viernes, 27 de mayo de 2011

La Sección 22 a la luz del análisis social

Son más frágiles de lo que parecen.

Los maestros de la Sección 22 que religiosamente obedecen los mandatos de sus líderes para presionar a las autoridades gubernamentales, aunque causen daños a terceros sin el menor pudor, se mueven en una lógica que explica transparentemente que sus motivaciones no son reivindicatorias, ni de justicia social ni de sindicalismo de vanguardia.

El modus operandi de este sindicato permite identificar un grupo muy reducido de líderes, algunos con formación y nexos con grupos radicales que en el estado se le reconoce como la guerrilla ligth, o la guerrilla al servicio del mejor postor.

La cabeza visible del movimiento, que es el Secretario General del Sindicato, es de hecho, un rehén de ese grupo y si se atreve a desafíar sus intereses lo más probable es que no la cuente o tenga que huir del país.

Como sucede con los grupos de interés, la dinámica del cerebro de ese sindicato se mueve por el dinero y las migajas del poder que les da manga ancha en todo el andamiaje de corrupción del cuerpo sindical.

Ellos se ufanan de 30 años de lucha, como las autoridades siguen cediendo, lo más seguro es que estén alimentandolos otros treinta, por lo menos.

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