Parece una acción concertada.
En realidad son gritos desesperados y dispersos de personas que se apoyan en figuras relevantes para llamar la atención, como quien se aferra a una roca para que no se lo trague el mar.
De pronto vemos en redes sociales una gran cantidad de desinformación de "opinólogos" que intentan desacreditar a Don Benito Juárez, por lo general con información sesgada, malintencionada, prejuiciosa y discriminatoria.
Estas son algunas de las críticas más comunes de esas personas:
1. Juzgar la democracia del siglo XIX con los enfoques de la democracia del siglo XX: Con excepción de los grupos de interés-que no eran pocos- Juárez gozó de la aceptación de la inmensa mayoría de los mexicanos de esos tiempos y las circunstancias históricas demandaban la continuidad del defensor de la Patria.
2. Nos quieren hacer creer que Benito Juárez se mandaba solo: Juárez fue un líder que representó a toda una generación de personas honestas e inteligentes--que ya no se ven en la política de ahora---convencidas de la construcción de un proyecto nacional.
3. Invocan el tratado Mac Lane-Ocampo como si se hubiera llevado a cabo: Nunca se concretó la firma de ese tratado, sufren con el petate del muerto y evidencian su mala fe al invocar una información sin sustento.
4. Dicen que despojó a la iglesia de sus riquezas, sin contextualizar el monopolio de la riqueza eclesiástica, que no contribuía al desarrollo del país.
5. Aseguran que Juárez no se reconocía como indígena: Esas personas se nota que nunca han leído los "Apuntes para mis hijos", escritos por Juárez donde reconoce que pertenece a la raza zapoteca.
Y así por el estilo, les sobra imaginación a los críticos, que, incluso, citan fuera de contexto y con mucha mala fe a algunos historiadores.
La mayoría de los "argumentos" que se invocan carecen de sustento y en el fondo evidencian un desprecio por el indígena, por lo mexicano y por la soberanía nacional.
Pese a todo esto, todavía hay Juárez para rato porque su ejemplo y su legado representan una herencia vigente de identidad, libertad y soberanía nacionales.
Juárez es la figura señera que habrá de inspirar a los auténticos patriotas ante las oscuras amenazas de los enemigos de México.
Es probable que muchos críticos --más allá de los ingenuos que salen de la oscuridad y se asoman al sol para hacerse notar--- perciban una comisión por desacreditar la identidad nacional, lo cual es un riesgo de la libertad de expresión.
Seguiremos escuchando los lamentos de los antijuaristas como la queja inútil de gente frustrada y prejuiciosa, pero es mejor que sobren burros que toquen la flauta por casualidad, a que se limiten los derechos y libertades ganados con la sangre de todos los mexicanos.
En cada indígena mexicano existe el potencial de otros Juárez, muchos Juárez para México.