martes, 31 de marzo de 2015

Introducen el esoterismo en escuelas públicas de Oaxaca

Un boletín oficial del Gobierno del Estado de Oaxaca dio a conocer este fin de semana que se ha creado en un subsistema de educación media superior de tipo pública, un aula “única a nivel nacional e internacional”, destinada para la meditación trascendental(http://www.oaxaca.gob.mx/inauguran-primera-aula-dedicada-a-la-meditacion-trascendental-unica-en-su-tipo-a-nivel-nacional-e-internacional/)

Por lo general, en la infraestructura educativa de medio superior, es deseable encontrar mínimamente aulas con mesabancos, laboratorios, talleres, sanitarios, cafetería, auditorio, biblioteca, oficinas administrativas, espacios para actividades culturales, cívicas y deportivas, y todo aquello que es pertinente al proceso de enseñanza-aprendizaje desde una perspectiva de las ciencias, las artes y la cultura.

A reserva de que se puedan conocer las condiciones de infraestructura de esa escuela de ese subsistema, resulta irónico que en un lugar destinado al conocimiento científico se generen espacios para la “meditación trascendental”, la cual es una práctica esotérica.

Esta práctica evoca los intentos fallidos de las paraciencias en el siglo XIX, cuando se registraron experiencias similares que no pasaron la prueba de fuego del conocimiento científico, como la frenología, que intentaba explicar el carácter de la persona según la forma de su cráneo o el mesmerismo o curación a través del magnetismo animal.

La “meditación trascendental” goza de amplio reconocimiento en algunas religiones orientales, en las que es un recurso para alcanzar niveles superiores de conciencia o la “iluminación”.


Algunos autores  destacados en la materia, como Ernest Wood, en su libro, “Curso Práctico de Concentración Mental” (Edit. Kier, Buenos Aires, 1977) señala que la meditación es un estadio más complejo y avanzado que la concentración mental y que tiene tres objetivos:
  •             Elevar la conciencia para abarcar cosas más elevadas y sutiles;
  •       Hacer que descienda una bendición o elevarse hasta la presencia de lo divino, y
  •       Desarrollar el carácter con nuevas cualidades.

Se supone que quien alcanza el nivel de la meditación trascendental es porque la vida cotidiana ya no le importa nada porque está más allá de su inmediatez; ha vencido sus deseos, sus temores y está feliz a un paso de la iluminación, donde todo lo demás no tiene relevancia.

Pero este proceso se lleva vidas enteras, fuera de todo lo mundano, y para alcanzar su fin último, como es el caso de los grandes iluminados, se requiere de varias vidas o reencarnaciones, según otros autores.

Por eso llama la atención que en una escuela de nivel medio superior se le brinde atención a la meditación trascendental, y no se fundamente esta práctica en ningún marco científico.

Sería interesante conocer el marco teórico de esta propuesta, pues según se informa en el propio boletín, es una práctica que se ha venido desarrollando en esa institución educativa desde el 2011 y que actualmente beneficia a 66 planteles, entre maestros y alumnos, pero no se mencionan estadísticas concretas de seguimiento, evaluación ni análisis.

La inversión en educación se espera que sea eficaz y que sus resultados sean objetivos, medibles y que repercutan positivamente en el ámbito de las ciencias, las artes, la cultura o el deporte. Aunque es loable que una fundación invierta recursos en esas prácticas, todavía hay más dudas que respuestas.

Hoy en día se han hecho grandes esfuerzos para modernizar la educación media superior, pero aún se enfrentan serios desafíos para delinear el paradigma educativo del siglo XXI, por los rezagos, vicios, inercias, carencias y múltiples intereses creados y ajenos a la educación.

Al menos en Oaxaca, los indicadores revelan altos índices de deserción, abandono escolar, bajos niveles de aprendizaje y además la mayoría de los jóvenes estudiantes de los diversos subsistemas de educación media superior, enfrentan necesidades de ingresos, alimentación, empleo y de oportunidades de progreso y sano desarrollo y la satisfacción de esos requerimientos se realiza sin necesidad de las prácticas esotéricas.

En este sentido sería interesante conocer qué les resuelve realmente a los jóvenes la “meditación transcendental”, ya que las expectativas no son pocas ante tantas carencias en educación media superior y si fuera el caso de que las aportaciones de la “meditación trascendental” resultaran sorprendentes por lograr mayores resultados de aprendizaje, eficiencia terminal, aprobación y conclusión satisfactoria del bachillerato, entonces tendríamos que aceptar que habiendo errado el camino, justo sería enmendarlo para darle su lugar a una práctica esotérica, que ha sobrevivido cientos de años como un recurso privilegiado de pequeñas élites religiosas.

El riesgo es que si se acepta una práctica esotérica, se tendrá que aceptar todo el esoterismo y en las aulas no pueden caber dos prácticas eminentemente antagónicas como el agua y el aceite, por lo que una de éstas, el esoterismo o la ciencia, tendría que abandonar la escuela.

Por cierto, en algunos pueblos de Oaxaca se asegura que los hongos alucinógenos, elevan a la persona directamente al estadio de la meditación trascendental donde se alcanza la “iluminación”  sin necesidad de aulas especiales, y también hay por acá gente que vende maquinitas que supuestamente hacen dinero.

Así es la vida.

martes, 10 de marzo de 2015

Benito Juárez y Victoriano Huerta

Son dos figuras opuestas en la historia de México.

Juárez, el prohombre y la figura señera de la honestidad, la pieza clave para la defensa de la soberanía nacional, el gran promotor y defensor de la justicia y el derecho. El estadista por excelencia.

Victoriano Huerta, el mestizo que hizo de la milicia el arte de la crueldad, se le acusó de corrupción y alcoholismo, de una mente matemática hábil y con sobrada astucia y maña para moverse y levantar los laberintos del poder. Si él no hubiera tenido esas habilidades, no habría llegado a ser presidente de México.

Huerta es mejor recordado por haber convenido desde la embajada norteamericana la muerte sanguinaria del presidente Francisco I. Madero, la de su hermano Gustavo y la del vicepresidente Pino Suárez, que fue el preámbulo de su ascenso al mandato presidencial.

Como todo gigante que se levanta sobre pies de barro, su caída fue eminente.

¿Pero qué tienen que ver estos dos hombres tan opuestos como lo fueron Juárez y Huerta?

Mucho y nada, si se admite el término.

Como que fue el mismísimo presidente Juárez quien recomendó el ingreso al Colegio Militar del ambicioso joven Huerta, pero esto no quiere decir que Juárez haya recomendado a Huerta como el tutor que orienta a su pupilo.

De hecho, Juárez no conocía a Huerta y la historia registra un encuentro casual mínimo en una ceremonia, en el Colegio Militar, en los tiempos en que Huerta se destacaba por su aplicación a las matemáticas y a la astronomía.

El ingreso de Huerta a la historia de México inició cuando el general Donato Guerra, que tenía fama de haber combatido contra las fuerzas francesas, realizó una parada militar en Colotlán, Jalisco, y necesitado de un ayudante secretario se le ofreció como voluntario el joven Victoriano Huerta, de 15 años, que era hijo de madre indígena huichol y de padre mestizo.

La despierta inteligencia del voluntario le ganó la simpatía del General Donato Guerra.

A su vez, el General Donato Guerra, era un militar respetable y con un alto prestigio, que después de demostrar patriotismo y convicción republicana, se adhiere al Plan de la Noria y junto con Porfirio Díaz combate a Juárez.

Por esas fechas, el joven Huerta tenía 18 años y mediante un escrito le solicita a Benito Juárez que lo recomiende para ingresar al Colegio Militar, su escrito, tomado de “Benito Juárez, Documentos, Discursos y Correspondencia” selección de Jorge L. Tamayo, dice así:
“México, noviembre 13 de 1871.

“Ciudadano Presidente:

“En atención a no poder tener una audiencia con usted, me tomo la libertad de dirigirle ésta con el objeto de inferirle la siguiente molestia:

“El 11 de agosto del año corriente salí de Zacatecas, recomendado a los señores Landaluce Román y al General Donato Guerra, con el firme propósito de solicitar, de quien corresponde, se me admitiera como alumno en el Colegio Militar; mis protectores le hablaron al ciudadano Ministro de la Guerra sobre lo que deseo y la respuesta del Sr. Mejía fue que accedía a lo que yo pedía por conducto de los señores mencionados, pero que esperara hasta este mes, que a principios del mismo tenían lugar los exámenes y después podría remplazar una de las vacantes que hubiera.

“Bien, señor Presidente, el plazo se ha cumplido y como el señor Landaluce salió para Veracruz con la conducta de caudales y el Sr. Guerra desgraciadamente ha dado un paso en falso en su carrera política, me encuentro sin influencias, sin persona alguna que pueda entrar al templo de la guerra a recordarle al ciudadano ministro mi humilde persona.

“Tal vez este doble golpe que he sufrido en mi empresa, ha sido para consolidarla mejor; he visitado el santuario de la democracia con el objeto de manifestarle a usted el deseo vehemente que he tenido desde mi infancia de tomar la carrera de las armas y suplicarle me admita como su hijo, para entrar por su conducto al instituto militar.

“La sola voluntad de usted, ciudadano Presidente, constituye tal vez mi porvenir; soy hijo del pueblo, no tengo influencia, usted es el único apoyo que tengo en mi empresa. Varias veces he suplicado a los señores ayudantes que me anuncien, pero el exceso número de ciudadanos que han ocurrido a la hora de audiencia, no me ha permitido hablarle.

“Tengo, señor, Presidente, todos los requisitos que el Ministerio me exige pues los recibí de Zacatecas hace un mes.

“Esta ocasión me proporciona el ofrecerme a las órdenes de usted.

“Victoriano Huerta.”

El Presidente Juárez escribe sobre esa misma solicitud: “Que ya lo recomiendo al Ministro de Guerra a quien debe recurrir.”

Y el joven Huerta ingresa al Colegio Militar.

Huerta se convierte en un estudiante aplicado y destacado y posteriormente en un maestro también dedicado, pero sin mayor relevancia. Las pugnas militares le dan la oportunidad de tomar partido y se destaca por su crueldad en las batallas.

Toda la vida de Huerta despierta cierta fascinación.

Conjuntamente con el embajador norteamericano en México planea la traición y la muerte de Madero. Huerta ejerce por  poco más de un año el poder presidencial y renuncia a la fuerza por la presión de los constitucionalistas.

Exiliado en Estados Unidos es contactado por unos alemanes que le prometen ayuda para reconquistar el territorio mexicano robado por los Estados Unidos y que será tema de otra colaboración en este espacio.

Huerta muere a manos de policías estadunidenses por resistirse a ser capturado.


Victoriano Huerta estuvo casado con una veracruzana culta de nombre Emilia Aguila, quien se conservó siempre a la sombra de su marido. ¿Habrá documentado ella la vida de su esposo? ¿Existirán por ahí los archivos secretos de Huerta?

FE DE ERRATAS
Lo malo de citar de memoria es el riesgo de cometer errores. Victoriano Huerta no murió al resistirse a ser capturado. Victoriano Huerta falleció en su cama, por efecto de algunos males que le achacaban.