martes, 23 de abril de 2013

Música oaxaqueña

Oaxaca tiene una diversidad de música popular fascinante.

Los pueblos indígenas, como las comunidades afromestizas y los diversos grupos culturales que habitan en el Estado son productores de una gran riqueza musical.

Debo ofrecer una disculpa por no haber podido resolver el problema de introducir aquí un reproductor de música, para incorporar melodías representativas del estado de Oaxaca y que desde hace unos 18 años más o menos, el Gobierno del Estado divulgó en un disco compacto de cultura oaxaqueña, por lo que no hay problema para su difusión.

Así que, aunque sea para conocimiento de las piezas que componen esa maravillosa colección, les dejo por lo menos el nombre de las pistas.

Canción Mixteca
Dios Nunca Muere
La Sandunga
Nereidas
Sones Mixes
Gazi Si Nana
Gregorio
Guendanabani Sicaru
La Tortuga
Mi cuna humilde
Para Neti Naa
Pora gule bicu Huine
Stabat Mater
Sunaxi Huini Sicaru
La Martiniana
La Miguelena
La Llorona
Naila
Pinotepa
Sabor a mí
Un poco más
Dios Nunca Muere
Flor de Piña
Jarabe del Valle
La Marcha
La Tortolita
La Verde Antequera
Llévame Oaxaqueña
Son de la Culebra
Son del Guajolote
Son del Palomo
Sones de Pochutla
Tanguyu
El Caracol
Xquenda
Guiengola
Laguna

Esas son las piezas del CD del Gobierno del Estado y que son representativas de la música oaxaqueña.
Seguimos intentando poner aquí un reproductor.

martes, 16 de abril de 2013

Del libro de los sueños

Más bien es el diario.

Registrar los sueños genera sorpresas.

En algunos viejos diarios personales he leído sueños sumamente gráficos, coloridos y llenos de simbolismo que tal vez no sea capaz de interpretar y de los que ni me acordaba.

Pero al menos se disfrutan.

Especialmente anoche, en sueños claro, fui espectador de una raza de hombres y mujeres afromestizos que danzaban con increíble elasticidad y armonía, en un escenario con piso brillante de madera. Las personas eran jóvenes, pero estaban tristes. Sus movimientos, aunque graciosos, ágiles y vigorosos, contrastaban con sus rostros serios y graves.

En algún momento formaron un círculo en cuclillas al nivel del piso, mientras estiraban de manera horizontal una pierna, la levantaban, la cruzaban sobre, la volvían a levantar y se movían en ese círculo humano.

Los rostros hasta mostraban el sudor y en los varones, el dorso desnudo, reflejaba sobre la piel morena la luz del auditorio cuyo único espectador era yo.

El ritmo de la canción que entonaban era un canto cuyo estribillo repetía: "I'm not of the tree, I'm not of the tree, I'm not of the tree..." Pero la canción era realmente bonita, armónica y triste.

Como me pude dar cuenta que razonaba en el sueño, pensaba que sus figuras esbeltas eran bellas, que se trataba de un grupo de gente creativa. El físico de cada uno de ellos era agradable, pero se veían tristes. La canción era bonita, pero triste.

Luego pase a otro escenario en el sueño, ahí pregunté que qué significaba "I'm not of the tree" y me contestaban "yo no pertenezco al árbol".

Es un sueño, nada más.

sábado, 13 de abril de 2013

Al calor del Cinema Rex

Es un sobreviviente.

En Oaxaca han venido desapareciendo las grandes y antiguas salas de cine que le hacían todo un honor al espectáculo y a las pantallas gigantes.

La modernidad de los complejos de las grandes cadenas de cines han contribuido a cerrar automáticamente los escasos cines que había, al menos en la ciudad de Oaxaca. 

Claro, ahora ya tenemos acá al Cinépolis y al Cinemex que han reivindicado a mucha honra las maravillas del séptimo arte.

Hay, sin embargo, dentro de los viejos cines, uno que ha sobrevivido: El Cinema Rex, ubicado sobre la Calle de Bustamante, en el centro de la Ciudad.

Su éxito radica en que proyecta únicamente películas para adultos con alto contenido sexual.

Los que han entrado dicen que en ningún lugar, como en el Cinema Rex, funciona aquella frase de "El que busca encuentra".

De modo que hombres y mujeres de los más diversos gustos sexuales, pueden coincidir en la oscuridad de un cine que huele a escarceos, cachondeos y una que otra tocadita.

Por allá nos vemos. :)

lunes, 8 de abril de 2013

Reclamos sobre los chinos

Ya me reclamaron.

Dicen que no debería de criticar a los chinos porque no entiendo la pujanza económica de un poderoso país que seguramente va a liderear el mundo en los próximos decenios.

Sí lo creo.

Únicamente comparto las opiniones de personas que nos rodean en esta realidad oaxaqueña.

Sí creo que China es una potencia. Admiro muchas cosas de ese legendario país. Le tengo respeto y temor al I Ching, que me acompaña como una curiosa referencia desde hace más de 20 años y que desde hace sólo unos diez años, más o menos, realmente lo empecé a tratar de entender bajo la guía de mi querido maestro Ricardo Ferré, que en paz descanse.

Crecí con las películas de Bruce Lee y aunque en su momento me parecía bastante petulante, con el tiempo le he llegado a tener admiración, pero no tanto como me sucede con Jackie Chan, que sólo he visto en películas y que me parece todo un hito en la historia del cine, especialmente con sus viejas películas chinas antiyanquis, anticristianas y con un interesante valor ético nacionalista.

Hay algunas películas de Jackie, como de otros maestros de las artes marciales, que son toda una poesía a la cultura, la identidad china y los valores humanos universales. Además de que Jackie es todo un fenómeno de las artes marciales.

De China admiro también al increíble Mao Tse Tung y su perseverante convicción política. Aunque no soy rojillo in extremis ni creo que el comunismo resuelva los problemas de nuestro tiempo.

La cultura china me parece una de las más sólidas y antiguas del mundo. Admiro la arquitectura china, que entre mis prejuicios me da la impresión de que los nazis se fusilaron algunas ideas para su arquitectura monumental, aunque es sólo un prejuicio.

Creo que los aportes de China al mundo son inconmensurables y que efectivamente ese gran país tiene mucho que brindar a la humanidad todavía.

En serio, admiro la cultura china y algunas mujeres me parecen muy hermosas. Aprecio su valor por la familia y los antepasados.

Algo tenemos en común.