viernes, 31 de mayo de 2013

Frágil municipalismo oaxaqueño

Es irónico.

El Estado con el mayor número de municipios a nivel nacional, 570 a la fecha, es al mismo tiempo el estado con menos políticas públicas municipalistas.

Por eso es importante destacar la añeja demanda de ordenar el desarrollo metropolitano en el Estado de Oaxaca y de manera especial, de su principal zona metropolitana--que es la ubicada alrededor de la ciudad de Oaxaca de Juárez---.

Como se sabe, en el federalismo mexicano, el orden de gobierno municipal sufre de un alto grado de paternalismo que limita su autonomía, principalmente financiera y que reduce su potencial de gobierno a una mera ventanilla de trámites del estado y la federación.

Históricamente se han obtenido logros determinantes en la configuración del municipalismo mexicano: su autonomía política, que le permite nombrar a sus propias autoridades municipales; su autonomía administrativa, por el que se pueden organizar conforme a sus características y necesidades y su creciente--y hoy limitada-- autonomía financiera.

Al menos son tres los problemas que limitan el ejercicio cabal de sus competencias:

1. La falta de un servicio civil de carrera en áreas técnicas. Por lo que no cuentan con profesionistas de planta que le den seguimiento a los servicios técnicos: auxiliares de tesorería, auxiliares de la sindicatura, auxiliares de la alcaldía y auxiliares de los servicios públicos municipales. Esta ausencia de leyes estatales de servicio civil de carrera municipal ha sido tergiversada con la falsa idea de la reeleción municipal, que atenta contra la tradición del espíritu democrático del municipio.

2. La falta de programas de desarrollo regional.- Honestamente desconozco la experiencia de los estados en esta materia. Al menos en el Estado de Oaxaca carecemos de instrumentos de planeación que permitan articular a las regiones y los municipios desde una perspectiva de integración regional para el desarrollo, y

3. La falta de ordenamiento urbano.- Con la sola experiencia empírica de visitar otros estados, creo que esta es una demanda añeja que tiene mucho camino andado en la academia y en programas de gobiernos federales.

La buena noticia para Oaxaca es que por fín, al menos en el discurso, se está llamando ahora la atención sobre este problema. Nunca es tarde para meter orden. Y es precisamente en la diputación local donde se convoca a la creación local del Instituto Metropolitano de Planeación.

Este instituto tendría como objeto contribuir al desarrollo metropolitano de los 22 municipios que conforman el área metropolitana de la Ciudad de Oaxaca de Juárez---según se anuncia, este municipio ya creó su propio Instituto Municipal y está empujando para la creación del Instituto Estatal---, lo cual no está nada mal.

Lo malo de estas propuestas es que con los cambios de autoridades cambian las prioridades y ya no tienen el mismo empuje inicial para su concreción y operación, no obstante que estén en la ley. El ejemplo más patético sucedió en Oaxaca con la desaparición del Instituto de Desarrollo Municipal, en el sexenio pasado, en un estado donde las necesidades de capacitación, orientación y asesoría de gestión son una gran demanda para la mayoría de los municipios, cuyos magros presupuestos y la ausencia de la cultura de la capacitación los vuelve más frágiles.

Esperemos que estas medidas no se pierdan y pronto podamos ver una gran concertación de esfuerzos para demostrar que sí se puede dejar de ser tan frágiles para el desarrollo.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Las tendencias centralistas del federalismo mexicano

Es evidente.

Como la presión del agua caliente que sale de un volcán anunciando una erupción, al menos los problemas de seguridad pública, corrupción, educación, pobreza y desarrollo desigual están empujando fuertemente una nueva realidad del federalismo mexicano: se hace cada vez más centralista.

Parece contradictorio.

La intervención de la federación para paliar los graves problemas nacionales tienen el riesgo de fortalecer su ámbito de acción en detrimento de las potestades de los estados y de los municipios.

Si bien es cierto que debe existir una armonía legal y funcional de competencias y estrategias de coordinación, concertación y complementariedad de recursos, programas y acciones, en los hechos quien sale fortalecido de estas tendencias es la federación.

En este proceso de detrimento del federalismo no se puede culpar a los municipios, porque en su mayor parte son el eslabón más frágil de la cadena.

La culpa, en todo caso, recae sobre las soberanías estatales que, por omisión o por comisión, no han sido capaces de contribuir al ejercicio responsable del poder público.

Así lo demuestra el crecimiento desmedido de la inseguridad en ciertas zonas de la República Mexicana.

En consecuencia, la Federación responde con la movilización del ejército y las propuestas de una gendarmería nacional--como existe en algunos países centralistas--.

Así lo muestran también los casos escandalosos de corrupción que son del dominio público en los estados por la poca discreción de los propios actores involucrados en esas ilícitas actividades y que generalmente se dan a conocer a través de la ciudadanía o la prensa y no precisamente por los otros poderes o los órganos de control y vigilancia de los propios poderes ejecutivos locales o nacionales.

De qué sirve que tengamos leyes de transparencia y acceso a la información pública, órganos más estrictos de control y supervisión de los recursos públicos y cámaras de diputados repletas de representantes populares de los más diversos partidos, si no son capaces de prevenir, evitar y castigar estos actos de corrupción que parecen increíbles, por las enormes cantidades de dinero que se puede robar del erario público.

La federación responde entonces con propuestas de intervenir con mayor rigor las finanzas estatales y municipales.

También se trata de una crisis de los partidos.

Es realmente exagerada la tolerancia y la impunidad que existe entre los partidos hacia sus miembros que, ocupando cargos políticos o administrativos, siguen como si nada, lo que los hace cómplices de estas anomalías.

Los problemas focalizados de la educación no son ajenos a la intervención del poder público. Los monstruos sindicales que pelean, manejan y defienden cuantiosos recursos públicos, con la existencia de auténticos ejércitos de aviadores, fueron fomentados en buena medida por los propios gobiernos locales y que, en la mayoría de los casos, perdieron el control de un monstruo al que alimentaban económicamente con la falsa idea de la gobernalidad y pasándose por el arco del triunfo la legalidad y el imperio de la ley.

En el aspecto de la pobreza es evidente también que los estados hacen pocos o nulos esfuerzos por enfrentarla seriamente. Se percibe una gran ausencia de la gestión y gobierno para el desarrollo. Claro, debe haber excepciones, pero la impresión es que la marginación le gana la carrera a los gabinetes de gobierno. Esto ha generado una relevante intervención del poder ejecutivo federal a través de programas como el que combate el hambre.

Los gobiernos locales dan muestras de mucha pereza y corrupción y al parecer la política y la democracia no abonan mucho para resolver esta crisis que sólo fortalece la intervención del poder central.

Acaso, la mayor incertidumbre no será si los gobiernos locales son capaces de coordinarse con el poder federal para defender y vigorizar su soberanía en el marco del federalismo; el mayor problema es que al ejercerse un mayor poder central, la propia federación se vuelve vulnerable ante amenazas más grandes.

No cabe duda que hay mucho trabajo por hacer.

martes, 28 de mayo de 2013

La tiranía del sistema

Es el sistema.

En mi vida personal y académica “El Sistema” ha tenido diversas definiciones y usos.

Así, en una primera parte, el sistema era un mecanismo de control político que sometía a las personas a la economía y política hegemónicas, sin ninguna posibilidad de rebelarse.

Era una idea más próxima a la división de la estructura y la superestructura del modo de producción capitalista.

Las personas que manifestaban cualquier inconformidad eran llamadas “antisistema” y ahí cabían desde profesores de avanzada, intelectuales criticones, políticos de izquierda y hasta alumnos que se atrevían a cuestionar los excesos de los maestros y directivos en las aulas.

Pero al sistema eran achacados todos los vicios, errores e irregularidades de la vida.

Luego, ya más formalmente, en la universidad tuvimos que abordar la Teoría de Sistemas, como una metodología de análisis ---aunque dominaba académicamente la Teoría Crítica de la escuela de Frankfurt---, el caso es que la vieja y popular idea del sistema recobró relevancia con la llegada de las computadoras.

Cuando estábamos concluyendo el periodo universitario se introdujeron en la universidad las salas de cómputo y la máquina mecánica de escribir se fue al desván. Incluso al final de la carrera llevamos una materia que se refería a las computadoras y que básicamente estaba enfocada a su uso, y el internet era una gran novedad que todavía no estaba accesible fuera de la academia.

Entonces todas las carreras que tenían que ver con la computadora se volvieron más destacadas y el término “sistema” se convirtió en una pesadilla, porque, palabras más palabras menos, “el sistema es un conjunto lógico matemático de operaciones secuenciales que no admiten discrecionalidad alguna”.

Digo que se volvió una pesadilla porque las computadoras invadieron toda la vida personal y social y la idea del sistema adquirió una dimensión mayor, especialmente por esa creencia científica de que el sistema no falla. (Ahora me acuerdo que en la elección del Presidente Salinas se cayó el sistema, el sistema informático, desde luego.)

Estos antecedentes del sistema son importantes porque hay trámites y procesos que están bajo la tiranía del sistema (el sistema informático). Antes podías plantear hipótesis descabelladas a una persona que se encargaba de tomar decisiones y comprensiblemente la decisión iba en ese sentido, como un caso especial.

Ahora, con la tiranía del sistema informático, no se admiten casos especiales: "¿Por qué no pago su abono mensual al banco?" -Es que un asaltante se llevó mi cartera. "Lástima, para el sistema usted es un cliente moroso." "¿Por qué no se inscribió a tiempo?" -Es que se le ponchó una llanta al autobús y perdimos tres horas más en el trayecto. "Lástima, ha quedado fuera porque el sistema tiene cortes de cierre muy precisos" y así hasta el infinito.

Nuevamente el sistema adquiere relevancia porque no admite las descabelladas hipótesis que suelen suceder en la vida diaria.
  
De ahí que quienes no estén durmiendo por crear una máquina que piense como humano, lo más probable es que terminen quitando a las máquinas y poniendo en su lugar a un humano.

Es decir, un humano sólo puede ser entendido por un humano, creo.

miércoles, 22 de mayo de 2013

La muerte de Mari


Es una crónica de la vida real.

Conocí a Miguel Ángel una vez que solicitamos un rotulista para pintar unos letreros en la fachada de la defensoría de oficio.

Era muy alto, más de unos 180 centímetros, musculoso, trigueño, de nariz aguileña, barbilla partida en dos, cabello crespo y con cejas y pestañas abundantes. Podría pasar como un actor o un galán.

A pesar de su presencia imponente, había algo que no cuadraba y que sólo se evidenciaba cuando él hablaba o se le notaba el antebrazo y las muñecas de las manos llenas de cicatrices de agujas de jeringas.

Nos lo recomendó un amigo que tiene vínculos con un Centro Religioso de Rehabilitación para personas con problemas de drogas y alcohol. “El es muy bueno para rotular y además cobra barato”, nos dijo.

Me llamó la atención la rudeza de su físico, contrastante con su convicción religiosa.

A sus 40 años, nos contó que la mitad de su vida la había llevado como alcohólico y drogadicto y ahora, en proceso de reforma, miraba la vida desde una perspectiva de fe en Dios, que se notaba reiteradamente en su lenguaje, pues con cualquier pretexto daba gracias a Dios por haberse regenerado.

Efectivamente, realizó un trabajo impecable de rótulos. Tenía talento. Me imaginé que gracias a su proceso de rehabilitación bien podría dirigir un taller.

No supe de él hasta pasados seis meses, en que bien vestido, pulcro, feliz, con su rostro inteligente y bien parecido me buscó en la oficina para solicitar trabajo para su compañera sentimental.

En sus sesiones de rehabilitación Miguel Ángel conoció a Mari, una joven mujer de 22 años, que habiendo sido una niña de la calle creció bajo el amparo del Centro Religioso de Rehabilitación y era madre soltera de dos mujercitas. Miguel Ángel vivía ya con Mari y ahora la traía porque le estaba buscando trabajo.

Mari me contó que hacía un par de años que una señora le prestó dinero para que se atendiera su segunda hija de una enfermedad. Como Mari no pudo pagar la deuda, por dedicarse a limpiar parabrisas en la glorieta de Viguera, en la capital de Oaxaca, la señora le quitó a la niña. El DIF le resolvió favorablemente su asunto, pero ella necesitaba un trabajo con prestaciones para poder atender a sus niñas.

Planteándole el asunto al director de la institución, éste apoyó para que ella fuera contratada para el servicio de intendencia. Pero ella jamás regresó a realizar su trámite de ingreso. Por terceros supimos que carecía de acta de nacimiento y que la desanimó el tipo de trabajo que se le había ofrecido.

Como ambos vivían por el rumbo, en varias ocasiones los vi abrazados, caminando por la calle. “Un final feliz”, pensé.

Sin embargo, un día, sin aviso previo, una sombra furtiva se introdujo a mi oficina.

Me sorprendió ver a aquel tosco sujeto con la barba crecida y el cabello largo en mechones tiesos de mugre. Un pantalón de mezclilla que algún tiempo fue azul y ahora negro por las plastas de suciedad sostenido por un pedazo de tela que hacía de cinturón.

Cuando entró aquel espanto a mi oficina, rodeado de un hedor insoportable, me puse en guardia. La verdad, casi grito.

Pero, reconocí el rostro de Miguel Ángel en ese andrajo humano y me quedé callado y apenado, pero en guardia.

En las manos de Miguel sobre las venas de sus puños se notaban grandes cicatrices de orificios con manchas de sangre, provocados por constantes pinchazos de jeringas de cocaína sobre sus venas; la mirada brillante, fija e inexpresiva con los ojos rojizos, le daban un aspecto de un muerto viviente.

De momento nos quedamos viendo uno al otro fijamente. Hasta que le dije su nombre con nerviosismo. “¡Miguel! ¿Cómo estás hombre, qué te has hecho?”

Y aquel fantasma jaló una silla y literalmente se echó sobre mi escritorio llorando y diciendo entre sollozos: “Se murió… se murió… la atropelló un camión en la glorieta”.

¿Quién se murió Miguel?, le pregunté, y con sollozos sinceros y dolorosos me contestó: “Mari, mi vieja. La atropelló un maldito camión cuando ella se resbaló de limpiarle el parabrisas y una llanta le aplastó la cabeza a la pobrecita, ¡Se murió! ¡Está muerta! Ayyyyyy!”

Me quedé petrificado en mi silla. Honestamente la crudeza e intensidad con que lo dijo y el sentimiento sincero con el que lloraba me afectaron y debo confesar que, sin darme cuenta, yo tenía de pronto un par de lágrimas en los ojos.

De pronto, la imagen de las hijas de Mari se me revelaba como un asunto de extrema urgencia. No podía concebir que Miguel Ángel, habiendo caído nuevamente en el vicio, estuviera en condiciones de vivir con las criaturas.

Le pregunté, ¿cómo te puedo ayudar, Miguel? Y él me contestó sollozando: “Ahorita sólo dame un poco de dinero, lo que sea, lo que tengas, lo necesito realmente”. Sin dudarlo le entregué algunos billetes de cien pesos. Apenas los vio salir de  mi cartera y me los arrebató con avidez y dándome las gracias se salió de la oficina rápidamente.

No me importó preguntarle nada más. Era evidente su convicción y con eso era suficiente. Tratándose del dolor humano, siempre son innecesarias las preguntas.

Pasaron algunos meses y regresó algún par de veces, cada vez más deteriorado, a pedirme dinero.

En una ocasión salí de comisión y regresando a la ciudad me detuvo el semáforo de la glorieta de Viguera. Me imaginé el terrible accidente que le destruyó la cabeza a Mari y estaba justamente en eso cuando una joven mujer que no dudé en identificar como Mari, la fallecida pareja de Miguel Ángel, se trepó al cofre de la camioneta, echándole agua de jabón al parabrisas con una botella de plástico. No cabía duda. Era Mari. Así que terriblemente asustado grité de terror. Me eché sobre las rodillas del copiloto que desconcertado gritaba “¿Qué le pasa, por Dios, dígame qué le pasa?” Mientras la muerta, se asomaba por la ventana. Volteé hacia ella y se trataba efectivamente de Mari.

Me puse a rezar un padre nuestro cuando Mari me reconoció y me dijo, “Licenciado, qué le pasa?” Entonces, eso que me pareció muy real me regresó a la normalidad, le contesté, “¿Mari? ¿Mari, la pareja de Miguel Ángel?” y ella asintió afirmativamente con sus enormes ojos de sorpresa.

-Discúlpeme Mari, pensé que estaba enferma y que… bueno, no esperaba encontrarla por aquí.

Entonces, entrecerrando los ojos me inquirió: “¿No me diga que también a usted le dijo Miguel Ángel que me atropellaron y que me morí?”

Moví la cabeza afirmativamente. Y luego ella aseveró, “Me separé de Miguel Ángel porque ya está loco. Está cada vez muy mal.”

Mi acompañante le extendió un billete de veinte pesos y bajándose de la camioneta se pasó al volante. Automáticamente me pasé del lado del copiloto. Ante la insistencia del ruido del claxon de los automóviles que teníamos atrás me despedí con un gesto del rostro y un saludo de mano.

Pensé silenciosamente “Maldita droga”.

lunes, 20 de mayo de 2013

La juventud y el sentido ético

Se trata de un mensaje a la juventud.

Por razones laborales he tenido la oportunidad de dirigirme hacia grupos de jóvenes y señoritas que han concluido sus estudios de bachillerato.

En diversas ceremonias de graduación se da la oportunidad de hablar de aquello que es estrictamente institucional, pero también, aprovechando el marco que representa un hito en la vida personal de los asistentes, de aquello que se debe tener presente.

Y es así como se les recuerda el sentido ético.

El sentido ético es un referente cotidiano en nuestra vida diaria.

Es la inspiración y obligación natural de hacer el bien. Es la virtud.

Como regla externa, no esperes a que nadie te persiga para que lo hagas. Sabes que procurar el bien es una actitud voluntaria y natural, sin fines políticos ni religiosos.

Como regla interna, el hacer el bien significa la satisfacción del deber cumplido. Tal vez nadie te lo reconozca, tal vez nadie se entere. Pero es precisamente la convicción de que has actuado con honestidad, con apego a la verdad, con solidaridad y generosidad, sin esperar nada a cambio.

Y que tus actos, de esta manera, han contribuido a la equidad, la justicia, la legalidad, la honestidad.

El sentido ético es un buen referente cuando tomas decisiones.

De eso se trata.

lunes, 13 de mayo de 2013

Desprecio por la ecología

Viajar por Oaxaca es conocer que hay poco aprecio por la ecología.

Por lo general se encuentran por las carreteras del Estado numerosos basureros improvisados a cielo abierto. Algunas playas son depósitos de aguas negras y en las partes bajas los ríos también son de aguas negras y se aprecia en sus riberas basura, basura y más basura.

En algunos distritos se perciben cerros deforestados. Tal vez desde hace cientos de años, pero hay algunos donde la deforestación es creciente. Los cauces de agua que alguna eran transparentes y constantes, hoy se reducen a arroyos secos.

Al rededor de las principales ciudades se ve como van creciendo nuevas casas habitación sobre terrenos que antes servían para cultivos.

El aprovechamiento del espacio es brutal. No hay lugar para sembrar árboles.

De la misma manera, a veces me da la impresión de que no hay control sobre los químicos que utilizan los campesinos en sus cosechas.

Incluso en lugares más urbanizados, se encuentran animales muertos en la vía pública.

Y la basura que se queda en el camino, por efecto del arrastre de los ríos y lluvias, por lo general son plásticos, desde bolsas chiquitas, hasta bolsas grandotas, plástico, plástico y más plástico....

jueves, 9 de mayo de 2013

Un día como cualquiera


El 14 de febrero siempre me había parecido una fecha ideal para sacar toda la hipocresía acumulada.

Sin embargo, cuando conocí a Flora, la estudiante de psicología de la Costa —más concretamente, cuando le ví las piernas---, sentí lo que es el amor a primera vista y consideré que el 14 de febrero debe ser algo así como el día propicio en que uno se debe enamorar.

Flora, mi vecina en esa pensión de estudiantes, nunca me había llamado la atención por tres razones: en primer lugar porque parecía una niñota con su abundante cabello largo y negro amarrado en una cola de caballo; en segundo lugar por su forma de vestir: siempre con sus enormes faldas negras de monja en penitencia perpetua. Pero el motivo principal que me alejaba de ella era su actitud huidiza, no sostenía la mirada ni por error.

La disposición de aquella vivienda de dos pisos era en forma de escuadra con un enorme y desaprovechado patio. Justo en la parte más pequeña de la estructura, donde hacían esquina la escuadra, quedaban dos habitaciones, una arriba y abajo otra junto a un baño compartido.

Una escalera metálica que terminaba justo antes de la puerta de mi habitación permitía ver a través de mi ventana quién sube y quién baja.

Cuando Flora, la estudiante de psicología, llegó a habitar el cuarto de arriba de la escuadra, encima de mi habitación, me pareció un respiro psicológico porque la mayoría de los vecinos eran hombres, estudiantes, fumadores, bebedores empedernidos, léperos y hasta un homosexual declarado, que hacían un ruido espantoso, pero cuando se percataron de la nueva vecina, se dedicaron a espiarla detrás de las ventanas, esperando el momento para verla pasar y lanzarse como lobos hambrientos persiguiendo su presa.

Sólo a mí no me importaba porque, como les digo, me parecía aburrida y también porque la veía más seguido y más cerca cuando subía a su cuarto, además de que casi siempre sabía lo que hacía a través de los ruidos que se dejaban escuchar por la delgada estructura de concreto del piso de arriba: el quitarse los zapatos, sus pies descalzos arrastrándose por la habitación, y el rechinar de su cama cuando se sentaba en su colchón o se acostaba.

Y lo mismo cuando se levantaba: el rechinar de la cama, el arrastre de las chanclas, el ruido al bajar la escalera, el ruido al subirla y todas las referencias propias del rito de vestirse para salir a sus actividades diarias.

Coincidía con Flora sólo dos veces al día, que era el tiempo en que yo permanecía en esa habitación, muy temprano, antes de salir y muy noche, antes de dormir.

La situación no se prestaba para la convivencia, de modo que ella se convirtió en un fantasma para mí. Sin embargo, algunas veces nos veíamos al coincidir en el uso del baño.


Todo hubiera seguido de esa manera, de no ser porque una noche de luna llena ella empezó a realizar algunos extraños sonidos sobre el piso de su cuarto, o sea, sobre el techo de mi habitación.

Al principio no le dí importancia. Luego, con el paso de los días, noté que los sonidos mantenían un ritmo y cierta secuencia.

Todas las noches cuando yo regresaba, escuchaba esos toques característicos en la habitación de arriba, como el lenguaje morse, que yo era incapaz de entender y que básicamente consistían en tres golpes “Toc-toc-toc”, silencio; otros tres golpes…silencio y así varias veces.

Como era el mismo patrón cada noche, en una ocasión que sostengo una escoba y con la punta del palo de madera golpeé el techo con tres golpes y para mi sorpresa, ella me contestó arrastrando el zapato en el piso, como quien dibuja una raya. Luego daba dos golpes y yo le contestaba con tres.

Aún cuando no cruzábamos palabra alguna, yo regresaba a mi habitación cada vez más intrigado para tratar de descifrar algún contenido en esos sonidos. Era ridículo y divertido.

De la curiosidad pasé al erotismo.

El hecho de estar solo en la noche, sabiendo que sobre mi habitación había una joven mujer solitaria, la única mujer de la vecindad, tratando de llamar mi atención a través de sonidos, también era tormentoso, porque no tenía el valor de buscarla abiertamente.

Cada noche era lo mismo, cuando yo llegaba a mi habitación, el ruido de la puerta y la luz encendida eran el preludio para que empezaran los golpes sobre el piso y ante el mudo e inexplicable lenguaje seguía el rechinar de la ruidosa cama de ella, en señal de que se acostaba a dormir.

Cuando la encontraba a la mañana siguiente, todo el encanto se esfumaba por su actitud seca, su larga falda de negro y su cabello largo amarrado en una cola de caballo.

Lo ganado en la noche lo perdía durante el día al convencerme de que con ella nada de nada. Incluso, aumentó el ruido en las noches y el rechinar de la cama, pero yo me desistí, y llegué a la conclusión de que con esa mujer definitivamente nada, ni siquiera los ruiditos en el techo. Simplemente, pensé, cuando una mujer no le gusta a uno, pues lo mejor es dejar las cosas como están y no darle pretextos ni hacerle caso.

Pasaron varios días y ella continuó con los golpes en el techo y el ruido de la cama, inútilmente porque yo ya no contestaba. Incluso, cuando me la encontraba yo la evadía. Se me hacía una pérdida de tiempo y la aceptación racional de que eso no tenía sentido.

Sin embargo, y contrario a su costumbre de los sonidos por la noche, en la madrugada del trece de febrero me despertó el rechinar de su cama. Hasta me pareció escuchar algunos gemidos y pensé que se estaba dando placer ella misma, con la evidente intención de despertarme. Me causó gracia y consideré eso como algo natural.

Las ganas por responderle y darle a entender que yo escuchaba todo eso, eran menores a mis deseos de dormir. No sé por qué motivo hay días en que de plano te da sueño y te duermes y esa madrugada era uno de esos días.

Ya me disponía a agarrar la escoba, pero más que responderle con tres golpecitos, yo quería dar uno bien fuerte para insinuarle que dejara dormir a esas horas de la madrugada. No bien empuñaba la escoba cuando escuché sus pasos por las escaleras. Me asomé por la ventana que daba justo debajo de la escalera que lleva a su habitación y me llevé una sorpresa que me dejó boquiabierto cuando la ví bajar al baño en un diminuto y ajustado short blanco y una playera también blanca y ajustada que evidenciaba la ausencia del sostén y muy cortita, muy arriba del ombligo, mientras su cabello negro y abundante le rodeaba los hombros con suavidad. El sueño se me escapó.

Fue amor a primera vista.

Respiré su esencia. Me embriagué de su juventud y belleza y sentí que toda ella era el amor de mi vida.

Esperé extasiado a que subiera y confirmé que efectivamente se trataba de ella. Tenía las piernas más hermosas que haya visto, una cintura diminuta y todo lo demás en su lugar… era una modelo perfecta.

Me dieron ganas de agarrar la escoba y retomar los golpecitos al techo para festejar, pero no me atreví porque iba a confirmar el interés repentino que había generado en mí, después de tantos desaires.

Esa mañana del trece de febrero ella no volvió a salir  y yo me quedé dormido.

Todo el día anduve contento y con cualquier pretexto hablaba del amor y me imaginaba verla en todas las mujeres que encontraba en mi camino. Me reprochaba el haber dejado pasar tanto tiempo. Pero estaba convencido de que nunca es tarde para el amor.

Con la seguridad de que no se trataba de un sueño, yo ya me había decidido a avanzar, así que conseguí un ramo de rosas rojas, una caja de chocolates y una  enorme mascota de peluche en la que amarré un enorme globo rojo en forma de corazón y una tarjeta en la que escribí unas cursilerías que decían algo así como “Para Flora: en el Día del Amor y la Amistad, porque he descubierto que tras el tenue velo de la vida existe la portentosa llama del amor que despierta e ilumina nuestros corazones a la manera del rayo que fertiliza de fuego y pasión nuestra frágil existencia. Con admiración y Respeto: Beto G.”

Al regresar con los regalos, traté de pasar desapercibido, pero fue inútil. Como siempre, los jovenzuelos, reunidos al atardecer en una sola habitación, escuchando música a todo volumen, fumando y tomando cerveza, se asomaban sin ningún pudor para ver quién entra y quién sale de esa vivienda.

Así que el más feo de todos, un gordo cacarizo que hacía de porro en la Universidad y al que llamaban el King Kong ironizó en voz alta, dirigiéndose al homosexual del grupo: “¡Órale,  Caramelo, ahí te hablan!” Luego, la cabeza chiquita del tal Caramelo se asomaba por la ventana y con su voz chillona contestó con toda naturalidad: “¡Pero, mira! ¡No lo puedo creer… va a recibir visita conyugal! Nada más que en vez de una muñeca inflable trae un oso que se parece a ti, pinche gordo King Kong. ¡Huuuy, qué goloso con el oso!” Y toda la bola de gañanes lo festejó con ruidosas y destempladas carcajadas.

No hice caso de esa bola de salvajes y me dirigí a mi habitación, deseando ansiosamente que oscureciera pronto para entablar la conversación en clave y dar el paso a mi nueva vida.

Todo me parecía maravilloso. Por fín había encontrado un motivo de interés en aquella vetusta vecindad y hasta la presencia de mis demás vecinos, los jóvenes desordenados, borrachos y ruidosos me pareció una actitud romántica frente a la vida.

Estoy convencido de que el amor es una poderosa máquina de iniciativa y creatividad. Mientras avanzaba lentamente la tormentosa espera del anochecer imaginé que tendríamos que vivir juntos en una sola habitación, por lo que sería necesario contar con un frigobar, una estufa eléctrica y adquirir una cafetera. Claro, tendría que cambiar mis hábitos, mandaríamos la ropa a la lavandería y aprovecharíamos el tiempo para ir al cine y de vez en cuando comer en algún restaurante y regresar tomados de la mano para hacer el amor de manera desenfrenada y alocada. Para eso precisamente había guardado mis energías durante tanto tiempo, ¡falta más!

Mientras llegaba la noche me recosté en la cama con la escoba en la mano, conteniéndome las ansias de iniciar la secreta conversación de los golpecitos. Al menor ruido me incorporaba para contestar, pero realmente sólo se trataba de mi imaginación y mi deseo de que ya sucedieran las cosas.

Después de  una terrible y larga espera por fín anocheció, pero no me atreví a tocar el techo y ella tampoco manifestó ninguna señal. Supuse que no estaba y decidí salir a caminar.

Sólo entonces caí en la cuenta de que realmente estaba muy estresado, pero contento.

Respiré profundamente el aire fresco de la noche y me dirigí a mi cafetería favorita.

La mesera que regularmente me atiende me dijo que se me notaba una cara de gran alegría. Yo le contesté: “Claro, son razones del corazón y mañana cupido me hará justicia.” Sonrió con picardía y continuó su trabajo. Al retirarme le dije que regresaría al día siguiente, el 14 de febrero, acompañado de una amiga y que desearía una buena atención que sería bien recompensada. La mesera me dijo que si llegaba a determinada hora me apartaría la mejor mesa.

Regresé de prisa a mi habitación. El corazón me palpitaba alocadamente. Empuñé la escoba. Estuve a punto de iniciar la comunicación, pero me contuve. Dejaría que ella tomara la iniciativa.

Las horas transcurrían y nada.

Entonces, seguí pensando en lo maravilloso que es el amor. Es de las cosas buenas que da la vida.

Pensé que uno debe darse la oportunidad de ser feliz, porque la felicidad es lo más grande que hay en la vida y es gratis. El lema de que el amor da vida es realmente cierto. Hay que ver a alguien enamorado para ver el brillo de sus ojos, de su piel, su energía, la nueva visión que tiene sobre el mundo.

Me lamenté el haber dejado pasar tanto tiempo con Flora. La había subestimado innecesariamente. Mi mente loca hacía planes y los ratificaba milimétricamente. De alguna manera tendría que ponerla a salvo de mis ruidosos vecinos que en cualquier momento podrían aprovecharse de su inocencia. Pensé que en el corto plazo sería bueno regalarle algo útil como una computadora y hasta hice una lista de la música que debería disfrutar.

No me dí cuenta en qué momento me quedé dormido, pero estoy seguro que apenas había cerrado los ojos cuando un ruido extraño me despertó. Era el rechinar intenso de la cama de Flora. Miré el reloj y eran las cuatro de la madrugada del nuevo día 14 de febrero.

Estaba tan extasiado que había dormido profundamente y por eso seguramente no escuché sus golpecitos y ahora ella hacía un ruido extraordinario con su cama para llamar mi atención. El rechinar ruidoso y constante de su cama, acompañado de algunos gemidos, me sugirió que podría estar en otra sesión de autoerotismo.

Yo no sentía una atracción sexual, sino un sentimiento de enamoramiento mucho más grande, por lo que ese ruido lo enmarqué como un buen detalle del 14 de febrero y sonreí. En el colmo de la felicidad, me puse a dirigir una imaginaria orquesta al ritmo del ruido de la cama de mi futura novia.

Como era insistente el ruido se me ocurrió tomar la escoba para avisarle que ya escuchaba yo y que había logrado despertarme, pero me contuve me contuve cuando escuché pasos en la escalera metálica. Me imaginé de nuevo aquél maravillo espectáculo de las piernas, el short diminuto, la blusa transparente y el cabello en cascada moviéndose lenta y suavemente.

Mi corazón palpitaba aceleradamente. Con decisión abrí la ventana, primero con temor y discreción, luego de golpe de par en par y noté que los pasos de la escalera se detuvieron.


--“Me está esperando. Para qué me asomo, de una vez salgo” Me dije, y abrí la puerta con determinación y valentía.


Miré hacia la escalera con ojos de enamorado y mi mejor sonrisa ensayada repetidas veces frente al espejo, que desconcertaron al gordo cacarizo King Kong, que en calzoncillos iba bajando la escalera, con el resto de su ropa entre las manos, y atrás de él mi deseada Flora se asomaba envuelta en una pequeñísima toalla de color rosa mientras le decía al gordo: “¡córrele, córrele que te van a ver!”.

Me metí rápidamente a mi habitación con la mente en blanco. Sólo después he vuelto a creer que el 14 de febrero es un buen día para deshacerse de toda la hipocresía acumulada, un día como cualquiera pues.

martes, 7 de mayo de 2013

El futuro de Oaxaca

Podría ser la pregunta del milenio.

Comentando con un amigo sobre la situación y el futuro de Oaxaca, le comentaba que como veo las cosas, podrían pasar más de 70 años para que el Estado de Oaxaca alcance un nivel de desarrollo como el que tienen algunos estados que se ubican en un rango medio-bajo.

Claro, la disputa se centró entonces en los criterios, medidas y referentes para una aseveración tan extrema, pero realmente no muy alejada de la realidad.

En las discusiones más severas siempre hay un argumento dogmático que les pone fin.

Y mi argumento era que el plan "B", en extremo, era escindir a Oaxaca de la federación y crear una nomenclatura oaxaqueña.

Era el colmo.

Nunca me había sentido desvariar tan temprano.

Los argumentos de mi amigo me desarmaron: "Siempre creía que serías un político o un guerrillero".

Me relajé.

No deja de ser todo una discusión sin sentido.

¿Será?

jueves, 2 de mayo de 2013

Prioridad recuperar la honestidad

Es cierto.

Cuando yo trabajaba en el DF conocí mucha gente que decía: "¿Quieres un acta de nacimiento falsa? Vete a Oaxaca; ¿Quieres un acta de matrimonio falsa? Vete a Oaxaca. ¿Quieres torcer un trámite? Lo consigues en    Oaxaca.... y así en muchos casos, que pintaban a Oaxaca como el Santo Domingo de los Estados, el lugar de la corrupción por excelencia.

Por ser oaxaqueño me sentía incómodo. Y de la incomodidad pasaba a la duda y luego al desencanto y de ahí a la vergüenza.

Algunos amigos y conocidos, efectivamente, me demostraron que torcieron trámites en Oaxaca.

Ya de vuelta al terruño y sobre la vida cotidiana y la práctica profesional, me dí cuenta de que efectivamente,  es muy fácil torcer trámites y corromper en Oaxaca.

Entre los extranjeros se sabe por ejemplo que es más económico y rápido realizar trámites de migración en Oaxaca que en otros estados; en alguna universidad pública la venta de calificaciones es una terrible y lamentable realidad; personal administrativo o porros, te ofrecen títulos o certificados, sin ningún pudor.

En el mundillo de la procuración de justicia, se sabe que ciertos trámites tienen su precio y no escapan algunos jueces, defensores de oficio, ministerios públicos, secretarios de juzgado, secretarios de acuerdos y abogados. No es una presunción. El prejuicio, la baja autoestima y el cinismo genera que los propios actores señalen sin ningún inconveniente los precios y favores que son capaces de hacer. Hay algunos agentes que te cobran para hacer una investigación, puedes además torcer un peritaje y como sucede con los policías de la federal de caminos, todos tienen su precio.

Claro, hay excepciones. No son todos.

Y del influyentismo, ni hablar.

Si tienes un compadre o un padrino, es seguro que tus asuntos los resolverás más rápido.

Lo que ellos no saben es que la corrupción no termina al consumarse el acto en lo secreto.

La corrupción genera inequidad e injusticias.

El que corrompe le ha dado vida a un monstruo que un día se volverá contra su creador o contra sus hijos y sus nietos.

Por eso estimo que recuperar la honestidad es una prioridad pública. Ya Benito Juárez nos puso el ejemplo.

martes, 23 de abril de 2013

Música oaxaqueña

Oaxaca tiene una diversidad de música popular fascinante.

Los pueblos indígenas, como las comunidades afromestizas y los diversos grupos culturales que habitan en el Estado son productores de una gran riqueza musical.

Debo ofrecer una disculpa por no haber podido resolver el problema de introducir aquí un reproductor de música, para incorporar melodías representativas del estado de Oaxaca y que desde hace unos 18 años más o menos, el Gobierno del Estado divulgó en un disco compacto de cultura oaxaqueña, por lo que no hay problema para su difusión.

Así que, aunque sea para conocimiento de las piezas que componen esa maravillosa colección, les dejo por lo menos el nombre de las pistas.

Canción Mixteca
Dios Nunca Muere
La Sandunga
Nereidas
Sones Mixes
Gazi Si Nana
Gregorio
Guendanabani Sicaru
La Tortuga
Mi cuna humilde
Para Neti Naa
Pora gule bicu Huine
Stabat Mater
Sunaxi Huini Sicaru
La Martiniana
La Miguelena
La Llorona
Naila
Pinotepa
Sabor a mí
Un poco más
Dios Nunca Muere
Flor de Piña
Jarabe del Valle
La Marcha
La Tortolita
La Verde Antequera
Llévame Oaxaqueña
Son de la Culebra
Son del Guajolote
Son del Palomo
Sones de Pochutla
Tanguyu
El Caracol
Xquenda
Guiengola
Laguna

Esas son las piezas del CD del Gobierno del Estado y que son representativas de la música oaxaqueña.
Seguimos intentando poner aquí un reproductor.

martes, 16 de abril de 2013

Del libro de los sueños

Más bien es el diario.

Registrar los sueños genera sorpresas.

En algunos viejos diarios personales he leído sueños sumamente gráficos, coloridos y llenos de simbolismo que tal vez no sea capaz de interpretar y de los que ni me acordaba.

Pero al menos se disfrutan.

Especialmente anoche, en sueños claro, fui espectador de una raza de hombres y mujeres afromestizos que danzaban con increíble elasticidad y armonía, en un escenario con piso brillante de madera. Las personas eran jóvenes, pero estaban tristes. Sus movimientos, aunque graciosos, ágiles y vigorosos, contrastaban con sus rostros serios y graves.

En algún momento formaron un círculo en cuclillas al nivel del piso, mientras estiraban de manera horizontal una pierna, la levantaban, la cruzaban sobre, la volvían a levantar y se movían en ese círculo humano.

Los rostros hasta mostraban el sudor y en los varones, el dorso desnudo, reflejaba sobre la piel morena la luz del auditorio cuyo único espectador era yo.

El ritmo de la canción que entonaban era un canto cuyo estribillo repetía: "I'm not of the tree, I'm not of the tree, I'm not of the tree..." Pero la canción era realmente bonita, armónica y triste.

Como me pude dar cuenta que razonaba en el sueño, pensaba que sus figuras esbeltas eran bellas, que se trataba de un grupo de gente creativa. El físico de cada uno de ellos era agradable, pero se veían tristes. La canción era bonita, pero triste.

Luego pase a otro escenario en el sueño, ahí pregunté que qué significaba "I'm not of the tree" y me contestaban "yo no pertenezco al árbol".

Es un sueño, nada más.

sábado, 13 de abril de 2013

Al calor del Cinema Rex

Es un sobreviviente.

En Oaxaca han venido desapareciendo las grandes y antiguas salas de cine que le hacían todo un honor al espectáculo y a las pantallas gigantes.

La modernidad de los complejos de las grandes cadenas de cines han contribuido a cerrar automáticamente los escasos cines que había, al menos en la ciudad de Oaxaca. 

Claro, ahora ya tenemos acá al Cinépolis y al Cinemex que han reivindicado a mucha honra las maravillas del séptimo arte.

Hay, sin embargo, dentro de los viejos cines, uno que ha sobrevivido: El Cinema Rex, ubicado sobre la Calle de Bustamante, en el centro de la Ciudad.

Su éxito radica en que proyecta únicamente películas para adultos con alto contenido sexual.

Los que han entrado dicen que en ningún lugar, como en el Cinema Rex, funciona aquella frase de "El que busca encuentra".

De modo que hombres y mujeres de los más diversos gustos sexuales, pueden coincidir en la oscuridad de un cine que huele a escarceos, cachondeos y una que otra tocadita.

Por allá nos vemos. :)

lunes, 8 de abril de 2013

Reclamos sobre los chinos

Ya me reclamaron.

Dicen que no debería de criticar a los chinos porque no entiendo la pujanza económica de un poderoso país que seguramente va a liderear el mundo en los próximos decenios.

Sí lo creo.

Únicamente comparto las opiniones de personas que nos rodean en esta realidad oaxaqueña.

Sí creo que China es una potencia. Admiro muchas cosas de ese legendario país. Le tengo respeto y temor al I Ching, que me acompaña como una curiosa referencia desde hace más de 20 años y que desde hace sólo unos diez años, más o menos, realmente lo empecé a tratar de entender bajo la guía de mi querido maestro Ricardo Ferré, que en paz descanse.

Crecí con las películas de Bruce Lee y aunque en su momento me parecía bastante petulante, con el tiempo le he llegado a tener admiración, pero no tanto como me sucede con Jackie Chan, que sólo he visto en películas y que me parece todo un hito en la historia del cine, especialmente con sus viejas películas chinas antiyanquis, anticristianas y con un interesante valor ético nacionalista.

Hay algunas películas de Jackie, como de otros maestros de las artes marciales, que son toda una poesía a la cultura, la identidad china y los valores humanos universales. Además de que Jackie es todo un fenómeno de las artes marciales.

De China admiro también al increíble Mao Tse Tung y su perseverante convicción política. Aunque no soy rojillo in extremis ni creo que el comunismo resuelva los problemas de nuestro tiempo.

La cultura china me parece una de las más sólidas y antiguas del mundo. Admiro la arquitectura china, que entre mis prejuicios me da la impresión de que los nazis se fusilaron algunas ideas para su arquitectura monumental, aunque es sólo un prejuicio.

Creo que los aportes de China al mundo son inconmensurables y que efectivamente ese gran país tiene mucho que brindar a la humanidad todavía.

En serio, admiro la cultura china y algunas mujeres me parecen muy hermosas. Aprecio su valor por la familia y los antepasados.

Algo tenemos en común.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Malinchistas y negreros

Diálogos de la vida real:

-¿Y por qué cerraste tu taquería?
- El municipio me fijó como horario de cierre a las once de la noche. A esa hora es cuando mero estoy vendiendo. Y además, pues ya no pude seguir pagando las multas y las mordidas de los inspectores.
- Pero te fuiste a otro municipio de aquí de la periferia, ¿no?
- Sí, pero no es la misma venta.
- ¿Y no te dedicas a otra cosa?
- No tengo tiempo, el negocio de tacos es muy celoso. Te quita tiempo.
- Pero, si pudieras ¿a qué te dedicarías?
- A echarle la competencia a los asiáticos.
- ¿Cómo?
- Mira, los negocios de chinos y coreanos están creciendo como hongos aquí en Oaxaca. Ellos están inscritos en un régimen fiscal menor y pagan una bicoca a Hacienda. Pagan sueldos de hambre, en promedio 600 pesos a la semana  a sus trabajadores, que son unos 57 dólares a la semana, más o menos. Un coreano o chino, por ejemplo, llega solito y empieza con un negocio pequeño. En un mes ya están con él sus abuelos, tíos, esposa, hijos, cuñados, sobrinos y de una sola tienda de venta de chácharas o de ropa, que compran aquí mismo en el país, más lo que meten de contrabando por la corrupción en aduanas, en un par de meses ya han abierto varias tiendas. No sé quién los protege o cómo le hacen, pero ellos han desplazado a muchos pequeños negocios tradicionales.
- Son los tiempos modernos.
- Pero yo creo que en Oaxaca no debe ser así. Qué no la Constitución dice que somos preferentes los nacionales a los extranjeros. Esta es nuestra tierra.
- Bueno, nosotros necesitamos inversión, generación de empleos y de alguna forma los asiáticos contribuyen a eso.
- Pero, ¿qué inversión? Ellos son revendedores de espejitos. No invierten en nada, porque son revendedores.
- Pero contratan a personal oaxaqueño, ¿o no?
- Pues sí, un lavatrastes, un personal de limpieza, vendedores de mostrador con jornadas de hasta 12 horas por día con sueldos de hambre. Son negreros. Además, mira las cocinas de comida china, en muchos negocios no ves un sólo mexicano, y encuentras un exceso de chinos para un negocio tan pequeño.
- Y cómo pretendes ponerte con Sansón a las patadas.
- Tienes razón, lo que pasa es que somos muy malinchistas. A mí que soy oaxaqueño me obligaron a cerrar mi taquería y esos chinos aumentan sus negocios de comida china.

Me quedo viendo con pena a mi interlocutor. Lo había citado para ver la posibilidad de asociarnos para abrir una lonchería en Santa Rosa, pero antes de plantearle el asunto me ha manifestado su decepción.

Ni modo, a buscarle de otra forma.

martes, 26 de marzo de 2013

Don Pablo Juvenal, cerrando el misterio

Al buen entendedor...

Sin duda que ha sido fácil dar con los descendientes de Don Pablo Juvenal.

Afortunadamente su familia habita en su mismo y antiguo domicilio.

Don Pablo yace en el panteón municipal.

Con excepción de la primera vez y el fugaz encuentro con Esteban, primogénito de Don Pablo, las siguientes tres ocasiones en que me he presentado a su domicilio cuando hemos convenido platicar es porque no se encuentra o está ocupado.

Ayer nos íbamos a ver a las cinco de la tarde, pero él no me pudo atender porque se encontraba en su invernadero trabajando. Hablé con él por teléfono, me dijo que me dedicaría una hora e incluso le pedí autorización para llevar una cámara de video y me contestó que claro, dependiendo de lo que se pudiera grabar que él me lo autorizaría.

Esteban se expresa con propiedad y es muy educado.

Me citó para hoy martes a las nueve de la mañana en Santa Lucía Ocotlán.

Asistí con puntualidad, pero no me pudo atender. Me informaron que salió a trabajar y no dejó recado.

Esteban debe tener sus razones.

Aclaro que lo hago con el único fin de documentar qué pasó con Don Pablo Juvenal, aquel extraordinario oaxaqueño que tenía el don de viajar en el tiempo y que sin duda, contribuyó a esclarecer muchos misterios de nuestros antepasados.

No quiero parecer impertinente, Don Esteban tiene mi número de teléfono celular.

Será para una mejor ocasión.

viernes, 22 de marzo de 2013

El misterio de Don Pablo Juvenal

Está de novela.

En una visita que realicé a las autoridades municipales de Santa Lucía Ocotlán, me hicieron el favor de atenderme y platicar brevemente de Don Pablo Juvenal, el extraordinario personaje comentado en este mismo blog la semana pasada.

Señalan que Don Pablo ya falleció y que era una gran persona que gozó de un amplio prestigio y reconocimiento a nivel mundial, siendo muy frecuentes sus salidas a Japón, Europa y Estados Unidos.

También me dijeron que alguno de sus descendientes habita en la localidad, a quien tuve la oportunidad de visitar.

Me atendió educadamente Esteban Juvenal, heredero de las artes y conocimientos de su padre. Él comenta que existe un libro sobre su papá editado en el Estado de Querétaro, pero no precisa el título ni el autor; que su único ejemplar lo obsequió a un curioso como yo y que no hay mayor información, más que algún recorte de periódico que se comprometió a buscar si yo regresaba otro día.

En efecto, regresé cuando me citó, pero no pudo atenderme, desafortunadamente.

Por casualidad pude conocer que en el Panteón de Santa Lucía Ocotlán, existe una fotografía en la tumba de Don Pablo Juvenal, pero los celosos vigilantes del panteón no admiten que extraños ingresen a ese lugar, mucho menos para ver la fotografía de Don Pablo.

Me mandó decir Esteban Juvenal que probablemente podríamos platicar próximamente. Desde luego que estoy muy interesado porque me anima el espíritu de cronista de la realidad oaxaqueña.

Pero en caso de que no me atienda seré muy respetuoso y no insistiré más.

(Continuará...)

martes, 19 de marzo de 2013

Neo: el esoterismo en carne propia

Neo no falla.

¿Quiere saber si su pareja le es fiel en el amor? ¿Quiere conocer qué le depara el futuro? ¿Quiere un hechizo para alejar la mala suerte, atraer al ser amado, encontrar el objeto perdido?

A diferencia de muchos esotéricos que vienen de paso y prácticamente mienten y asaltan a sus clientes, el maestro Neo tiene un domicilio fijo, un antecedente conocido y una reputación ganada en la práctica.

Neo, esotérico, adivino, lector de la palma de la mano, preparador de hechizos y hacedor de embrujos; conjurador de maldiciones, sanador del hombre salado y sobre todo, acaso su mayor éxito, experto en atraer y someter al ser amado.

Y para prueba de sus habilidades, su propio ejemplo.

Neo tiene doce esposas. Bueno, ahora son diez, porque lo acaban de dejar dos.

De sus diez esposas, siete viven en su domicilio y tres en domicilios cercanos.

Imposible contabilizar su abundante número de hijos.

Entre ellos se llevan bien. Lo más extraordinario es precisamente la armonía que ha logrado en la convivencia de su numerosa familia. Se asumen como las esposas o hijos del maestro Neo y eso es ya una buena carta de presentación.

Las esposas conviven como vecinas alegres, convencidas de la protección y el amor de un hombre poderoso, que tiene el don de ver el futuro, analizar el pasado y sobre todo, acaso el origen de su capacidad de amar: la habilidad para ganar dinero fácil y honestamente.

"Neo no te va a mentir ni te va a dejar sin comer." Su fuente es la verdad: "El secreto de conquistar a las mujeres es hablarles con la verdad. Para conquistar a una mujer háblale directamente a su corazón, esa es la clave."

"Una vez que la mujer te abre su corazón, tienes que comértela como si fuera un cuchito." -¿Perdón? "Sí, la mujer no tiene desperdicio. Del cuche te comes el cuero, los sesos, la lengua, las tripas, las patas, todo, pues. La aceptas siempre toda, toda y esa es la manera de mantenerla junto a tí."

¿Y el misterio de la armonía familiar?

Entre sus esposas hay señoras mayores, señoras de edad mediana y jovencitas de buen ver. Todas defienden al maestro y no permiten, de ninguna manera, que se ponga en tela de juicio la integridad del patriarca: "No es malo, es buena gente y no le falla a ninguna." "Aquí tenemos techo y comida. Neo se preocupa realmente porque los niños coman y estén bien. Los que quieren ir a la escuela van a la escuela. Neo no se los impide y hasta les ayuda."

Ya en otras ocasiones, autoridades del DIF investigaron y trataron de documentar un expediente de poligamia, pero no procedió. Dicen los que saben, que nadie se atreve a luchar contra el maestro Neo por el temor a su extraordinario poder de controlar las fuerzas sobrenaturales.

El buen juicio, su fama y su asombrosa capacidad para dar la repuesta que el cliente necesita, le han favorecido a Neo para generar ingresos modestos, pero constantes.

Dice un vecino, "Dos de sus esposas lo dejaron porque agarró una borrachera de una semana. Y ya estando borrado se le da por conseguirse más esposas."

El maestro Neo, a sus cincuenta años aproximadamente, con todo su porte costeño, precisamente de esta parte de la costa oaxaqueña, diagnostica a sus clientes con la mirada. Empieza a preguntarte cosas sin sentido, como "¿Qué tal el clima?" Y mientras tú vas diciendo que hace mucho calor, el maestro Neo ya te ha hecho una radiografía completa señalándote los males que te aquejan.

"Mire, a usted le están haciendo un hechizo porque le tienen envidia de la mala. Pero con el trabajito que le voy a hacer, se le va a revertir a sus enemigos y usted triunfará sobre de ellos." (Las consultas no tienen costo, los trabajos son los que cuestan.)

Su pequeño consultorio de lámina invita a lo desconocido en medio de una atmósfera de misterio, con un altar lleno de santos, vírgenes, fotografías del Papa Juan Pablo II y sobre todo, una enorme escultura de la Santa Muerte rodeada de veladoras.

Una mesa cerca del altar es donde ofrece las consultas. Ahí tiene unas cuantas hierbas, barajas, un pequeño buda y una cajetilla de cigarros de los más corrientes.

Dicen que en repetidas ocasiones los clientes regresan para darle una propina por los trabajos realizados, lo que le ha permitido al maestro Neo agarrar la borrachera durante una semana y todavía mantener a su numerosa familia.

Sus principales clientes son políticos y son los que pagan con mayor generosidad los servicios del curandero, adivino y esotérico polígamo de la costa oaxaqueña, que practica su esoterismo en carne propia.

martes, 12 de marzo de 2013

Un medium zapoteco


Es como una especie de médium de la historia.

El dato lo aporta Juan Arturo López Ramos en un interesante libro de crónicas titulado "Destellos del Poder: Esplendor de la Cultura Oaxaqueña Actual"(Edamex, México, 1996).

Se transcribe tal cual:

"LEYENDA ZAPOTECA

"El 4 de marzo de 1978, se presentó en el Palacio de Gobierno un zapoteco impresionante: alto, moreno, con rasgos acenduadamente indígenas, que dijo llamarse Pablo Juvenal, tener 42 años de edad, ser originario de Santa Lucía Ocotlán, y haber sido educado por los viejos de su pueblo, en todos los secretos de la sabiduría antigua, de tal manera que estaba, según afirmaba, capacitado para leer, entender, descifrar o interpretar, cualquier símbolo, signo, estela o construcción del mundo prehispánico.

"Pablo Juvenal dijo, además, que apenas ocho meses atrás había iniciado el aprendizaje del idioma español, y efectivamente, hablaba con un reducido vocabulario, de forma que le era difícil explicarse y darse a entender.

"Ante aquella asombrosa afirmación que mueve a la incredulidad, volví la mirada a su acompañante, un joven etnomusicólogo neoyorkino, quien había venido a estudiar los instrumentos musicales antiguos de los oaxaqueños, quien plenamente convencido de la autenticidad de Pablo Juvenal, me relató que recientemente lo había invitado a un viaje a la tierra de los huicholes, y aunque Pablo Juvenal no había sido capaz de hablar el huichol, sí había sido capaz de entender todo lo que los huicholes le decían.

"Agregó también el neoyorkino, que a su regreso a Oaxaca pasaron por la ciudad de México, en la cual en aquella época estaba de moda el descubrimiento de de la Coyolxauhqui, entre las formidables ruinas del Templo Mayor, y consideró obligada la visita a este lugar, corazón de la civilización azteca.

"Al contemplar la figura de la enorme diosa grabada en piedra, Pablo Juvenal dijo que ésta no se llamaba como decían los arqueólogos, sino se llamaba Marquazalcoatl, que significa serpiente de agua salada, poderosa como el mar y que con su sabiduría, dominaba a reyes y sacerdotes.

"Con esta interpretación, Pablo Juvenal tejió una bellísima leyenda:

"Cuenta que hace muchísimos años, en Teotihuacán, gobernaba una reina, quien queriendo encontrar el camino de la felicidad para su pueblo, ordenó a sus sabios, ancianos y sacerdotes, que interpretaran las estrellas.

"Ellos leyeron en los astros, que en virtud de que la reina era estéril, sólo con su propio sacrificio podía encontrarse el camino a la felicidad para su pueblo.

"Ella ordenó entonces, preparar sus propìos funerales e hizo encender una enorme hoguera en el centro de la Calzada de los Muertos y cuando las llamas alcanzaron su punto más àlgido, se arrojó al fuego. De su cuerpo se desprendieron dos volutas de humo, que al elevarse al cielo, se convirtieron en dos luceros, suceso que nuevamente fue interpretado por los ancianos y sacerdotes, quienes ordenaron buscar una piedra que hubiere permanecido intocada durente nueve mil años.

"Salieron entonces de Teotihuacán, mensajeros en las cuatro direcciones del universo en busca de la piedra. Quienes fueron hacia el Oriente, el Norte y el Sur, fueron muertos al ser confundidos por espías, pero los que fueron hacia Occidente encontraron en tierras toltecas una tradición de una piedra que había permanecido miles de años sin ser tocada por nadie. Después de los arreglos diplomáticos de la época, la piedra fue trasladada a Teotihuacán y se inició una época de magnifico esplendor en el que florecieron las artes, la agricultura, la arquitectura y Teotihuacán se convirtió en una importante metrópoli.

"Tiempo después, cuando los aztecas se establecieron en el Valle de México y eligieron a su primer emperador, los teotihuacanos le enviaron la piedra en señal de regalo. Los aztecas, que sabían de la enorme fuerza y poder de la piedra, al recibirla ordenaron el sacrificio de tres guerreros. Se desató entonces una gran tormenta que duró tres días y tres noches y que lavó la sangre de los guerreros sacrificados, dejando grabada sobre la piedra la imágen de la Diosa. Pablo Juvenal finaliza la leyenda diciendo que cuando la lluvia cesó, la piedra rodó y señaló el lugar donde habría de construirse la Gran Pirámide, el Templo Mayor, de la hermosísima ciudad de México-Tenochtitlán."

Hasta aquí la cita en el libro.

Por esas fechas, de acuerdo con información de la contraportada de ese libro, Juan Arturo López Ramos, se desempeñaba como secretario particular del Gobernador del Estado de Oaxaca; que fue precisamente en la fecha en que recibió en el Palacio de Gobierno a Pablo Juvenal y su acompañante, el músico neoyorkino.

Desafortunadamente, no aporta mayor información para identificar al músico y tampoco sobre las interpretaciones de Pablo Juvenal. No hay bibliografía y mucho menos datos para conocer el trabajo de este extraordinario médium de Santa Lucía Ocotlán.

¿Qué sabrán de Pablo Juvenal en Santa Lucía? ¿Vivirá todavía? ¿Existe su obra escrita? ¿Tendrá descendientes? La crónica que nos describe Juan Arturo López Ramos sucedió hace 35 años. ¿Existirán algunos apuntes del inteligente músico neoyorkino publicados por algún lado sobre Pablo Juvenal y sus interpretaciones de la historia?

Buscaré a mi amigo Pablito, presidente municipal de Santa Lucía Ocotlán, a ver qué podemos encontrar sobre este interesante heredero de la magia zapoteca antigua.

Esta historia continuará...

martes, 5 de marzo de 2013

El carácter del oaxaqueño


Lo definió José Antonio Gay en los años 80 del siglo XIX.

Y es una de las definiciones con que empieza su "Historia de Oaxaca".

Lo cito textual porque no ha perdido actualidad:

"La multitud de razas que pueblan el Estado, diferentes unas de otras por el origen, idiomas, hábitos, etc., forman un cuerpo heterogéneo, desunido, sin otro lazo que los aproxime que el de las creencias religiosas.

"Les falta el carácter nacional, y sólo en general se puede decir que los oaxaqueños son belicosos, ligeros y dados a la embriaguez.

"Los indios son taciturnos, hospitalarios, trabajadores, sobrios, supersticiosos, dóciles en todo, excepto en su religión, a que son tenazmente apegados, sencillos y dulces en sus costumbres domésticas.

"Algunas ocasiones se advierte en ellos su desconfianza y disimulo. sus formas son regulares y atléticas, y siempre bien dibujados y manifestando el hábito del trabajo.

"Su traje es sencillísimo y en la tehuantepecana muy pintoresco. Esta última se viste con una enagua de indiana, sin camisa y el huepil muy fino, bordado de seda y oro con encajes y otras mil curiosidades, y cubre la cabeza, dejando ver el rostro por la abertura de una de las mangas.

"En el ejército ha manifestado siempre el indio oaxaqueño mucha serenidad en el peligro y un valor heroico para vencerle.

"Los negros costeños son indolentes y muy diestros en el manejo del arma blanca."

miércoles, 13 de febrero de 2013

El misterio de las tumbas prehispánicas 2a. parte

Tomamos todas las fotos que pudimos.

Incluso, dentro de aquella majestuosa construcción, nos sentimos tan contentos por haber ganado esa batalla, que hasta nos dábamos el lujo de bromear y tomarnos fotografías.

A la distancia, me da la impresión de que el aire enrarecido y la espesa vegetación, probablemente alteraron nuestra conciencia porque realmente estábamos muy inquietos.

Sucede que cuando estás en un lugar extraordinario, tienes dos opciones, o lo describes o lo disfrutas. Y nosotros lo que hicimos en medio de nuestra euforia fue disfrutarlo.

La cinta métrica que yo llevaba en el bolsillo la traía de adorno porque en ese momento se me olvidó que la llevaba con la intención de realizar mediciones.

Parecíamos dos pequeños con un juguete nuevo.

Era tanta nuestra avidez, que sin darnos cuenta, cada quien hacía lo que quería. Mi amigo el fotógrafo me pedía que le tomara fotografías en las posiciones más ridículas en medio de aquel lugar y yo por mi parte tocaba cada parte de la pared para tratar de encontrar un pasadizo o alguna inscripción que me diera luz sobre aquel lugar.

Los insistentes gritos de afuera para que nos saliéramos nos despertaron a la realidad.

De todo lo que quisimos hacer no hicimos nada.

Salimos de aquel lugar no sin dificultades y ya afuera como que recobramos la sensatez.

Lo primero que nos pidieron fue la cámara con la que se tomaron fotografías.

Don José, nos miraba con mucha curiosidad mientras decía, "Eso sucede siempre que se meten a ese lugar: pareciera que pierden la razón." Y nos relató la larga historia de la persona que perdió la cordura después de su visita al interior de varias ruinas prehispánicas.

Estoy seguro que se trataba de una tumba de gigantes.

Afuera, misteriosamente, ya funcionaron los equipos de video y fotografía y pedimos la camarita para compartir archivos, pero mi amigo y representante de la autoridad municipal nos dijo:

-Me da mucha pena decirles que no podemos autorizar que se divulguen estas fotografías. También les pedimos que no ubiquen este lugar para evitar el saqueo que históricamente hemos tenido. Nuestra batalla es para defender estos lugares sagrados de nuestros antepasados. Ojalá lo entiendan.

Comprendimos absolutamente.

miércoles, 30 de enero de 2013

El misterio de las tumbas prehispánicas 1a. parte

Desde algún lugar de la sierra mazateca.

A pesar del sol matutino el viento es fresco y la visión panorámica de esta parte de la sierra es majestuosa.

Desde acá se pueden ver los cerros como nudos amarrados entre ellos y sus pueblos como en una postal con una gran variedad de colores verdes de todas las tonalidades, en las que se pierde el horizonte bajo un cielo azul surcado por gordas y blancas nubes.

Antes de entrar a esta parte de la comunidad, a lo lejos lo único que se escuchaba era el murmullo del radio de la tienda de doña Tere, donde nos proveímos de agua embotellada y unas golosinas para el camino.

El ambiente es tan sereno que hasta los perros dejaban de ladrar.

Cubierta por una masa espesa de matorrales, una pequeña entrada al nivel del piso, representa la entrada, literalmente a otro mundo.

Don José nos advierte: "Señores, entran ustedes bajo su propia responsabilidad, si hay un derrumbe intentaremos sacarlos, pero como ven, el pueblo más cercano está lejos. Pero si no se puede sacarlos, diré que no los hemos visto nunca, que nunca vinieron y que no sabemos dónde podrían estar."

Existe tanta firmeza en sus palabras que hasta el bello de los brazos siento que se erizan por el temor ante lo desconocido.

Todavía nos pide que lo pensemos dos veces, pero el lugar tiene magia, atrae. Algo hay porque existe una energía distinta que nos impulsa a meternos bajo las entrañas de la tierra. Hasta el paisaje se nota distinto, como de colores más intensos y hasta surrealista. En línea recta el pueblo más próximo estaría a unos tres kilómetros, pero acá no hay puentes para llegar en línea recta, por lo que el camino se hace más complejo y tardado.

Intentamos calmar a Don José, "No va a pasar nada." "Entraremos con mucho respeto y ya dentro, ofreceremos respeto si nuestra presencia perturba algo".

"Yo no le tengo miedo a los dioses" contesta Don José, "le tengo miedo a los nidos de serpientes traicioneras que se esconden por estos lugares..."

Yo miro a mis dos compañeros replicando---suplicando silenciosamente que reconsideremos---, pero no hay vuelta de hoja. El punto de retorno quedó lejos y sólo se nos permite ingresar en compañía de un vecino de la comunidad, amigo mío quien accedió a mis ruegos para conocer estas ruinas maravillosas que permanecen ocultas, y quien intercedió ante la autoridad para permitirme ingresar con mi invitado que porta un moderno y costoso equipo de fotografía y filmación. Sólo pasaremos el fotógrafo y yo, sin mochilas ni bolsas de ninguna especie. Los últimos extranjeros que visitaron esta zona, hace más de 30 años, saquearon piezas de jade, ídolos y otras extrañas piedras que recuerda don José, dejando únicamente picos y palas abandonas en el interior.

Don José ya está grande y cansado y no le interesa ingresar a un lugar que exploró durante su niñez y juventud, pero tiene la responsabilidad moral de cuidar y proteger porque es de sus ancestros.

El nos recuerda que hubo un hombre "letrado" que insistió mucho en ingresar a este lugar y posteriormente perdió la razón. Nos pide rezar un padre nuestro y nos da indicaciones para ingresar con precaución por el resbaloso piso a desnivel.

La lámpara de la cámara de filmar cae de su zapata y escuchamos el golpe con un sonido amortiguado por la humedad. Se apaga. La otra lámpara que traemos---como aprendices de arqueólogos aventureros--- es mucho más pequeña. Los teléfonos celulares que no reciben ninguna señal, desafortunadamente han agotado sus baterías.

Bajamos recostados unos dos metros.

Adentro, la pequeña lámpara logra iluminar parte de un salón de anchas y pesadas piedras de muros, columnas y lozas, más parecido a un templo horizontal de unos dos y medio metro de altura por una anchura y profundidad que me cuesta trabajo precisar por la falta de iluminación.

Huele a humedad y la respiración se hace más difícil. Noto que estamos sudando copiosamente.

Recuperamos la luz de la cámara, pero no enciende.

Hábilmente el fotógrafo empieza a disparar con la intención de iluminar con el flash, pero tampoco enciende. De la bolsa de su pantalón extrae una cámara de bolsillo que se resiste a encender. Seguramente los dioses se enojaron comenta, desde fuera escuchamos la voz de nuestro amigo el vecino de la comunidad que ha estado atento a nuestras peripecias y deja caer cuidadosamente dentro de una bolsa de plástico de golosinas su cámara personal.

Milagrosamente esa cámara sí puede obtener fotos.

(continuará)...













lunes, 7 de enero de 2013

Narcotráfico en Oaxaca...

Rélax.

Es una noticia de hace casi 30 años.

La referimos como un documento que consigna advertencias realizadas hace tres décadas y que fue publicado por el destacado periodista Manuel Buendía, en su columna Red Privada, justamente unos 26 días antes de que lo asesinaran.

Honestamente, desconozco el motivo por el cual lo hayan matado, pero hay que destacar que esa columna bien pudo haber sido utilizada como una fuente de información para el diseño de políticas públicas en materia de seguridad nacional---lo que evidentemente no fue así---, ya que, como antecedente, y la realidad de lo que sucede hoy en nuestro país, deja en claro la importancia que tiene la prensa como un espacio comprometido con la sociedad y la justicia.

Aquí una versión resumida de dicha columna.

EXCELSIOR
Viernes 4 de mayo de 1984
Red Privada
  • Obispos Denuncian
  • ¿Y el procurador?
Por Manuel Buendía

Nueve obispos del Pacífico Sur -regiones de Oaxaca y Chiapas- se han unido para hacer una denuncia que el gobierno tal vez no debiera dejar sin respuesta. No es usual que estos nueve coincidan en la firma de un mismo texto, porque en el grupo hay por lo menos dos notables progresistas, al lado de rancios conservadores. Así, pues, la unidad tiene en este caso un especial valor, que debiera alertar a los políticos.

Los obispos exponen una gravísima situación en esa región del país, a causa del narcotráfico. Una carta pastoral firmada el 19 de marzo -y que está siendo distribuida profusamente-, no coincide con los tranquilizantes informes del procurador general de la República, respecto al éxito de sus campañas contra los estupefacientes. A una sociedad nacional, profundamente alarmada, interesaría aclarar si alguien está mintiendo. He aquí algunos párrafos del documento que suscriben los nueve obispos:

"En nuestro papel de agentes de pastoral que tiene acceso a los lugares más apartados de la región y que, sobre todo, tienen acceso al corazón de nuestros pueblos, hemos escuchado el clamor angustioso que se levanta desde las comunidades que están sufriendo los hechos de violencia ocasionados por los estupefacientes. Con base en ese clamor tan extendido, prevemos y tememos, no sin razón, un deterioro mayor y más generalizado de la situación social de las personas y las comunidades de nuestra región por causa de las drogas. (...) 

"Por falta de fertilizantes y maquinaria para hacer producir mejor la tierra, y por la extrema pobreza de indígenas y campesinos, muchos han caído en manos de mafias, nacionales y extranjeras, que los 'convencen' para sembrar mariguana, quitando espacio a la agricultura (...)

"Una vez que algunos campesinos, como ya lo señalamos, han sembrado mariguana, quedan atrapados en una red de productores traficantes de droga que ganan abundante dinero y proporcionan semilla y armas. Algunos dirigentes de estos grupos son gente que se ha dado de baja del ejército. Conocen la dinámica de este 'negocio'. Muchos campesinos están presos por estas razones. Además, quien denuncia muere; quien desiste, muere. Las muertes se multiplican. Tenemos el temor, no infundado, de que en México llegue a suceder lo que en otros países hermanos, donde estas redes de narcotraficantes han llegado a tener influencia política decisiva.

"Esa era la realidad en 1982. Hoy las cosas son aún más graves (...) La siembra de la mariguana se ha incrementado en los últimos años. Areas cada vez más amplias de tierras se han ido incorporando al cultivo de esta hierba; no sólo de zonas apartadas e inhóspitas, sino incluso de lugares muy accesibles. Desafortunadamente la mayoría de ellas son de comunidades indígenas. No podemos dejar de afirmarlo: hay un porcentaje cada vez mayor de tierras laborables de nuestros dos estados, Oaxaca y Chiapas, que están siendo ocupadas para la siembra de estupefacientes.

"Con el poder del dinero y, sobre todo, con el poder de las armas, el 'patrón' y la mafia que representa se apoderan prácticamente de la vida del pueblo. Manipulan a las autoridades de las comunidades, las destituyen en muchos casos imponiendo a los suyos y establecen su imperio de terror en toda la zona..."

"Pero tampoco se puede explicar el poder tan grande que tienen las mafias en nuestra región, y la impunidad y descaro con que actúan despreciando las leyes nacionales, si no se supone que existe en este negocio complicidad, directa o indirecta, de altos funcionarios públicos a nivel estatal y federal. (...)"

Más adelante, el 14 de mayo de ese mismo 1984, Manuel Buendía insistía en su columna sobre este problema y señalaba:

El procurador general de la República y el secretario de la Defensa no deberían ignorar por más tiempo la advertencia que hicieron desde marzo los nueve obispos del Pacífico Sur, respecto al significado político que puede tener el incremento del narcotráfico en nuestro país, específicamente en los estados de Oaxaca y Chiapas. (...)

"Pero es en Estados Unidos donde se da el fenómeno más peligroso no sólo para su propia sociedad sino para los países del continente, especialmente México. El contubernio de políticos y miembros del crimen organizado -que incluye el comercio clandestino de enervantes- es cosa vieja en el esquema norteamericano, y un pilar para la ampliación constante del mercado, que estimula en otros territorios, como el nuestro, la producción."

Y además, Buendía, hacía señalamientos precisos con nombre y apellido.

Pero bueno, aquí queda este documento, como un antecedente que ayuda a explicar las inercias que hicieron de nuestro país, algún tiempo, el paraíso del crimen.

jueves, 3 de enero de 2013

Crónica chilanga

No hay pierde.

El Distrito Federal es gente, autos y ambulantes.

Así como hace más de diez años los vecinos empezaron a poner rejas o limitar el paso en sus calles, en un intento por frenar la delincuencia, los centros comerciales han puesto rejas para evitar que los comerciantes ambulantes ingresen a sus espacios de estacionamiento.

El metro sigue perdiendo la batalla contra los ambulantes, ya que van ganando espacios fuera de sus estaciones, en el interior de las estaciones, en los andenes y dentro de los vagones.

Los principales productos son chácharas y piratería, piratería y chácharas. Los chinos deben estar felices por el desplazamiento de sus productos por las vías de la informalidad, aunque los ambulantes señalan que son coreanos los que les desplazan esos productos chinos, a saber.

De hecho ha habido un incremento extraordinario del comercio informal que ha venido ocupando muchos espacios públicos.

También ha venido aumentando la creación de centros comerciales, como debe ser en una ciudad de primer mundo, supongo, muy a pesar de que los mercados públicos están en franca decadencia. Dice la señora Mary, la del puesto de comidas, que antes se vendía muy bien porque no había tantos negocios de comida rápida y que cada vez hay más puestos vacíos porque la gente prefiere irse a los supermercados.

La verdad, en algunos mercados públicos del DF sí se perciben muchos locales desocupados, ya por la insana competencia o por la delincuencia. No creo, ni lo espero, que los mercados públicos del DF desaparezcan algún día, aunque sí es probable que siga reduciéndose su influencia. Por el otro lado, los mercados sobre ruedas ahí la llevan, aunque los tianguistas, en su mayor parte, son también distribuidores de productos no perecederos de bajo costo made in China.

Le pregunto al señor José, que tiene su taller de elaboración de calzado por la zona de Tepito, cerca del mercado de Granaditas, si podría competir contra estados como Guanajuato, que son los principales productores de calzado en el país y me contesta con una sonora carcajada: "Ja, ja, ja, los mexicanos no son el enemigo, más bien, son los chinos, porque meten zapatos mucho más baratos y cómo está la crisis económica, la gente prefiere comprar barato. Yo te puedo hacer modelos como los de esa marca ---y me enseña un catálogo de calzado nacional---, pero de qué sirve, un par lo termino a mano en un día y a lo mejor sería mucho más caro porque se trata de un trabajo artesanal."

Veo sus plantillas, en su pequeño taller de unos dos por dos metros y me impresiona su extraordinaria habilidad para echarse puñados de pequeños clavos a la boca sin que se los trague. Su chalán es un joven pelón vestido tipo cholo y está extraordinariamente concentrado en el corte de las suelas.

El señor José tiene un hijo que en un local cercano vende zapatos y tenis "Made in China", a un precio realmente económico. No es tan accesible como su papá, me mira desconfiado y al ver que no le voy a comprar no me contesta. Miro entre sus productos chinos zapatos del tipo de los que hace su papá. "Una de cal por las que van de arena", pienso y me retiro.

La Zona Rosa, con el debido respeto, se está convirtiendo en la zona gay, ni modo, están en su derecho. Son los tiempos y como diría el clásico "Aquí nos tocó beber". Algunos bares con "Table Dance", parecen abandonados. No se distingue cuál sí abre y cuál no ya que muchos se parecen por sus fachadas descuidadas y porque algunos realmente están cerrados.

Los paisanos triquis y mixtecos siguen ejerciendo como boleros y franeleros, la mayoría salió de sus lugares de origen hace muchos años. Incluso, Adán, es un mixteco que estuvo siete años en Estados Unidos, se regresó para ejercer de bolero acá en la Zona Rosa. Su especialidad son los estadunidenses, ya que le gusta practicar su inglés con ellos. "Allá hay gente que habla mixteco e inglés, ya no aprendieron el español", comenta.

El DF es el rostro del consumo y se ve una obra pública que favorece la movilidad, en auto particular o público. Tiene razón Juan Manuel Hernández, Juanito, inteligente chilango y gran conocedor de los vericuetos de esta entrañable ciudad: "Ha habido un desarrollo urbano impresionante que ha logrado no sólo ubicar al DF en el circuito de las ciudades mundiales, sino que también este desarrollo ha contribuido a generar equidad entre la población en el uso de los servicios y espacios públicos."

A pesar de los puentes vehiculares, el tráfico no deja de ser una amenaza y por estas fechas de fin e inicio de año, los centros comerciales parecen insuficientes para atender la demanda.

Recuerdo mi plática con mi amigo, el profesor Sebastián Flores Farfán, cronista de Xochimilco, D.F.  cuando me decía que donde siga creciendo la plancha de concreto sobre esta demarcación, se hundirá el centro del DF, ya que esta delegación es, junto con Chapultepec, de las pocas zonas de recarga acuífera.

Si vas por el Valle de México no distinguirías dónde termina el DF y dónde comienza el Estado de México. El urbanismo y los comercios van devorando cualquier espacio, dandole una continuidad al tráfico, el comercio y la gente.

"Aquí en Ecatepec, está creciendo la presión demográfica y el aprovechamiento al máximo del espacio para vivienda", me comenta sonriente la licenciada Janette. "Si usted quiere una vivienda del Infonavit, se la entregamos en una semana". Ecatepec sigue creciendo. La última moda es precisamente aprovechar el más mínimo espacio para vivienda. "Somos el municipio número uno en población en el Estado de México y seguimos creciendo, por lo que esperamos que se siga impulsando el desarrollo del comercio y los servicios, por eso le conviene vivir aquí". Muchas gracias, le digo, solamente preguntaba.

Mi amigo Rodolfo me había dicho que uno de los principales problemas en Ecatepec es la delincuencia. "Nadie se escapa, vienen delincuentes de todos lados a hacer aquí de las suyas." Casualmente es lo mismo que me escuché con mis amigos y paisanos de Ciudad Netzahualcóyotl, "Neza es como una tierra sin ley en la que viene delincuentes de todas partes a extorsionar y robar autos con violencia". Me platican una reseña de los crímenes de la última semana y me cuesta trabajo imaginármelo. En Oaxaca hay delincuencia pero casi estoy seguro que los hechos de sangre se deben en su mayor parte a riñas y accidentes y no como en Neza, que se deben a la delincuencia.

De la misma manera, me sorprende escuchar de voz de los propios priístas que el cambio de gobierno municipal en Ciudad Netzahualcóyotl, que ahora gobernará el PRD, es una oportunidad para retomar el combate a la delincuencia. "Por su ubicación geográfica Neza es débil ante el crimen, ya que tiene presiones por todos lados. Pero esperamos que la coordinación con el DF se favorezca por ser partidos del mismo color y se ponga freno a La Familia, que son los principales extorsionadores en el municipio, que se combata la corrupción de los cuerpos de policía y se recupere la seguridad pública."

Sí, a veces los cambios de gobierno son esperanzadores.

En el DF por donde quiera que mires sólo verás gente, gente, tráfico, tráfico y ambulantes y más ambulantes.

PD

Aquí en Oaxaca nunca he visto a vendedor con un triciclo con sus bocinas que diga "¡Lleve sus ricos y sabrosos tamales oaxaqueños!" En el valle de México, sí, afortunadamente.