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Hace un mes los diputados locales de Oaxaca prohibieron el
uso de plásticos y unicel en el estado.
Dicha medida está prevista para entrar en vigor dentro de
un año, aunque a la fecha, todavía no se publica el decreto correspondiente en
el Periódico Oficial del Gobierno del Estado.
Es indiscutible que los plásticos son una grave amenaza
para el medio ambiente y que es necesario regular su uso con el propósito de disminuir
la contaminación. Al mismo tiempo, la industria del plástico ha penetrado en la
vida común debido a su bajo costo y su variedad de usos, además de que es una
actividad económica que genera miles de empleos.
Por esta razón llama la atención la premura y la
displicencia con que abordaron los diputados locales el problema.
En primer lugar, esa medida es necesaria, pero su procedimiento
fue arbitrario ya que no hubo una planeación legislativa, es decir, se incumplió
el proceso de aprobación de las leyes que consiste en realizar análisis,
estudios y concertar políticamente con los actores involucrados para encontrar
alternativas viables bajo un enfoque de costo-beneficio.
Por ese motivo la iniciativa privada a través de sus
organismos nacionales y locales han denunciado esa medida prohibitiva como un ejercicio
de abuso de autoridad. Los diputados simplemente aprobaron sin evaluar su impacto
y sin consultar a los actores involucrados.
Toda esta premura y precipitación
legislativa demuestra falta de oficio, desconocimiento y probablemente un agudo
sentido de infundado protagonismo de los diputados oaxaqueños.
Carlos Guzmán Gardeazabal, delegado estatal de la Cámara Nacional
de la Industria de la Transformación, denuncia que nunca se les consultó y que
por esta prohibición se ponen en riesgo miles de empleos; en este mismo
sentido, Aldimir Torres Arena, Presidente de la Asociación Nacional de la Industria
del Plástico pide a los gobiernos locales que escuchen a este sector.
Se sabe que son varios los estados de la República que han
legislado ya la prohibición de los plásticos y que en la mayoría de los casos
se han emitido dichas disposiciones sin los estudios respectivos.
Con estas medidas legislativas también se focaliza el
problema en los productores y en el consumidor final y queda claro que se omite
la responsabilidad del estado, en sus tres órdenes de gobierno, ya que
únicamente se les prohíbe consumir y usar plásticos y unicel, pero las cámaras
locales pasan por alto los graves problemas de omisión de los tres niveles de
gobierno en el tratamiento y disposición final de los residuos sólidos.
En el caso de Oaxaca es común ver por todo el territorio estatal
basureros a cielo abierto improvisados por la ciudadanía ante la falta de
eficacia de los servicios públicos de recolección de basura y su persistente incumplimiento
de las normas de protección al medio ambiente.
Los mercados públicos ofrecen toneladas de productos de
plástico chino con la complicidad y la omisión de las autoridades.
Al mismo tiempo, el sector público deja abandonados a su
suerte a los empresarios y a los miles de trabajadores del ramo, ya que no se
proponen políticas de reconversión ni tratamientos adecuados a la realidad
local.
Es lamentable que los diputados oaxaqueños se hayan
resbalado con esta medida necesaria pero mal hecha.
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