domingo, 27 de octubre de 2013

Oficios populares

La referencia es de 1956.

En una compilación de artículos periodísticos titulado "Los Mexicanos se Pintan Solos", Ricardo Cortés Tamayo describió los oficios populares de la época en la Ciudad de México.

La mayoría de esos oficios son comunes en los estados de la República Mexicana y también en Oaxaca.

Vamos a reseñar los oficios que menciona Cortés Tamayo, revisando su situación actual en el contexto de la sociedad oaxaqueña:

1. El fotógrafo ambulante.-  Han sobrevivido pese a la masificación de las cámaras de fotografía. Ya no cargan su caja negra para hacer su revelado instantáneo y tampoco usan tripié; actualmente usan cámaras digitales. Tiene amplia presencia en las festividades escolares y religiosas de los pueblos.

2. El Cilindrero. En la Ciudad de Oaxaca a veces llegan solitarios cilindreros cargando su extraordinaria caja de madera, debidamente uniformados--parecen viejos carteros---, colectando la cooperación con su cachucha. Se ven menos, pero se siguen viendo.

3. La Quesadillera. Acá en la Verde Antequera sólo hacen quesadillas de quesillo: "¿Pus' qué se cree? Las quesadillas, como su nombre lo dicen, son de quesillo. Aunque, honestamente, son más ricas las memelas, una quesadilla sin doblar, embarrada de frijoles, pedazos de quesillo, salsa verde o roja y con queso o quesillo en trocitos dorados. Otra cosa son las empanaderas, que venden empanadas típicas de San Antonino, aunque no vengan de San Antonino, no importa. Hay que saborearlas.

4. El Peluquero.- La verdad es una profesión amenazada por las estéticas, que son atendidas alegremente por muchachas jóvenes. Pocas peluquerías perviven. Van desapareciendo poco a poco.

5. El Voceador.- A diferencia de lo que creen sobre la tecnología, el oficio de voceador es ampliamente socorrido y nuevos y variados periódicos surgen hoy en día en las principales ciudades de Oaxaca. Incluso, en las principales vialidades van toreando los carros los voceadores anunciando los periódicos del diario. En los pueblos es común que cuando sucede un acontecimiento escandaloso: homicidio, robo, escándalo al fín, circulan los coches con bocinas anunciando la noticia y vendiendo el periódico en el lugar de los hechos.

6. El Afilador.- Cada vez son menos. El hombre de sombrero que va empujando su monociclo mientras anuncia con un silbato inconfundible pitido se aparece cada vez con menor frecuencia, para desesperación de las amas de casa que tienen que comprar cuchillos chinos, tan filosos como variados.

7. El Jefe de Sección.- La mayoría ya se jubilaron o pasaron a mejor vida. Se les extraña en la administración pública porque, por lo menos, eran educados y sabían hacer con precisión su trabajo de elaborar oficios y comunicados.

8. El Lechero.- Al menos son más frecuentes en Oaxaca las lecheras, que llevan su bote de aluminio de 20 libros, con su despachador de aluminio de medio litro y que venden ahora la leche en bolsas de plástico. El lechero como oficio es inusual y queda únicamente como un recordatorio de tiempos de gloria en los albures.

9.- El Camotero.- Se les ve con menor frecuencia, pero todavía andan por las calles de la Ciudad como la cabeza de un tren, ofreciendo camote y plátanos fritos. En los mercados son las mujeres las "camoteras", que desde tempranito llegan con su deliciosa variedad de camote con miel y el inigualable chayocamote, que es el tubérculo madre de los chayotales y una auténtica delicia para el paladar.

10. El Merolico.- El tipo de merolicos que más abundan por estos lugares de Oaxaca son los vendedores de pócimas mágicas y remedios milagrosos contra dolores musculares, manchas en la cara, cansancio, cayos... en franca competencia contra los productos milagros de la televisión.

11. El de los Raspados.- Es un oficio que pervive. Sobre todo afuera de las escuelas. Con su carretilla o su triciclo, ahí va vendiendo el hielo azucarado con los más variados sabores.

12. El Billetero.- Por lo general son hombres y mujeres de edades muy avanzadas. Ya casi no se ve al jorobadito, al que todo mundo le compraba un billete de lotería por considerarlo un buen augurio.

13. La Herbolaria.- Es un oficio que va desapareciendo y cada vez se ven menos. Casi siempre se les encuentra en los mercados o plazas principales de Valles Centrales. Sus productos.son un mundo mágico porque tienen el remedio para todos los males.

14. La de las Pepitas.- Acá en los Valles Centrales de Oaxaca, por lo general son mujeres y les dicen "semilleras" porque a las pepitas les dicen "semillas"; en efecto, la semilla de calabaza dorada al comal con sal y limón son la botana tradicional.

15. El Azúl.- Por acá es más frecuente llamarlos "polis" u "oficiales" y su reputación está por los suelos. Como garante del orden todos saben que cuando agarra a un ladrón, se lo lleva, lo despoja y regresa alegremente a continuar vigilando, total "ladrón que roba a ladrón".

16.- El Abonero.- Este oficio está aumentando. Ya con bicicleta o motocicleta, los aboneros entran y salen de las calles como almas endemoniadas con una sola misión: cobrar, que nadie se quede sin pagar. Creo que en este modelo neoliberal, los aboneros se multiplican alegremente.

17. El Cartero.- Es un oficio en extinción. Lástima.

18. El de los Toques.- Insólito. Al menos en la Ciudad de Oaxaca sobrevive un par de estas personas con su cajita maravillosa que le dobla los brazos al más valiente. Por diez pesitos le dan unos toquesitos, sin ser torturadores.

18. El Ropavejero.- La verdad, la verdad ya desparecieron. En el mejor de los casos, podríamos decir que han sido substituidos por el "Fierro Viejo" que pasa en su destartalada camioneta cargada de cachivaches gritando "Fierro viejo que vendan, compro lavadoras, bicicletas, estufas, licuadoras, monedas antiguas y toda clase de fierro que ya no le sirvaaaaaaa."

19. Los Mariachis.- Ni dudarlo. No se concibe una ciudad sin mariachis. Mantienen su vigencia.

20. El Bolero.- Es de los oficios más nobles y limpios. Si alguna vez quiere saber el termómetro político de un lugar, simplemente hágale la plática a un bolero, auténtico maestro de análisis político local.

21.- El Tortero.- Nunca falta. Las tortas compiten con los tacos, de modo que donde no haya tacos habrá tortas y viceversa.

22. El Soldador.- Como tal ya no se le ve. En cambio está el hijo de doña Lupe, la de la esquina, que tiene conocimientos de plomería y arreglará el asunto por unos cuantos pesos.

23.- El Barrendero.- Perviven gracias al ayuntamiento, que los contrata para que desde las cuatro de la madrugada aseen con sus escobas las calles de la Ciudad. También en los pueblitos que tienen mercado, contratan a una persona para que desde temprano haga lo propio.

24.- El Cargador.- Al menos en la Central de Abastos de Oaxaca es un oficio muy socorrido. Por lo general andan con su diablo y si uno se descuida, más de uno se irá por otro lado con la mercancía.

25. El Mozo de Puertas.- Todavía se le encuentra en algunos despachos de gobernadores, abriendo y cerrando la puerta. Es el viejecito inventariado en la oficina de la gubernatura que ha visto pasar a todos los gobernadores y sabe quién ha sido el menos malo y hasta el peor, porque en estos menesteres no hay buenos.

26. El Camionero.- Al menos en la Ciudad se le llama "urbaneros" y se quedaron en la edad de piedra. Son parte de la ecología urbana.

27.- El Evangelista o Escribano.- En el mercado "Benito Juárez" de Oaxaca todavía existe un escribano que va un par de días a la semana con su escritorio portátil, su máquina de escribir portátil y su habilidad extraordinaria para teclear sin ver y sobre todo, adivinar el pensamiento de los usuarios, pues basta con que uno le diga que necesita hacer tal solicitud, para que el escribano se la entregue de inmediato a firma con su debida copia al carbón.

28. El Fierro Viejo.- Decíamos que pervive como un ave de rapiña de la era de acero. Negociar con un fierro viejo, como se les conoce, es francamente aceptar una derrota anticipada. -Oiga, pero si esto que le estoy vendiendo es cobre. -No importa seño, naiden se lo va a comprar, si no soy yo.

29.- La Taquimecanógrafa.- Están desapareciendo. De hecho, ya casi no hay Academias de Taquimecanografía, de donde salían las futuras secretarias que corregían a sus novatos jefes. Todavía en algunas oficinas públicas hay secretarias de la tercera edad que son taquimecanógrafas profesionales y que corrigen a esas pomposas secretarias. Las taquimecanógrafas no sólo son hábiles en los menesteres de la escritura y sus misterios ortográficos y lingüísticos, sobre todo, tienen una personalidad y un glamour envidiables.

30.- El Cuidador de Coches.-  Bueno, ni qué decir de este oficio que se ha dividido hoy en día en el cuidador de coches de primera clase: el "valet parking" y el de segunda clase "el franelero", que te aparta el estacionamiento y te limpia el carro, por una módica cuota.

31.- El Machetero.- También conocido como el "chaflán", es más común en los carros que se dedican a la carga. De hecho, también se les encuentra en los camiones de transporte de pasajeros, anunciando las rutas y uno que otro piropo a las chicas guapas.

32.- El Chícharo.- Este ayudante de peluquero está desapareciendo junto con los peluqueros.

33.- El Tamarindo.- Como policía vial pervive gracias a la burocracia que no ha creado otra figura para ordenar el tránsito. Es común escuchar entre ellos la frase aquella de que "tránsito que no tranza, no transita".

34. El Librero de Viejo.- En  la ciudad de Oaxaca hace un par de años apenas abrieron una librería de viejo, ahí cerca de la Iglesia de nuestra señora de las Nieves. Ahí encontré la autobiografía de Gonzálo N. Santos, ante la mirada atónita del vendedor por mi entusiasmo. Ya regateado el libro me costó cincuenta pesos.

35. El Ruletero.- Ese oficio acá es muy amplio y los sitios de taxis se multiplican por doquier.

36. El Maestro Rural. Sin palabras.

En otra colaboración hablaremos de los oficios que no mencionó el buen Ricardo Cortés Tamayo, pero que, al menos en la Ciudad de Oaxaca, son comunes.