Los baños de vapor encierran muchas historias.
Además de servir para el aseo personal o las terapias,
también son usados como habitaciones de motel donde abundan los actos
prohibidos, la infidelidad, los encuentros casuales, uno que otro homicidio y hasta
fallecimientos repentinos de personas.
En la ciudad de Oaxaca de Juárez ubico tres baños de vapor.
Cerca del periférico se encuentran los baños “La Fuente”, en la calle 20 de Noviembre.
También por el periférico, pero del lado contrario, están
los baños “Colón”, en la prolongación de esa calle y que son frecuentados regularmente
por parejas de empleados, estudiantes y algunos burócratas.
Este servicio se brinda de buena fe. Para entrar no se tiene
que mostrar identificación oficial o acta de matrimonio, ni manifestar preferencias
sexuales. Están dirigidos al público en general y la normalidad dicta que los baños de vapor son para bañarse.
Sobre la calle de Melchor Ocampo, a unas cuadras del zócalo,
están los “Baños el Jardín”, a los que nunca había visitado.
Un día por curiosidad me planté frente al mostrador. Detrás
de mí llegó un joven alto, robusto y de piel rosada y con un peinado como de
niña con un chongo sobre la cabeza.
Me incomodó su mirada en mi trasero.
Con mucha seguridad pagó el importe exacto y subió por unas escaleras.
Me incomodó su mirada en mi trasero.
Con mucha seguridad pagó el importe exacto y subió por unas escaleras.
Mientras yo esperaba la información,
el dependiente me miraba como tratando de recordarme. No. Esta era mi primera vez.
- --¿Hay vapor individual? Pregunté.
Aclaró que solo había vapor general. Me ví mentalmente con una toalla en la cintura, indiferente a los demás usuarios, rodeado
del vapor y saboreando una limonada con agua mineral, que es lo que se acostumbra
en estos casos. Había que conocer el lugar.
Pagué la entrada y recibí una bolsa de plástico que contenía
unas toallas blanquísimas.
“Suba por las escaleras, fondo a la derecha”, me dijo.
En el piso de arriba, por un pasillo, están los sanitarios como caballerizas; en seguida una pequeña entrada a una antesala previa a los baños de vapor y un área con
anaqueles para cambiarse y dejar las pertenencias.
Pegadas en las paredes había varias cartulinas con la leyenda:
“Favor de depositar los condones en los cestos de basura”.
Estaba confundido.
No es usual que en unos baños de vapor para varones se hagan ese tipo de
observaciones.
Decidí no ingresar.
Iba a marcharme cuando de la antesala del área de vapor, de repente
salió un señor como de ochenta años, flaco y completamente desnudo. Se detuvo
frente a mí.
No pude evitar mi sorpresa y hasta cierta curiosidad
científica. Por su parte, él me inspeccionó con una
actitud cínica, sin ningún pudor y pareció concluir: “Este es nuevo” y se regresó.
En seguida salió un
joven apuesto, de tez clara y cubierto con una toalla de la cintura para abajo. De perfil romano y con barba y bigote cuidadosamente delineados.
Caminaba con garbo y delicadeza.
De unos veintitantos años, de mediana estatura y con una musculatura impresionante.
Me sonrió como si nos conociéramos y como si hubiéramos pactado encontrarnos ahí después de mucho tiempo.
Caminaba con garbo y delicadeza.
De unos veintitantos años, de mediana estatura y con una musculatura impresionante.
Me sonrió como si nos conociéramos y como si hubiéramos pactado encontrarnos ahí después de mucho tiempo.
Actué indiferente y serio y aquel joven
visiblemente contrariado regresó al área de vapor.
Creo que era un día aburrido, pues el hecho de que los usuarios salieran a asomarse si había algo más en el área de cambiadores, revelaba su impaciencia.
Los pequeños mosaicos rectangulares de color azul de las
paredes de los baños “El Jardín” me recordaron a los viejos baños de vapor de la
Ciudad de México, en donde era común encontrarse a algunos luchadores, prostitutas,
gays, delincuentes y uno que otro intelectual.
Entre ellos, una vaca sagrada de la literatura mexicana contemporánea, hoy fallecido, al que había conocido en la adolescencia, junto con otros amigos, en la Ciudad de México.
Las pocas veces que lo tratamos siempre se portó respetuoso y además era estimulante leerlo, conversar con él y escuchar algunas de sus conferencias. Era un rockstar de la literatura, pues atraía a las multitudes.
Los amigos comunes comentaban que a ese escritor le gustaba asistir
con frecuencia a los baños de vapor para mantener relaciones sexuales principalmente con
policías, con albañiles y con cargadores de la Merced. Por lo general tipos atléticos que debían su musculatura a las rudezas de
su trabajo y a los que apodan “chacales”, por ser homosexuales o bisexuales activos.
Imagino que el literato llegaba con total naturalidad a
un lugar como éste y que le asignaban un privado en donde se encontraría con su
pareja.
La persona responsable de esa área de los baños de vapor apartaba con puntualidad el privado más discreto.
Aunque sabía que el escritor no era muy exigente con el servicio, se esmeraba en ofrecerle un lugar muy limpio, con las mejores toallas y las limonadas muy frías con el vaso debidamente escarchado de sal, en parte por el nivel del usuario y también porque el maestro era muy generoso con las propinas.
Aunque sabía que el escritor no era muy exigente con el servicio, se esmeraba en ofrecerle un lugar muy limpio, con las mejores toallas y las limonadas muy frías con el vaso debidamente escarchado de sal, en parte por el nivel del usuario y también porque el maestro era muy generoso con las propinas.
En el vapor, el escritor y su pareja se miraban sonrientes como
si fueran viejos conocidos. porque la sonrisa rompe el hielo, da confianza y es como un silencioso pacto de
discreción y complicidad.
Aunque el intelectual y el bárbaro se igualaban en sus
naturalezas básicas, en realidad no eran iguales. En ese tipo de relaciones
siempre hay un dominante y un dominado.
Para el maestro aquel sujeto no era más
que un juguete sexual sustituible, pero necesario; mientras que para el
chacal, el maestro representaba un esclavo del deseo como cualquier otro y la posibilidad de exprimirle una buena propina.
Después del saludo riguroso que debía satisfacerse con un “¡Hola!”
informal, tal vez el maestro le preguntaba su nombre y aquel le respondía: “Llámame
como te guste”.
Entonces el escritor lo miraba, no con la lupa analítica del
anatomista, con la que diseccionaba el acontecer del cuerpo social para redactar sus
crónicas, sino con los ojos del goloso que saborea un pastelillo antes de devorárselo
y le decía, “te bautizo con el nombre de Zeus”.
El fortachón se reía, creyendo que ese era un nombre de
jabón, como el que tiraría al piso después a cada rato en medio del vapor.
Luego, el maestro le decía “¡Ay, qué músculos! ¿Son de verdad?”
Mientras el Hércules de barrio modelaba los bíceps y algo más para impresionarlo:
“Pos toque usté pa´ comprobarlo, ire.”
El escritor tenía una imaginación prodigiosa y en un momento
como ese debió derrochar el caudal de deseos construidos y repimidos de donde probablemente se le ocurrió el título ese de pudor y liviandad.
Al inicio el chacal se esfuerza con nerviosismo, aunque no conoce su obra, por los rumores sabe que está ante un intelectual importante y
mentalmente exigente, pero que se reducía en ese momento a un ser abandonado a los
sentidos carnales, donde lo que menos importa son las ideas.
Luego el fuego derretía esos metales distintos para
fundirlos momentáneamente en uno solo, en esa misteriosa alquimia del deseo.
Habiendo concluido su encuentro, prefiero imaginarme que el
escritor despedía a su pareja.
Solitario ahora, el maestro disfruta del vapor, se baña con meticulosidad para desaparecer cualquier resto del pecado.
Solitario ahora, el maestro disfruta del vapor, se baña con meticulosidad para desaparecer cualquier resto del pecado.
Abandona gradualmente
su estado vegetativo y recupera su capacidad analítica. Ese acto y el baño
lo estimulan intelectualmente, las ideas se desbordan. Se le ocurren algunos
temas, que escribe con agilidad en su inseparable libreta.
Al poco rato saldría
como cualquier usuario de los baños de vapor, pero con la satisfacción del
placer cumplido.
Medio en serio, medio en broma, se comentaba de su poder de
convocatoria entre los chacales del quinto patio, porque era una reivindicación
de clase no ser tan culto y someter a tan distinguido escritor. “Mire, jefe.
No sé leer ni escribir, pero a ese intelectual yo le ganaba los debates en los
baños de vapor, je, je, je.”
A diferencia de otros escritores gay, él
siempre trataba de ocultar su vida privada.
Evocando todo esto, determiné que estaba en el lugar
equivocado.
Me dirigí a las escaleras que llevan a la planta baja y vi que
el joven alto y robusto del chongo en la cabeza me miraba de pie desde el sanitario, como tratando de decirme algo.
Bajé lo más rápido que pude y poniendo mi bolsa de plástico
sobre el mostrador le dije al dependiente: --Disculpe, creo que me equivoqué,
busco un vapor individual.
Amablemente me contestó: “Le estoy diciendo que solo hay
vapor general” y mientras vaciaba la bolsa de plástico sobre el mostrador, revisó
las toallas y sábanas que estaban cuidadosamente dobladas e intactas y también
salieron dos condones, que yo no había visto.
Sin ánimo de que me regresara el costo de la entrada le
pregunté: “¿Este vapor es para gays?” El señor detrás del mostrador se irguió y
con voz firme y directa me esclareció lo que sentí como una reprimenda: “Aquí
no se discrimina a nadie”.
Le contesté que yo soy respetuoso de las preferencias
sexuales de los demás, solo que me había equivocado al venir aquí---como lo
confirmaría después por internet, en el que se
clasifica a estos baños de vapor como un punto de encuentro de gays--- y
dándole las gracias me di la vuelta rumbo a la salida, pero el señor me llamó: “Tenga la devolución de su dinero”, aunque no lo esperaba se lo
recibí y reiterándole las gracias, me marché.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarIniciaste con los baños de Oaxaca y terminaste quien sabe donde.
ResponderEliminarQue incoherencia tu texto.
Correcto
Eliminarla neta, muy mal su texto del tío ese
EliminarAlguien más recomienda un buen lugar
ResponderEliminarPara tener un encuentro si unos fajes en el vapor o en regaderas de água caliente si 9512094768
EliminarAlguien que quiera acompañáis un rato de baño caliente ando en el centro de oaxaca
ResponderEliminarYo
EliminarHola 9511742947 guasap
EliminarHola
Eliminarpor cierto no vayan a los "vapores el jardín" carísimos, y nada de ambiente, además fríos, y horribles...
EliminarSi con gusto voy, dime cuándo platicamos y nos ponemos de acuerdo te va a encantar mi verga
EliminarYo
ResponderEliminarAlguien
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarSoy gay quiero un hombre que se atreva a deleitarse con mi cuerpecito la vamos a pasar muy bien quiero quitarme este stress 😋
EliminarSi
ResponderEliminarHot
EliminarDeja tu número de teléfono
EliminarTe dejo el mio yo me comporto como una loba 9512094768 solo por las mañanas y por la puerta trasera entra lo que sea se amamantar palos de cualquier medida
EliminarQue tan recomendable y seguro es el lugar
ResponderEliminar5638451173 vivo por plaza bella busco activo
ResponderEliminarPodrás el martes yo tengo toda la mañana te dejo mi número la vamos a pasar muy bien
Eliminar9512094768 OK este es mi número llámame cuando puedas
EliminarAlguien que me acompañe 6 de agosto de este mes yo de pasivo
ResponderEliminarMi whats es 951 1695572
ResponderEliminarPasiv. Con lugar 9514766120
ResponderEliminarQuieres mi verga me encanta que me la mamen rico, pongámonos de acuerdo te va a gustar
Eliminar¿Cuáles son los más recomendables?
ResponderEliminarQuiero deslecharme en un pasivo lindo menor de 22.
¿Quien se anima?
Algun maduro activo grueso y grande que busque nalguita de base xd? Yo pasivo de 22 años 1.62 tés blanca
ResponderEliminarHola podría intentar preñarte varias veces a la semana
EliminarSi gustas, avisame
EliminarClaro que sí me apunto si quieres probar mi verga te va a encantar
EliminarSi gustas ver mi verga con gusto te la muestro y si quieres mamarla nos ponemos de acuerdo deja tu numero
Eliminara mi gustaria que me hicieran una chaqueta o me la chuparan
ResponderEliminarMe fascina que me mamen la verga sabroso, de buen tamaño te va a encantar
ResponderEliminarYo quiero
ResponderEliminarQuieres mamar mi verga bien rico con gusto deja tu número y te la muestro y si te gusta vemos dónde me la mamas avísame
Eliminar