico que tienen en sus comunidades y que llevó a un nutrido e interesante intercambio de opiniones con los conferencistas.

Este evento concluyó con la proyección de la película “Tiempo de Lluvia”, filmada en la comunidad de Apoala y que fue dirigida por Itandehui Jansen de la Scotland University, con un guión de Armando Bautista de “Lista Calista Films”.

Un gran evento para reivindicar las culturas vivas. Enhorabuena.

martes, 12 de febrero de 2019

Un héroe chiapaneco para Oaxaca

Carlo Magno Ochoa Arellano es el chiapaneco que trabajando en el gobierno del Estado salvó dos veces al Poder Ejecutivo de Oaxaca y como recompensa obtuvo que lo despidieran de su trabajo y que el gobernador lo repudiara.

La primera vez consistió en salvar de la basura el archivo histórico del Poder Ejecutivo del Gobierno del Estado de Oaxaca y ser el hombre que detonó la creación de la Ciudad de los Archivos. Historia documentada en este mismo espacio(http://jesusedgar.blogspot.com/2017/02/ciudad-de-los-archivos-la-verdadera.html). Ese acto reposicionó a la entidad a la vanguardia en la protección de documentos históricos, sobre todo porque se trataba de uno de los legados más importantes del país, desde el Virreinato.

La segunda ocasión fue cuando encontró el eslabón perdido de la legalidad del gobierno de Oaxaca,  pero tuvo la mala suerte de enfrentar intereses privados, por lo que el gobernador prefirió sacrificarlo para no afectar las relaciones de la gubernatura con grupos de poder.

Todo comenzó cuando un grupo de abogados locales acostumbrados a "invertir" en las campañas financiaron a Gabino Cué, entonces candidato a la gubernatura. El candidato ganó y con el paso del tiempo su reciprocidad para el grupo de abogados fue el desprecio, por lo que los abogados sumamente molestos recurrieron a un recurso jurídico conocido y utilizado por muchos para su propio beneficio.

El hecho consiste que se creía que la Constitución vigente, que es la de 1922, nunca fue promulgada ni publicada en el estado, siendo una formalidad su publicación para darle legalidad a todo el entramado legal del estado. Al faltar esos requisitos prácticamente Oaxaca no tenía Constitución y se reputaban ilegales todos los actos del gobernador, incluyendo su propia existencia. Los abogados disfrazaron sus pretensiones al representar a varios procesados, de modo que al no existir la Constitución los detenidos serían liberados y de paso, en esa formidable jugada de boliche  "tumbarían" a los poderes del estado.

Corrían los días de febrero del 2013 y Carlo Magno Ochoa Arellano ya se encontraba en plena recuperación de los archivos del estado desde su cargo de Director del Archivo General del Poder Ejecutivo del Gobierno del Estado de Oaxaca cuando el entonces gobernador Gabino Cué lo llamó y le instruyó hacer la búsqueda.

 Los abogados demandantes se reunían para festejar y esperar un ofrecimiento del gobernador para llegar a un arreglo, pues uno de ellos había sido también Director del Archivo General y le constaba que no existía ninguna documentación al respecto.

Carlo Magno no se dejó intimidar por la postura de los abogados y con su habitual estilo de liderazgo de que "lo difícil es rápido, pero en lo imposible me tardo un poquito más" convocó al equipo de trabajadores del Archivo y todos, codo a codo, con la convicción de que había que encontrar esos documentos se dieron a la doble tarea de rescatar el archivo y de paso aliviarle el futuro al gobernador.


Cuando las cosas urgen se aprecia la relatividad del tiempo. Para Carlo Magno y el equipo de trabajadores del Archivo esa tarea era lenta por la delicadeza del manejo de los documentos y su estudio, para el gobernador el tiempo transcurría velozmente porque aún cuando tenía al poder judicial subordinado, como es usual en las entidades federativas, el asunto podría escalar, salirse del estado y tener repercusiones imprevisibles en una cascada de demandas y efectos inimaginables.

Tras veinte meses de espera, la búsqueda dio resultados.

Gracias al trabajo comprometido del personal del Archivo General bajo el liderazgo y el trabajo mano a mano con su director Carlo Magno, que se desvelaba con ellos, suspendían vacaciones, trabajan hasta fines de semana y días festivos, lograron armar el rompecabezas disperso entre documentación de los siglos XVI y hasta el siglo XIX.

Primero se encontró el bando solemne de su promulgación y luego la Constitución original de 1922, entre diversos documentos enmohecidos y deteriorados en cajas de cartón y tambien se encontraron documentos relacionados a su impresión y divulgación.


Los abogados intentaron impugnar la veracidad de dicho descubrimiento, pero los análisis científicos sobre los documentos fueron inobjetables.

Al tiempo que Carlo Magno y su equipo de trabajadores del Archivo General se habían anotado un gran triunfo, una pesada sombra se cernía sobre ellos, una asociación civil vinculada al trabajo archivístico, financiada por un poderoso empresario, les disputaba el mérito.

La solución del gobernador Gabino Cue para no entrar en controversia con el empresario, fue despedir al hombre que le había salvado la legalidad de su gobierno, al hombre que con fé inquebrantable motivó el salvamento del archivo de Oaxaca y que encabezó eficientemente la búsqueda de la Constitución de 1922.

El gobernador le prometió a Carlo Magno Ochoa Arellano, el chiapaneco que salvó dos veces al gobierno de Oaxaca, que lo reubicaría en otro empleo dentro del gobierno del estado, pero hasta el término de su gobierno y después, siempre se negó a recibirlo, tanto él como sus colaboradores.